Este gravísimo incidente se suma a una serie de tiroteos que se vienen dando en Estados Unidos.
Este gravísimo incidente se suma a una serie de tiroteos que se vienen dando en Estados Unidos.
🗒️NOTA DEL DÍA
Dos niños murieron y diecisiete personas, entre ellas otros pequeños, resultaron lesionadas en Minneapolis, Minnesota, después que un desquiciado de veinte años disparara en una escuela católica desde fuera y donde el fue casi de inmediato abatido a balazos.
Este gravísimo incidente se suma a una serie de tiroteos que se vienen dando en Estados Unidos, tragedias en cierta medida inexplicables pues nadie en su sano juicio va a perpetrar masacres de personas con quienes, en la mayoría de casos, no tiene nada en común, fuera del hecho que, por lo general y por una fatal casualidad, las víctimas estaban donde fueron lesionadas o asesinadas.
En gran parte, la causa de esos horrores es la facilidad con que puede comprarse un arma, incluyendo «rifles de asalto» propios de guerras o usos militares, ni siquiera policiales. Y el «derecho» a hacerse de una o más armas se defiende por entidades como la National Gun Asociation, apoyada en una enmienda a la Constitución de Estados Unidos que recalca que el pueblo puede portar armas, aunque, según algunos, «pueblo» es el colectivo, no el individuo.
Pero en el caso de familias y grupos que viven aislados, de los que colonizaban nuevas tierras en su mayor parte arrebatadas a los pueblos nativos que obviamente se oponían y casos similares, portar armas era una cuestión de supervivencia.
En muchas otras partes del mundo y en Europa, asentada después de siglos de horribles mortandades por guerras de toda naturaleza, adquirir una arma, aun para cazadores, no es nada fácil; los solicitantes deben demostrar que no tienen antecedentes criminales, como drogadictos, etcétera, que no son amenaza para sus semejantes.
En Inglaterra la policía lleva únicamente un garrote, evitando así una «carrera de armamentos» con los delincuentes, los que por lo general recurren a dagas y objetos punzantes para perpetrar sus fechorías, usual en asaltantes en el resto de la comunidad de naciones.
Se han dado varios casos en Estados Unidos de padres que tienen la «brillante idea» de regalar un revólver o un rifle de asalto a sus hijos, estos «estrenan el arma» con una mata cinta en su escuela o colegio y el resultado son cadenas perpetuas, además de castigar al padre o la madre con quince o veinte años por complicidad.
Un caso horrible se dio en Arizona, donde un ranchero estadounidense mató a un bracero mexicano como una medida antiinmigrante como las que actualmente tienen lugar a lo largo y ancho del país y que está afectando la agricultura, los servicios de hostelería y el cuidado de ancianos y personas discapacidades, que según el actual gobierno, está liberando la nación «de asesinos, violadores, individuos que comen mascotas» y lindezas similares.
A medida que intentan afectar a Kilmar Ábrego, lo convierten en toda una celebridad mundial
En los últimos dos meses se han producido al menos seis tiroteos, en escuelas, centros comerciales, calles, en varios estados de la Unión Americana, pero como fueron causados por ciudadanos estadounidenses, las historias se pasan por alto.
Si los agresores hubieran sido latinos, las autoridades ya hubieran puesto el grito en el cielo en su campaña por desacreditar a los migrantes, la mayoría de los cuales son honrados, responsables y aman tanto la bandera de EEUU como la de sus países de origen.
De hecho, tras uno de los tiroteos causados por un nativo estadounidense, autoridades lo atribuyeron “aliens ilegales” y después tuvieron que retractarse penosamente.
Esa animadversión es la que ha llevado a la administración a ordenar a toda costa que deporten al salvadoreño Kilmar Abrego García hasta Uganda, África, pese a que está casado con una estadounidense y tiene hijos estadounidenses y a que tiene pendiente un juicio.
Kilmar, sin quererlo, se ha vuelto una «celebridad mundial» y entre más buscan afectarlo, crece su fama…
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