El centro de detención de Broadview, en Illinois, volvió a ser foco de noticia ayer, cuando decenas de personas llegaron a mostrar apoyo a los inmigrantes detenidos durante operativos federales en el marco de la política antiinmigrantes de la administración de Donald Trump.
Incluso apareció un sacerdote, según reportes de Telemundo, quien convocó a sus fieles a un acto de solidaridad que buscaba llevar la comunión a los detenidos, pero las autoridades no lo autorizaron.
Los manifestantes se reunieron frente a un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y la respuesta fue reforzar la seguridad en sus oficinas de Broadview con nuevas barricadas, instaladas ayer mismo.
Esta medida fue tomada tras una semana en la que ha habido varias protestas en dicho centro y hasta enfrentamientos.
A través de pancartas, y con comentarios, los manifestantes hablaron del sufrimiento que padecen los detenidos , desalojados de manera forzada de sus hogares o lugares de trabajo. También señalaron la gravedad del impacto psicológico de las separaciones familiares, sobre todo en menores de edad.
Este tipo de manifestaciones ha llegado ya puntos mayores en otros centros de detención. En Chicago, las fuerzas federales llegaron a usar gas lacrimógeno y pimienta, y dispararon a manifestantes en diversos hechos esta semana, tras varios días de protestas por las detencinoes de migrantes.
Varias personas fueron arrestadas y un número no definido del todo resultó con heridas en los enfrentamientos.
Las protestas en contra del operativo migratorio han ido en aumento en las últimas semanas. Ante ello, el presidente Trump movilizó a cientos de efectivos de la Guardia Nacional para contener las manifestaciones, y para proteger a los agentes federales.
El lunes, autoridades de Chicago e Illinois demandaron a la Administración para bloquear el despliegue en sus calles, pero una jueza federal declinó, por ahora, frenarlo, en un problema social que continuará durante el gobierno de Trump.
