El cantante británico compartió detalles sobre su salud mental en un pódcast, donde habló de su diagnóstico y de los desafíos que enfrenta dentro y fuera del escenario.
El cantante británico compartió detalles sobre su salud mental en un pódcast, donde habló de su diagnóstico y de los desafíos que enfrenta dentro y fuera del escenario.
Robbie Williams, una de las voces más reconocidas de la música pop británica, sorprendió al revelar que padece el síndrome de Tourette. La confesión ocurrió durante su participación en el pódcast “I’m ADHD! No You’re Not”, conducido por Paul Whitehouse y la doctora Mine Conkbayir, según informó Infobae. El episodio se publicó en el marco del Mes de Concientización sobre el TDAH, que se conmemora en octubre.
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El síndrome de Tourette es un trastorno del sistema nervioso que provoca movimientos y sonidos repetitivos e involuntarios, conocidos como “tics”. El artista británico explicó cómo esta condición afecta su vida diaria y su trayectoria profesional. “He descubierto que tengo Tourette, pero no se manifiesta externamente. Son pensamientos intrusivos que ocurren dentro de mí”, confesó Williams en el pódcast.
Aunque en el escenario proyecta seguridad y dominio, Williams admitió que la ansiedad y el miedo lo han acompañado durante toda su carrera. “Tengo una relación muy complicada con las giras (…) la gente piensa que debería emocionarme, pero en realidad estoy aterrorizado (…) parezco lleno de bravura y hago grandes gestos, pero en el fondo siento todo lo contrario”, relató el cantante de 51 años.
Robbie reconoció que ha aprendido a ocultar sus dificultades con una actitud confiada, mientras lidia internamente con un malestar emocional. Su historia refleja un camino marcado por diagnósticos: recibió en tres ocasiones el diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y, en 2006, inició un tratamiento farmacológico que derivó en una adicción con la medicación. “Pasé de tomar las pastillas a esnifarlas”, dijo.
Además, Williams atravesó varias etapas de rehabilitación por consumo de alcohol y drogas. En su búsqueda por comprender mejor su salud mental, también se sometió a una prueba de autismo, que resultó negativa, aunque identificó rasgos vinculados a la ansiedad social. “Cuando estoy en la cama, ese es mi lugar seguro. Cualquier lugar fuera de la cama es mi zona de incomodidad”, explicó.
El testimonio de Williams se suma al de otros artistas, como Lewis Capaldi, que han hablado abiertamente sobre cómo el síndrome de Tourette influye en sus carreras. Estas voces buscan derribar prejuicios y abrir espacio a una conversación más empática sobre la salud mental en el ámbito artístico y social.
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Desde sus inicios hasta su consolidación como solista, Robbie Williams no solo ha dejado huella en la música internacional, sino también en la visibilización de los trastornos neurológicos y psicológicos. Su apertura personal inspira a muchos de sus seguidores a reconocer que el bienestar mental es un proceso continuo y que pedir ayuda es un paso de valentía.
Este artículo fue redactado con asistencia de IA
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