¡Otro día de duelo! un nuevo miembro de la cofradía del Corazón Futbolero que se nos adelanta. Nuestro querido amigo Jaime «Chelona » Rodríguez falleció en Houston, donde residía. Y en nuestro ser experimentamos el hondo pesar por el hermano quien fallece, un sabor amargo, un pedazo de oscuridad en nuestros corazones.
Jaime fue uno de los más grandes que dio nuestro futbol, jugó en tres continentes y siempre llevó enhiesta la Azul y Blanco. Fue integrante de la Selección Nacional que jugó en España 82. Jovencito militó en el fútbol alemán, en Finlandia, brilló en México con el León y el Atlas y fue pionero de la liga japonesa.
Cuando militaba en el León me llamó para que lo acompañara al ‘Hogar del Niño’ a entregar un juego de uniformes de «La Fiera». Sor Gladis Hidalgo, la directora de la institución suspendió las actividades lectivas en honor al gran futbolista. La chiquillada lo colmó de cariño y Jaime se dejó querer. Y con motivo de su retiro anduvimos en las vueltas de su partido de despedida y lo acompañé al aeropuerto a recibir a los cracks uruguayos Mario Saralegui y Hugo de León. Luego a los mexicanos Manolo Negrete y al «Cuchillo» Herrera.
También escribí la letra de la canción «La Chelona» cuyo arreglo lo hizo mi querido William Cenna con su grupo «Salsa Clave» y que la tocaron en el «Flor Blanca» en olor de multitud. Sus amigos llevamos en el corazón todo lo que nos dio y disfrutamos a su lado. Y este trance es una experiencia dolorosa que deja un vacío profundo, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la vida, la amistad y el amor.
Es que cuando uno de nuestros amigos fallece, nos invade una tristeza muy grande ya que sabemos que en esta vida no será posible volver a verlo ni compartir con él esos instantes tan maravillosos. Debe ser también un llamado para que vivamos de manera más plena y agradecida, a expresar el afecto sin postergarlo y a ser un apoyo constante para quienes nos necesitan. Ahora Jaime se encuentra en otra dimensión donde Nuestro Señor acoge a los predestinados con esa Misericordia y Amor que solamente Él puede dar. ¡Descansa en paz mi hermanito!
