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Feminicidios, abusos sexuales, maltrato infantil y accidentes

Ahora estamos en «el Mes del Niño», pero debemos poner atención: un joven salvadoreño de 17 años y 364 días aún es un niño. Los últimos datos reportan que al menos 35,000 niños salvadoreños viven con menos de $3.00 diarios. Aunque menos visible en la ciudad, el trabajo infantil sigue presente y siendo una triste realidad.

En el 2025, como en años anteriores, siempre reflexiono sobre estos temas, y este año nos deja una alta tasa de feminicidios, cuando en el imaginario del ciudadano no debería existir ni tan solo un asesinato de una mujer. Septiembre cerró con las cifras más altas: en promedio, de enero a agosto se registraban dos feminicidios por mes, y en septiembre se reportaron cuatro.

Parece que, poco a poco, nos acostumbramos a percibir estos fenómenos como algo normal. ¿Qué pasa en el ADN del salvadoreño? Todo apunta a que se heredan patrones retorcidos donde la violencia intrafamiliar no respeta credo religioso ni posición social. Se golpea porque se quiere, se mata porque se quiere, y lo vemos como algo normal. Esto sí es gravísimo, pues somos una sociedad cómplice o partícipe de la violencia intrafamiliar que, con el tiempo, desencadena en feminicidios.

Lamentablemente, el tema del feminicidio no se aborda en las diferentes áreas sociales para comenzar a enseñar al niño que, así como debe andar bien presentable, también debe respetar a toda niña que en pocos años será una mujer. Es justamente cuando más deberíamos hablar sobre este tema de tantísima importancia, pero lo que se debería promover es el cuidado y el respeto hacia la mujer. Sin embargo, existe un silencio en toda la sociedad, que prefiere navegar en sus dispositivos táctiles antes que aportar algo. Así, serán las frías estadísticas las que nos orientarán a comprender que este mal está arraigado en un machismo silencioso.

En el área rural, a las niñas se les incita con frases como: «Sea macha», algo enfermizo, pues menospreciar su integridad total solo las prepara para una vida de aguantar situaciones de violencia intrafamiliar. Es el «macho» que el domingo se va de farra, llega totalmente ebrio y le da una tremenda golpiza a la mujer, quien para evitar tal afrenta debe huir de la casa con sus hijos y dormir donde sea. Es ahí donde se inocula esa violencia que terminará, más temprano que tarde, en un feminicidio.

De la mano del feminicidio va el abuso sexual contra mujeres. De junio de 2022 a mayo de 2023 se reportaron 7,939 casos; de junio de 2023 a mayo de 2024, 8,984 casos; y de junio de 2024 a mayo de 2025, 8,038 casos. Esto demuestra un incremento en un tema que, por sí mismo, tiene un alto subregistro. La mujer sufre tal vejamen tanto en fiestas de clases sociales altas como una adolescente en un remoto cantón. El silencio sigue siendo la única respuesta ante tales hechos; muchas veces, la afectada tiene miedo de denunciar.

Lamentablemente, es en el hogar donde se deben inculcar los valores. No esperemos que un profesor lo haga, pues no es su tarea. Es responsabilidad total de los padres enseñar valores, no antivalores. En El Salvador hay cientos de miles de hogares sostenidos por madres solteras que luchan por sacar adelante a sus hijos. Hay poco tiempo para detenerse a reflexionar: hay necesidades más urgentes que cumplir.

Esa madre soltera, que sufrió la violencia de la guerra civil o la ejercida por las pandillas, es quien ha quedado a cargo del hogar. No hay esposo: migró o murió. ¡Realidad de realidades! Y es en ese espacio donde la madre trabaja y deja a sus hijos al cuidado de alguien «cercano», donde muchas veces ocurre el abuso sexual. Nuevamente, el área rural refleja con crudeza esta situación: no importa que un menor de edad conviva o abuse de otra menor, todo queda entre familias y patriarcados, y la justicia no puede entrar en estos túneles de vejación.

Ahora estamos en «el Mes del Niño», pero debemos poner atención: un joven salvadoreño de 17 años y 364 días aún es un niño. Los últimos datos reportan que al menos 35,000 niños salvadoreños viven con menos de $3.00 diarios. Aunque menos visible en la ciudad, el trabajo infantil sigue presente y siendo una triste realidad.

Finalizo con este dato: las muertes en accidentes de tránsito llegan a 896, un 8% menos que en 2024, dentro de 16,287 casos de accidentes registrados hasta finales de septiembre.

Estos cuatro fenómenos sociales tienen una base común: son el reflejo de una sociedad con serios problemas de salud mental. Por ello, ahí debe iniciarse el tratamiento del problema, que no es responsabilidad exclusiva del gobierno, sino una responsabilidad colectiva donde todos podemos aportar para combatir estos flagelos.

Médico.

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