INFOGRAFÍA: Expresidente Mauricio Funes gastó $1.2 millones en viajes de placer con fondos públicos

Fiscalía lo acusa de haber tomado de la cuenta de la Presidencia más de $1.2 millones para financiar viajes turísticos por varios países de su exesposa, amante, hijos y amigos.

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Funes, cuñada y suegra rumbo a Disney en avión privado. Foto EDH/archivo

Por Mirella Cáceres

15 June 2018

Mauricio Funes decidió tomarse un descanso en 2010 y dejó encargado el despacho a Salvador Sánchez Cerén. El punto cuestionable dentro de la investigación de la Fiscalía General de la República es que para tomar ese descanso no solo mintió para ausentarse del país y de sus funciones, sino que además tomó dinero público para ello.

Los movimientos de dinero asignado a la Presidencia de la República que realizó su exsecretario privado, Francisco Cáceres Zaldaña, a través de una de las tarjetas de débito de la Presidencia, dejó el rastro de un ilícito en el que participó Funes, según la investigación.

De las 49 transacciones que hizo Cáceres para pagar servicios en 12 hoteles diferentes localizados en Estados Unidos, Brasil y Panamá con la tarjeta institucional en todo el periodo, una llama la atención de la Fiscalía: las del el 3, 9 y 11 de agosto de 2010 en el Hotel Renaissance Sao Paulo (Brasil) por $74,136.79.

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En esas fechas en que se cargó ese monto a la cuenta de Capres, Funes no estaba en el país, sino que había emitido un acuerdo (el número 380) de la Presidencia en la que deja encargado el despacho presidencial a Sánchez Cerén, debido a que no se encontraría en el país del 6 al 12 de agosto de 2010.

Pero la razón oficial que dio el expresidente es que se ausenta porque estará “realizando misiones propias relativas al desempeño del cargo de Presidente de la República”, según revela la Fiscalía.

Pero en el rastreo que hacen los fiscales sobre este viaje, determinan que en efecto, Funes salió del país el 6 de agosto de 2010 y dejó registrado que va rumbo a Estados Unidos. Pero en el reporte de control migratorio en el aeropuerto emitido por la Dirección General de Migración y Extranjería, manifestó el ahora prófugo en Nicaragua, que salía por “razones turísticas”, que su salida no era oficial.

En síntesis, Funes inventó una misión oficial para delegar el despacho y hacer un viaje turístico.

Pero no solo eso, cuando regresa al país el 12 de agosto de 2010, Funes no lo hace procedente de los Estados Unidos, el destino de embarque, sino que llega desde Brasil.

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Según el detalle de pagos de Francisco Cáceres con la tarjeta de débito de Capres en el tiempo que Funes estuvo fuera esos días, canceló servicios en el hotel Renaissance Sao Paulo, de Brasil. uno por $22,882, uno de $34,178.28 y otro por $17,076.51.

Las fechas en que el acusado de lavado de dinero estuvo fuera concuerdan con los gastos hoteleros en Brasil cargados a la cuenta estatal y también concuerda que él regresara de ese país.

Esto, para la Fiscalía, es “un elemento más que permite fortalecer las imputaciones en contra de los imputados”, en este caso de Funes y Cáceres en el delito de lavado a través del mecanismo de la “conversión” (usar fondos ilícitos para compra de servicios). En este caso lo hacían usando la tarjeta de débito.

Millones en viajes

Según la investigación fiscal, en la presidencia de Funes, se gastó $4.5 millones del erario en viajes de placer. Así lo afirmó el Fiscal General el pasado 8 de junio cuando presentó el caso “Saqueo Público” en el que atribuyó a Funes, funcionarios y particulares el desvío de $351 millones de fondos públicos.

Pero de esa cantidad, Fiscalía le atribuye haber tomado $1,253,890 para comprar boletos aéreos durante su presidencia y posterior a ella en viajes de turismo de la familia.

La investigación dice que los viajes fueron realizados por su entonces esposa Vanda Pignato y familiares de ella; su amante Ada Mitchelle Guzmán y parientes; sus hijos Diego Roberto y Carlos Funes, amigos de estos. Además de todos ellos les acompañaban otras personas.

Los destinos son diversos: Guatemala, Miami, Nueva York, Los Angeles y Orlando, en EE.UU.; Amsterdam (Holanda), París (Francia) Berlín (Alemania), Sao Paulo (Brasil), Punta Cana en Dominicana, Panamá, Costa Rica entre otros.

Solo su hijo Diego Roberto Funes Cañas, condenado por enriquecimiento ilícito y acusado en este caso Saqueo Público por lavado de dinero, realizó 63 viajes con su novia y amigos por valor de $102,984. Los boletos aéreos los compraba la secretaría privada de la Presidencia, dice Fiscalía.

¿De dónde sacaba tanto dinero?

Entonces, de dónde salía el dinero para esos viajes de placer y para otras actividades, que van desde incrementar cuentas de ahorro, pagar préstamos y tarjetas de crédito, pago de colegios costosos y otros lujos o caprichos como cirugías estéticas.

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La investigación revela que Funes, Pignato, Ada Mitchell, sus hijos y otras personas beneficiadas con los viajes no tenían la capacidad para financiarlos.

En un análisis que hace la Fiscalía, Funes devengaba como presidente, $5,181.72, su único ingreso en ese período. Pero con todos los descuentos de ley se le hacían $4,312, pero que además se le descontaba $1,900 para pagar compromisos financieros, por lo que al final no le quedaba mucho dinero.

Pignato y Guzmán, esposa y amante respectivamente, tampoco contaban con ingresos para pagar los viajes propios y de parientes (ver detalles en notas aparte).

Sin embargo, la Fiscalía ha encontrado, además de estos gastos en turismo, actividades como movilización de dinero en efectivo por parte de estos imputados, los cuales califica de “típicas de lavado de dinero”. Menciona, entre otros, que

Funes depositó $121,500 a través de nueve depósitos provenientes de la sociedad Multimedia S.A. de C.V., propiedad de Jorge Hernández, sin capacidad para esos pagos.

Hernández es procesado por lavar poco más de $8 millones a Antonio Saca. Tiene arresto domiciliar.

Pero en este pago de Multimedia, la Fiscalía dice que Funes y Hernández simularon contrato por esa cantidad para, entre otras cosas, tener una justificación de que tenía salarios por nueve o diez meses, aparte de tener un “escudo mediático ante ataques políticos”.

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A Funes también le acusan de haber convertido dinero ilícito por $185,101.55 entre el 25 de junio de 2009 y el 8 de junio de 2011 por medio de pago de tarjetas de crédito sobrepasando lo que él ingresaba en concepto de salario.

Hizo cuarenta transacciones depósitos de $5,000, $3,000 o $4,821 y para ello usaba personal de Casa Presidencial y del Estado Mayor.

Además pagó préstamos por $169,472.59, pero en 67.58 % de los abonos los hizo en efectivo; de igual manera se le acusa haber lavado dinero mediante la compra de vehículos por $154,999 durante su periodo presidencial y después de este, por 144,990.

Funes se jacta vía Twitter que no hay pruebas en su contra de todas estas acusaciones, pero la Fiscalía dice tener documentadas las acusaciones contra él, entre ellas todas esas operaciones que hizo sin tener capacidad financiera para ello y sin que haya un origen determinado y lícito.