Desde temprana edad descubrí una profunda pasión por el estudio.

Recuerdo con especial claridad una etapa tempra en mi vida en la que aprender se convirtió en mi mayor entusiasmo, en particular el proceso de dominar el idioma español, mi lengua materna.

Aquella experiencia marcó un punto de inflexión en mi vida académica: ¡logré completar un libro en tan solo tres meses! Ese logro no solo me sorprendió por la capacidad que demostré, sino que también me reveló el inmenso potencial que tenemos, especialmente nosotras las mujeres, cuando somos determinadas con lo que nos proponemos.

Gracias a ese esfuerzo constante, obtuve el primer lugar de mi clase y confirmé que el conocimiento es una herramienta poderosa para superarnos.

Actualmente curso mi último año de bachillerato y de la beca ¡Supérate! en el Centro ¡Supérate! Grupo Q, una experiencia que ha transformado mi vida.

Este programa no solo me ha brindado formación académica, sino también herramientas esenciales para el mundo actual. Aprendí inglés desde cero, enfrentando con valentía mi timidez al hablar.

Con práctica y apoyo logré mejorar mi pronunciación y comprensión, lo que me ha permitido participar en proyectos y exposiciones con mayor seguridad.

También adquirí conocimientos en informática: desde el manejo de herramientas digitales básicas hasta el desarrollo de aplicaciones y sitios web, habilidades que antes me parecían inalcanzables.

Además, ¡Supérate! me ha formado en valores como la responsabilidad, el respeto y la empatía. Estos principios me ayudaron a superar el miedo al fracaso y a confiar en mis capacidades.

Al inicio sentí temor de no cumplir con las expectativas e incluso pensé en no continuar; sin embargo, comprendí que el esfuerzo constante, la confianza en uno mismo y la fe son claves para avanzar.

Asumir el rol de liderazgo nunca fue algo que me atrajera de manera natural, sobre todo en espacios donde predominaban los hombres. Pero ser una chica ¡Supérate! me enseñó que el potencial de las mujeres no tiene límites.

Aprendí que no se trata de competir, sino de demostrar que, con preparación, disciplina y convicción, podemos liderar, transformar y abrir camino para otras.

Por todo lo vivido, he decidido continuar mi formación en la carrera de Arquitectura, una disciplina STEAM que representa mi compromiso con el diseño, la inclusión y el progreso.

Quiero demostrar que la educación es el puente hacia un futuro más justo y equitativo para El Salvador.