En el marco de la celebración del 1 de octubre, tres infantes salvadoreños con altas capacidades intelectuales y creativas comparten cómo imaginan su vida en los próximos años.
En el marco de la celebración del 1 de octubre, tres infantes salvadoreños con altas capacidades intelectuales y creativas comparten cómo imaginan su vida en los próximos años.
El Día de la Niñez en El Salvador no solo es una fecha para festejar con dulces, juegos y sonrisas, también es un momento para escuchar a los protagonistas del mañana. Este 2025, más allá de las celebraciones en escuelas y comunidades, tres voces infantiles resuenan con fuerza y sabiduría: las de Ángel Castro, un adolescente escritor que ya publicó su primer poemario; Lucas Andrés Mazariego, un niño reconocido internacionalmente por su aporte a la ciencia; y Alizee Campos, una pequeña de apenas cinco años que sorprende con su pasión por la astronomía.
Ellos representan a una nueva generación de salvadoreños que, con talento, disciplina y grandes sueños, proyectan un futuro lleno de esperanza para sí mismos y para el país. Sus palabras dejan claro que ser niño en El Salvador significa más que jugar o estudiar: es asumir el reto de imaginar un mejor mañana.
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Si algo dejan en claro estos tres testimonios es que los niños salvadoreños no solo necesitan un entorno seguro y amoroso, sino también espacios para potenciar sus talentos. Cada palabra de Ángel, Lucas y Alizee nos invita a mirar la infancia desde otra perspectiva: la de una etapa crucial para sembrar cambios duraderos.
El Día de la Niñez es, en definitiva, una oportunidad para recordar que cada niño y niña, independientemente de sus capacidades, merece ser escuchado, valorado y acompañado en el camino hacia sus sueños. Porque, como lo demuestran estos pequeños gigantes, el futuro de El Salvador ya está escribiéndose, investigándose y soñándose en las manos de su niñez.
Lucas Andrés Mazariego, el niño influyente de Forbes
En 2024, una noticia sorprendió al país: Lucas Andrés Mazariego Novoa, un niño de apenas 11 años, fue incluido por la prestigiosa revista «Forbes» en su lista «30 Under 30» para América Latina, que destaca a jóvenes influyentes en diversas áreas. Lucas apareció en la categoría de Ciencia, Educación e Industrias Creativas, representando no solo a El Salvador, sino a toda Centroamérica.
Su mérito no es menor: a los 10 años publicó «El primer gran libro de Astronomía», una obra que lo colocó en el radar internacional. Desde entonces ha participado en foros y seminarios sobre astronomía, mostrando que su curiosidad y disciplina lo han llevado a conquistar espacios reservados, usualmente, para adultos con años de experiencia.
Lucas es considerado un niño con altas capacidades y un referente del talento salvadoreño que impacta más allá de nuestras fronteras.
¿Qué significa ser niño en El Salvador?
«Ser niño en El Salvador para mí significa un gran compromiso, porque uno tiene el poder de sacar adelante a una generación entera y dejar una huella en las áreas que uno quiere. Me gustaría investigar, hacer un cambio y un aporte a la humanidad».
¿Cómo te ves dentro de cinco años?
«Dentro de cinco años me proyecto como una persona ya madura, una persona que estaría empezando la universidad; me veo como una persona que se acerca a lo que quiere ser, en mi caso ser astronauta, o desarrollarme en alguna área de la ciencia que me pueda interesar más adelante, algo aparte de la astronomía».
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Ángel Castro, la pluma precoz de El Salvador
La literatura salvadoreña tiene un nuevo rostro y, sorprendentemente, apenas tiene 15 años. Se trata de Ángel Castro, originario de San Salvador, quien recientemente publicó su primer poemario titulado «Con flores cuido tu ausencia». La obra no es solo una colección de versos, sino el inicio de una carrera literaria que muchos consideran prometedora.
Su historia con las letras comenzó cuando tenía ocho años. Una tarea escolar se transformó en el detonante de una pasión que lo llevó a escribir sin descanso. Hoy, Ángel se ha convertido en el segundo salvadoreño en publicar un libro a tan temprana edad, siguiendo los pasos del poeta y diplomático Hugo Lindo, quien en 1932, también a los 15, dio a conocer «Prisma al sol».
Ángel no solo es un escritor precoz, sino un soñador que reflexiona profundamente sobre lo que significa ser niño en este país.
¿Qué significa ser niño en El Salvador?
«Es una experiencia de lo más gratificante, por el hecho de que nosotros estamos rodeados de una cultura bastante cálida y amorosa que siempre nos está abrazando, que siempre está ahí. Cuando hablamos, nos vestimos, nos expresamos con nuestros amigos siempre está ese cachito de El Salvador en nosotros, siempre lo llevamos. El país en sí, a nosotros los menores de edad, nos da esa libertad de podernos expresar a través del arte y en distintos ámbitos».
¿Cómo te ves dentro de cinco años?
«Me veo publicando muchos libros, novelas… Me veo, de cierta forma, ayudando a El Salvador a recuperar su belleza. Porque el país está un poco deteriorado en cuanto al medio ambiente y el ámbito social. Creo que como menores de edad podemos aportar nuestro granito de arena y hacer que poco a poco El Salvador vuelva a florecer, que se recupere de los saqueos que siempre ha tenido y de la pérdida de identidad que ha experimentado».
Alizee Leonor Campos, la pequeña exploradora del espacio
Con apenas cinco años, Alizee Leonor ya sorprende a maestros, familiares y especialistas. Estudia parvularia en el Instituto Bethania de Santa Tecla y, pese a su corta edad, destaca por su curiosidad, vocabulario amplio y capacidad para expresar ideas complejas.
Su pasión por la astronomía surgió de manera espontánea, al igual que su facilidad para aprender. A los tres años ya hablaba fluidamente, y a los cinco aprendió a leer. Fue en la Fundación Altas Capacidades donde su familia descubrió el potencial que Alizee tenía. Desde entonces, su talento ha sido reconocido en distintos espacios, como cuando recitó la «Oración a la Bandera Salvadoreña» en su colegio o cuando habló sobre agujeros negros en Radio Scan.
Alizee combina alegría infantil con una sorprendente madurez para reflexionar sobre temas que muchos adultos no dominan.
¿Qué significa ser niña en El Salvador?
«Estoy muy feliz. Siento mucha tranquilidad aquí, siento mucha paz. Me siento muy segura con mi familia; voy a la playa muy feliz».
¿Cómo te ves dentro de cinco años?
Me veo con una beca. Porque con eso estudiaré idiomas y luego podré ir a la NASA. Quiero tener la oportunidad de viajar a la NASA porque quiero descubrir el espacio, descubrir los agujeros negros, las galaxias, ponerles los nombres. También me gustaría aprender a tocar piano. He tocado redoblante y eso me hace muy feliz.
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