Negocios sobreviven entre lámina troquelada y madera en el Centro de San Salvador
Casas de lámina troquelada y madera de más de un siglo de antigüedad albergan distintos negocios que por décadas han dado vida a estos inmuebles en el Centro de San Salvador, pero que ahora están destinados a desaparecer.
Desde 1987, Ricardo Rivas y Reynaldo Orantes están al frente de un taller artesanal de zapatos sobre la 4a Calle Oriente. Foto EDH/Emerson Del CidEntre láminas y madera, este taller ofrece calzado personalizado de cuero y res elaborado artesanalmente. Foto EDH/Emerson Del CidDon Ricardo Rivas tiene 82 años de edad y a los 12 aprendió el oficio de ser artesano del zapato. Foto EDH/Emerson Del Cid«Zapateros hay muchos, artesanos no» aseguran estos expertos en calzado. Este oficio se pierde en el relevo generacional, aseguran, y en un momento dejará de existir si no se le da importancia. Foto EDH/Emerson Del CidSer artesano del zapato es cada vez más difícil porque las industrias han simplificado el proceso de armado de un zapato. Ahora, en vez de las hormas de madera o plástico como las de la foto, hay suelas prefabricadas de caucho, goma u otros materiales que facilitan el armado con cuerina artificial. Foto EDH/Emerson Del CidTanto Orantes como Rivas apoyan las políticas implementadas desde el Gobierno de Nayib Bukele y todas las dependencias del Estado. Las consideran necesarias. Pero también están conscientes que, debido a los requisitos que implementa la Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador, seguramente en algún momento dejen de operar en el mismo lugar en el que han estado casi por cuarenta años. Foto EDH/Emerson Del Cid“Lo más difícil es cómo los dueños de locales se han aprovechado y han encarecido las cosas. El que antes podía valer $300 ahora cuesta $800” dice Orantes. Foto EDH/Emerson Del CidDon Fabián González (d) junto a su hijo Nehemías Sánchez González realizan cortes a dos dólares en la Peluquería Libertad del centro histórico. Foto EDH/Emerson Del CidDon Fabián instaló esta peluquería en 1985, hace ya cuarenta años. Desde entonces se le conoce como el Peluquero de la Plaza Libertad. Foto EDH/Emerson Del CidAsegura que la casa donde trabaja y ahora también vive data su construcción desde 1923. Foto EDH/Emerson Del CidDesde hace cinco años, ahora este es también su hogar. Se siente más tranquilo a sus 82 años porque ya no tiene que viajar desde Tonacatepeque. Foto EDH/Emerson Del Cid“Si fuera por mi, no cambiaría nada de este lugar” asegura, pues considera que la estructura de este lugar forma parte de su esencia desde su construcción. Foto EDH/Emerson Del CidDon Fabián ahora debe andar con una yina en su pie derecho. Una úlcera le imposibilita ponerse sus tradicionales zapatos formales para atender su clientela. Foto EDH/Emerson Del Cid“Primero Dios que no lo toque el Centro Histórico (APLAN) porque si no voy a salir volando” termina entre algunas risas irónicas. “Solo me dijeron que si no calificaba, me la iban a cerrar. Como no la tengo bien chula, pero tengo trabajo y buena clientela, ellos sostienen los pagos de la casa” explica sobre una visita de APLAN hace tiempo. Hasta el momento, no han vuelto a visitarlo. Foto EDH/Emerson Del CidSobre la 8a Calle Oriente se ubica esta ostentosa vivienda de dos plantas que hecha completamente de lámina troquelada y madera. Foto EDH/Emerson Del CidLa empresa Ventanas El Cristal fabrica marcos de aluminio y ventanas en su interior. Foto EDH/Emerson Del CidLa vivienda tiene un espacio central que funcionó como una especie de jardin. Foto EDH/Emerson Del CidLa vivienda de dos plantas se estima que tenga su origen a principios del siglo XX. Foto EDH/Emerson Del CidEn la segunda planta hay almenos cinco cuartos que no son utilizados. Foto EDH/Emerson Del CidLuis Colocho, es un zapatero que está ubicado entre la Avenida Independencia y la 18 Avenida Norte de San Salvador. Foto EDH/Emerson Del CidTiene poco trabajando en el lugar, alrededor de tres años. Pero durante toda su vida se crió en estos espacios. Foto EDH/Emerson Del Cid«Estar en estos espacios está bien mientras se pueda. Nunca sabremos cuando no podremos estar» finalizó. Foto EDH/Emerson Del Cid
