Light
Dark

Reconstruir después de destruir 

Bueno será que se empiecen a preparar las mentes para establecer la cultura de paz, sus principios y valores para continuar viviendo esta y las siguientes generaciones como buenos vecinos. 

Quizás sobresaturados de tanta destrucción y millones de muertes, en las más dos mil guerras, pequeñas y grandes, civiles, étnicas, ideológicas, religiosas, políticas, invasiones y de independencia, que organizaron y declararon en los últimos 2000 años, los reyes, caciques, presidentes y líderes revolucionarios, se llegó siempre al momento del razonamiento, aplicación del sentido común y desgaste de las partes, en que ya no se puede, ni se debe seguir y lo más conveniente para todos es parar. 


Ese maravilloso momento ya llegó para la guerra entre Palestina e Israel y esperemos que hayan vuelto los rehenes a sus casas y estén felices celebrando su liberación con con sus familias. 


Pero revisando las noticias internacionales en la versión de El Diario de Hoy de hace 25 años, en estas mismos días de entonces, el primer ministro de Israel Ehud BaraK, asistiría a una combre en Egipto con el líder palestino, Yasser Arafat, para buscar cómo salir de la crisis y mediante un acuerdo poner fin a la violencia entre ellos desde hace décadas…
Esperemos entonces que los acuerdos de paz de esta semana sean los últimos y asuman las dos partes la necesidad y conveniencia para el mundo, de vivir y crecer en paz esta y las siguientes generaciones.


Leyendo el boletín de la ONU que recibí este miércoles, serán necesarios setenta mil millones de dólares para la reconstrucción de Gaza y solo para empezar, es decir “ahora mismo”, necesitan veinte mil millones. 

No sé cómo los calculan, si por habitante o metro cuadrado cuadrado a reconstruir. Pero al ver las fotos y videos de todo lo destruido en ambos lados, se asume que hacen falta muchos recursos materiales y económicos para construir las infraestructuras de suministro de agua, electricidad, los edificios destruidos, hospitales, escuelas, comercios, los nuevos hogares y todo lo necesario para volver a la normalidad  en mejores condiciones de antes de la guerra.
Y pensando que si a esas cantidades se le suman los costos de los armamentos y de todo tipo proyectiles que sirvieron para destruir y acabar con muchas vidas, seguramente que será muchísimos millones más, ni qué decir de los millones de horas de trabajo y valor agregado perdidos. 


Lo hecho, desgraciadamente, hecho está. Pero pensando en el futuro, quizás alguien importante e influyente pueda discernir si todos esos recursos fueron una inversión o un desperdicio, con él objetivo principal, de prever mejor las inversiones futuras en prevenir otros acontecimientos bélicos en esa zona y en otras del mundo.Llegué a Alemania en 1966, cuando aún no habían finalizado la reconstrucción con el Plan Marshall y el esfuerzo titánico del pueblo alemán y aunque habían pasado 20 años, tuve muchas conversaciones con persona mayores que yo, como estudiante, que sinceramente, me contaron sus historias de sufrimiento como miembros del ejército, unos en Rusia, otros en el norte de África y en la toma de capitales de otros países, incluyendo París. Y me explicaban cómo después de pasados 20 años y haber sufrido ellos, sus familias y sus ciudades los estragos de la guerra, no entendían el sentido de tanta destrucción y tantas muertes. Aquí también hubo conflicto armado y viven muchos salvadoreños que participaron y algunos también se cuestionan si de verdad fue útil. 

Pero volviendo al final de la guerra entre Israel y Palestina y viendo que están llegando las primeras ayudas y que se inicia la reconstrucción, bueno será que se empiecen a preparar las mentes para establecer la cultura de paz, sus principios y valores para continuar viviendo esta y las siguientes generaciones como buenos vecinos. 

Ninguna guerra en tiempos de la inteligencia artificial debiera ser necesaria. El mundo, la naturaleza, la humanidad y todo lo que destruimos no es nuestro; mejor cuidémoslo y protejámoslo.

Ingeniero

Todo es más fácil y más sencillo con sentido común. 

Patrocinado por Taboola