Aparte de su formación militar, la ministra es también médico, lo que demuestra una amplitud de criterio y capacidad de manejar varios dominios simultáneamente.
Aparte de su formación militar, la ministra es también médico, lo que demuestra una amplitud de criterio y capacidad de manejar varios dominios simultáneamente.
La designación como ministra de educación a una capitán y médico, Karla Trigueros, ha suscitado críticas centradas en la supuesta incompatibilidad entre su disciplina militar y el pensamiento libre. Sin embargo, tales juicios carecen de fundamento, pues ella todavía no ha presentado aún una propuesta educativa concreta. Históricamente, los ministros han llegado sin planes estructurados, y los intentos de reforma de la mayoría de estos han sido improvisados y, en gran medida, ineficaces. Se argumenta que lo importante es enseñarles a los jóvenes a pensar y no la disciplina y la obediencia.
¿Qué es la educación? El objetivo principal de la educación es la apropiación del conocimiento, para aprender a navegar y transformar la realidad. La educación no puede reducirse a la transmisión de contenidos o simplemente en pensar, todos pensamos. Su propósito esencial es formar individuos capaces de comprender y transformar su entorno mediante la apropiación profunda del conocimiento. Pensar, en este contexto, exige definir qué se piensa, cómo se piensa y para qué se piensa.
He conocido la mayoría de los ministros de educación desde 2000. Evelyn Jacir representó una esperanza real; su inteligencia y rigor fue un punto de partida esperanzador que me permitió llevar a El Salvador mi concepto de la educación de STEM (2000), bajo el nombre de “Jóvenes Talento”. Más adelante, traté promover un “Centro de Excelencia” (2002) que incluyera las artes y las humanidades, y que permitiera la polinización cruzada de cualidades humanas y dominios del saber. Tampoco pude incluir un proyecto de investigación técnico-científica y pasantías en el proyecto de Jóvenes Talento. Además, traté de iniciar un equipo sobre inteligencia artificial y reintroducir un programa de pasantías para los Jóvenes Talento (2017). Ya para entonces, la Dra. Jacir no era ministra y estos últimos intentos de colaborar con el país se frustraron. Este tipo de proyectos son necesarios y esenciales para el desarrollo técnico-científico en El Salvador. Hoy que se retoma el concepto integral de STEM en todo el mundo, menos en El Salvador, considero que son tareas que se me quedaron pendientes.
Principios para un nuevo paradigma educativo
El Salvador necesita una transformación integral de su educación. Esa transformación debe comenzar con permitirle a la ministra actual reflexionar y proponer un plan educativo que esté anclado en una visión epistemológica clara, en una comprensión profunda del papel de la educación como motor de desarrollo humano y artístico; científico y tecnológico; y económico y social. La educación debe formar pensamiento crítico, liberar del sometimiento intelectual y responder a las realidades culturales e históricas del país. Sin introspección nacional —sin preguntarnos quiénes somos y cómo llegamos al predicamento actual— cualquier reforma será superficial. Hay que impulsar la educación como proceso emancipador.
El país necesita una transformación educacional, comenzando en saber quiénes somos y como llegamos a una situación de estancamiento, atraso y pobreza. Aquí planteo algunas ideas que podrían formar parte de ese nuevo paradigma educativo:
•Promover una conciencia salvadoreña como un solo pueblo. Esto tiene cómo requisito que la mayoría mestiza pase de ser la entidad nacional a la identidad nacional. El problema es que, a nivel de país, no conocemos bien la época precolombina, la conquista, la colonia ni la independencia. No conocemos ni el presente. Todo se sabe parchado y con graves errores.
• Focalizar en el desarrollo de las cualidades cognitivas y artísticas, y capacidades académicas.
• Currículos basados en el desarrollo en habilidades cognitivas y artísticas, y capacidades académicas centralizados en pensamiento crítico, creativo, sistémico, análisis y síntesis, no solo en memorización y manipulaciones mecánicas.
• Formación docente centrada en la epistemología del conocimiento, y el desarrollo de cualidades cognitivas y artísticas, capacidades académicas y en nuestra historia, y no solo en técnicas pedagógicas.
• Introducción del paradigma STEM como parte integral de la educación en El Salvador.
• Integración de STEM con las humanidades y las artes, respetando sus diferencias epistemológicas, pero fomentando el diálogo y la polinización cruzada.
• Reintroducción del deporte. El deporte fomenta la disciplina y la perseverancia: Valores que se trasladan directamente al rendimiento académico. Además, mejora la salud física y mental.
• Educación como proyecto nacional, no como política de gobierno.
Sobre la formación militar
Reducir la carrera militar a disciplina y obediencia es desconocer su complejidad. He trabajado junto a médicos-militares en EEUU y he llegado a apreciar la rigurosidad de la formación militar, centrada en el desarrollo de pensamiento estratégico, toma de decisiones bajo presión, comprensión geopolítica, liderazgo ético, y una capacidad aguda para adaptarse a entornos caóticos y cambiantes. La guerra, como fenómeno humano, es una expresión extrema de conflicto que involucra dimensiones políticas, económicas, culturales, psicológicas y tecnológicas. Quien la estudia o la enfrenta desde el ámbito militar debe comprender sistemas complejos, anticipar consecuencias, y actuar con responsabilidad dentro del marco legal.
Reducir la carrera militar a una lógica de mando y obediencia es desconocer que los oficiales y estrategas son también analistas, diplomáticos, ingenieros, psicólogos, planificadores y, en muchos casos, filósofos del quehacer militar. La guerra exige inteligencia, visión, intuición y humanidad. La educación militar se enfoca en formar individuos capaces de pensar, decidir y liderar en medio de la incertidumbre, no solo de obedecer. Aparte de su formación militar, la ministra es también médico, lo que demuestra una amplitud de criterio y capacidad de manejar varios dominios simultáneamente. En este sentido, una ministra con esa formación puede aportar una visión rigurosa, estructurada y profundamente humana a la educación.
En síntesis, El Salvador necesita una transformación educativa integral, anclada en una visión epistemológica clara y en un compromiso con el desarrollo humano y del país. Este es el desafío de la actual ministra. Darle espacio para construir esa visión no es sólo justo, sino necesario.
Creador de STEM | Ingeniero-científico
Washington, DC
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