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Realeza británica en jaque por revelaciones

Harry de Sussex no ha descansado en sacar a luz los «trapos sucios» que toda familia e instituciones guardan con sumo cuidado

Los duques de York y Sussex están literalmente ensuciando la monarquía británica con sus desplantes, excesos y hasta riñas.

Las acusaciones sobre un supuesto altercado físico y afirmaciones controvertidas intensificaron la crisis interna de la familia real, publicó el periódico The Guardian, citado por el portal de noticias Infobae.

Pero el príncipe Harry negó una supuesta pelea física con el príncipe Andrew por supuestos comentarios ofensivos de este último hacia Meghan Markle, la esposa del primero, dijeron las fuentes.

La controversia tiene como punto de partida el libro Entitled: The Rise and Fall of the House of York, escrito por Andrew Lownie, donde se detallan presuntos episodios de tensión y enfrentamientos entre miembros de la familia real.

Estas revelaciones se producen en un momento delicado para Andrew, quien desde 2021 mantiene un perfil bajo tras la pérdida de sus títulos reales y militares debido a su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein.

Esto puede provocar reacciones en cadena muy peligrosas, afectando la imagen que a lo largo de los últimos cien años con tanta gracia, prudencia y mesura fue levantándose, principalmente con la reina Elizabeth II, cuya discreción, presencia en todos los eventos importantes de su reino y apego al orden constitucional, sentaron un ejemplo que, Dios mediante, cultiven y fortalezcan sus sucesores.

Harry de Sussex no ha descansado en sacar a luz los «trapos sucios» que toda familia e instituciones guardan con sumo cuidado, sobre todo después del drama de la princesa Diana, madre de Harry.

De Harry, su mujer Meghan Markle, sus encuentros y desencuentros con la Casa Real, su problemática relación con Guillermo, el heredero al trono, son muy del conocimiento público. A Harry sin duda no le pasa no ser el futuro rey, el motivo por el cual la pasa de pataleta en pataleta…

Andrés, el duque de York, además de ser parte de «la cherada» del pedófilo y traficante sexual Epstein, como tantos que se mueven por allí «y cuyos nombres no quiero mencionar», destaca por sus abusos con el dinero de los contribuyentes, siendo famoso que todo el tiempo utiliza vuelos «privados», despilfarra como marinero borracho en tierra y es «pesado» y arrogante…

Otras crisis han sacudido el trono británico en la era contemporánea

Otra de las crisis contemporáneas que han sacudido a la casa de los Windsor fue cuando el recién coronado Eduardo VIII abdicó en noviembre de 1936, declarando que era imposible vivir sin la mujer que amaba, la estadounidense Wallis Simpson, dos veces divorciada de maridos problemáticos, uno de ellos un alcohólico, el problema que tantas personas hombres y mujeres sufren sin conseguir escapar de esa enfermedad, aunque en la actualidad y al menos en Estados Unidos más y más personas han logrado superarlo.

Las últimas investigaciones científicas han establecido que el alcohol SIEMPRE perjudica el cuerpo, aun en pequeñas cantidades.

Una frase clásica, «Noblesse obligue», enseña que los nobles —sea de título o a causa de sus logros personales, la entereza de su carácter y en muchos casos miembros de familias que cuidan su conducta, principios y apellidos— deben cuidar su comportamiento y tradiciones familiares, no dejarse arrastrar por lo que en el fondo es pasajero, como en el caso de Eduardo VIII, que bien puedo apodarse «el Breve» porque solo estuvo 11 meses en el trono.

En seguida ascendió el Duque de York, que asumió el título de Jorge VI, padre de Elizabeth en ese momento de diez años de edad y que llegó al trono como Isabel II, retomando en nombre de Isabel I, la «reina virgen».

Esta última está asociada con uno de los culturalmente más luminosos de la historia inglesa, recordado por la puesta en escena de las obras de William Shakespeare, que fueron escritas, por todas las evidencias que se tienen, por el conde de Verre, un linaje que se remontaba a Guillermo el Conquistador.

El productor William Shakespeare nunca salió de Inglaterra, lo que contrasta con el hecho de que muchas de las obras de Shakespeare tienen como escenario ciudades italianas, entre ellas Romeo y Julieta en Verona.

Mientras la casa real británica se devana entre conflictos banales, el mundo convulsiona entre déspotas, guerras y retrocesos a las locuras del Medioevo y la esclavitud.

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