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Flora Blandón: «Estamos viendo más centralización y más concentración»

La directora de la maestría en Desarrollo Territorial (UCA), Flora Blandón, advirtió que el país atraviesa por debilitados gobiernos municipales.

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¿Ha habido desarrollo territorial de El Salvador en los últimos años?

Hay que decir que muchas veces se le coloca el nombre de desarrollo territorial a cualquier actividad o proyecto que se haga en un municipio, pero en el sentido del concepto; cuando se habla del desarrollo territorial una parte central es que sean los actores territoriales los que definan lo que quieren para ese lugar en función de lograr el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que viven en ese lugar, así como de las futuras generaciones. Se está hablando de un proceso de largo plazo que requiere de la articulación entre lo local y lo nacional.

Estamos hablando de un proceso que tiene que ver con la vida de las personas, y esta es integral, tiene que ver con tener acceso a trabajo, pero también a servicios de educación y salud de calidad, a momentos de ocio; es decir, construir un territorio que genere oportunidades para su población.

¿Ve un panorama favorable para la descentralización de los servicios y el desarrollo de las zonas rurales?

La descentralización requiere de gobiernos municipales fuertes, así como de una población que de forma organizada ejerza la contraloría ciudadana necesaria para que este proceso se haga de buena manera, y en estos momentos parece ser que estamos viendo lo contrario. Ahora lo que tenemos son gobiernos municipales débiles y alejados de la gente, como resultado de la eliminación de instancias que les apoyaban, como el ISDEM, así como también de la reducción del FODES, y por todo el proceso de reestructuración municipal que llevó a que en la actualidad exista 44 municipios.

Aunque los nombres de los municipios anteriores se mantienen, sólo que ahora en los distritos, lo cierto es que los gobernantes municipales que antes estaban presentes en cada uno de esos 262 municipios ya no lo están más, por lo que no hay comunicación directa entre la ciudadanía y su gobierno. Se supone que hay una correa de transmisión en los distritos, pero evidentemente no es inmediata ni automática, pasa por intermediarios que son los directores de los distritos y en estos momentos no se sabe si está funcionando como debe de ser.

Es claro también que ahora, más que estar hablando de descentralización, de lo que se está hablando es de centralización, que involucra competencias, decisiones, recursos que antes estaban en manos de las municipalidades.

¿Hay una apuesta por el desarrollo de la zona rural? ¿Por qué?

Las acciones que se están realizando en los municipios y distritos no parecen ser apuestas que vayan en el sentido de fortalecer las dinámicas propias de cada lugar, más bien lo que se está observando es un país que está orientándose cada vez más al fortalecimiento del sector turístico, y un turismo que aborda lo urbano –como el caso de los centros históricos y otros espacios— pero que fundamentalmente es rural y tiene sentido por toda la riqueza que existe en este país en estas zonas de playa, de montaña, y eso no es urbano.

Se está frente a un proceso que en el discurso se orienta al fortalecimiento de estas zonas, pero cuando se examina lo que se está haciendo, lo que mira son procesos de desalojo de la gente que ahí ha estado viviendo durante muchos años, generando allí sus propias dinámicas de sobrevivencia, y que se han visto despojados de todo eso, y están siendo sustituidos por personas de fuera del lugar, ya sean nacionales o extranjeros.

¿Cuáles son los costos de que se apueste solo a las zonas más cercanas a la capital?

Hay que señalar que se durante la historia de este país se han ido generando desequilibrios territoriales, lo que ha llevado a que, por ejemplo, lo que en el área metropolitana es algo normal, como tener acceso a agua potable o a energía eléctrica, eso no es así en los municipios más alejados, como pueden ser los de oriente y toda la zona norte fronteriza; esas zonas han estado siempre descuidadas y desatendidas por las políticas públicas nacionales. Lo que se tiene como país es macrocefalia territorial, concentrada en los municipios del área metropolitana, la que se ha ido ampliando con nuevos municipios en los últimos años.

Lo anterior lleva a afirmar que no es lo mismo en este país nacer en un lugar lejos o en un lugar cerca del área metropolitana, o incluso al interior del área metropolitana de San Salvador; baste ver los precios de las viviendas en los distintos lugares.

¿Qué consecuencias puede traer que las instituciones públicas se sigan ubicando en el área metropolitana de San Salvador?

La consecuencia es que se sigue fortaleciendo las áreas más cercanas a la capital, en detrimento de las que se encuentran más alejadas, y esto lo que hace es agudizar los procesos de concentración, que tienen que ver con la población, las decisiones y los recursos. Se fortalece aún más lo que se conoce como «ciudades dormitorio», basta ver el tráfico en la mañana de gente queriendo entrar a ciertas ciudades trabajar y en la tarde gente retornando a su casa.

Jessica García
Jessica García