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Versos en fuga de un cantor

“¡Qué amoroso verso a la nostalgia! Fue escrito en estos días de septiembre, cuando el pueblo celebra el nacimiento de la Virgen».

Leyendo ansiosa el poemario del desconocido autor, Belle -la recién llegada- dice trémula, mientras al fondo de la estancia se escucha el cantar de “El Ángel de la Selva Fría” (el papilio albino) que dice: “Ángel. Blanca mariposa, viajera. Entre la selva umbría y fría. Eternamente mía y de la selva florida. Ángel, detrás del perfume de un amor. Lleva países en sus alas con que dibuja su vuelo. Buscando el mar de la ilusión blanca sobre la espuma blanca volará. ¡Ángel de alas de nieve y de espuma que se me va! Viajera del viento ni un momento detiene su andar. Blanca flor del cafetal que el viento enseñó a volar. Ángel. Mi novia del aire. Amor de nadie…Que besa y se va…Que vuela y se pierde entre la selva húmeda. Ángel, errante viajera ¿A dónde irá? A los volcanes volará como una nubecilla más. Buscando el mar de la ilusión, blanca en la espuma blanca morirá.” Desconcertada, Belle pone en sus piernas el libreto y exclama “¡Qué amoroso verso a la nostalgia! Fue escrito en estos días de septiembre, cuando el pueblo celebra el nacimiento de la Virgen y sale a las calles, llevando en sus manos luminosas farolas de color, como promesas de un tiempo de anhelos-mariposa. Mientras en su vuelo infinito el ángel de los cafetales sale en fuga rumbo a los volcanes, allende el mar del Pacífico Sur, cual la detenida mariposa pintada en la pared. ¿Será que todo esto sea un mundo de recuerdos y los versos del Ángel tan sólo dulce añoranza de la felicidad?”-pregunta. (VII) De: “La Selva Umbría que Aprendió a Volar” ® de C.B.

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