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Temen que las bordas no logren retener el caudal del Río Grande, este invierno

Durante 4 años se ha retenido el caudal, pero habitantes dicen que ahora la borda «se ha desmoronado».

Borda dañada

«Tiene que bajar el río un nivel de 3 metros para que toda esta agua se consuma», explica Manuel Hernández, líder comunitario del caserío Cazamota, refiriéndose al desbordamiento del Río Grande de San Miguel, cuyo cauce anega las viviendas del referido caserío, en cada invierno.

La inundación, generalmente, abarca las áreas de Cazamota, Santa Fidelia, cantón La Pelota, La Canoa, Miraflores y aledaños, dañando viviendas y cultivos .

La alcaldía municipal de San Miguel, todos los años, realiza obras de mitigación en la zona del río para mitigar los daños que hay al desbordarse el cauce; ejemplo de ello son las bordas que se levantan con la misma arena del río, y que con una altitud adecuada ayuda a evitar que al subir el caudal el agua llegue a la carretera Litoral, en el tramo de Santa Fidelia.

borda cortada (1)
Borda que fue cortada en Santa Fidelia, en un terreno aledaño al Río Grande de San Miguel. FOTO EDH/J MEJÍA.

La medida ya mostró ser efectiva y desde hace 4 años, aproximadamente, el río no se desborde en el sector de las bordas, y por ende se evitan las inundaciones en la importante carretera.

Pero este año el panorama no es nada alentador, según expresan los habitantes de la zona, porque la borda «se ha desmoronado» en varios sectores debido a las crecientes del año pasado. Y aunque han hecho algunas reparaciones con rocas blancas, no con arena, los lugareños consideran que no van a soportar la fuerza del agua, cuando las tormentas azoten.

Comentan que hubo personal encargado de las labores, hace algunos meses; quienes con máquinas excavadoras extrajeron arena, pero las isletas al interior del río no las dragaron,y ahí quedaron troncos, llantas y otros materiales que las crecientes del año pasado arrastraron. Todavía están ahí y es lo que provoca taludes de lodo, describen los residentes de la zona.

«El problema es que se ha ido llenando y asolvando el río, tanto que ya ha alcanzado el nivel de Cazamota. Lo más bajo que puede tener el río, en verano, son unos dos metros (profundidad del cauce), y cuando llega la cantidad de agua toda se va para el sector de Cazamota «, describe Manuel Hernández.

Rocas blancas
Rocas blancas que serán utilizadas para el cierre de la borda. FOTO EDH/ J MEJÍA.

Cazamota es un caserío que pertenece al cantón El Brazo, donde se encuentra una extensión del río, y por eso su nombre. Se encuentra a 3 kilómetros del cauce del río, y cuando el Río Grande se desborda todo se llena de agua. Santa Fidelia se encuentra en medio del valle y queda más próximo al río, pero tarda un poco más en inundarse.

Los líderes de la comunidad indican que el trabajo es demasiado grande y que sería de mucha ayuda que el gobierno dispusiera del Ministerio de Obras Públicas para dragar el río y construir un desagüe hacia otros cuerpos de agua cercanos.

Un ganadero de la zona de Cazamota indicó que el proyecto se había gestionado hace varios años pero no se concretó.

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