Las enfermedades, partos, y escasez de agua potable son parte de las situaciones a las que se enfrentan durante su proceso de supervivencia tras las inundaciones.
Las enfermedades, partos, y escasez de agua potable son parte de las situaciones a las que se enfrentan durante su proceso de supervivencia tras las inundaciones.
“Casi doy a luz en el refugio”, comenta Brenda Esmeralda Castillo Fuentes, quien a sus 23 años, se enfrentó a la difícil situación de evacuar en medio de la inundación que dejó el desbordamiento del río grande de San Miguel en el sector de Cazamota.
Brenda tenía en ese entonces 9 meses de gestación y fue para el año 2022 que la tormenta tropical Julia provocó en pocos días un acumulado de agua exorbitante, cuenta que ha sido la llena más fuerte que haya visto.
“Eran como en la madrugada, los vecinos se fueron para el albergue, pero nosotros decidimos quedarnos, el suegro, el cuñado, mi marido y yo, todos aquí en la casa, cuando de repente se escuchó un estruendo y ahí bajó toda el agua por bajo de la puerta, que hasta se rompió por la creciente” relató Brenda.
Agrega que en un abrir y cerrar de ojos el agua inundó la casa,en la primera tormenta, en un transcurso desde la tarde hasta la madrugada, afirma que el ruido se debió al rompimiento de la borda.
“Ya cuando los evacuamos él (su compañero de vida), llevaba el chanchito en un lado, el niño en la nuca y yo de la mano y con la barriga. Nosotros decidimos retirarnos al albergue y allí fue donde yo ya estaba en mis días próximos de dar a luz”, explicó Brenda.
Una ambulancia con una doctora, del albergue la trasladaron al hospital Nacional San Juan de Dios, un día después de la evacuación, fue un parto natural exitoso, de no ser así, le hubiera tocado parir en el albergue.
“Me llevaron un 13 de octubre y estaba dando a luz el día 14 a las 00:54 horas”, dijo Brenda, tuvieron que desplazarse por el sector de San Jorge ya que la carretera Litoral estaba inundada.
Luego que se calmó la situación, milagrosamente le entregaron el cerdo que había perdido, dice que una vecina vió como lo arrastraba la creciente y ella lo rescató, y lo resguardó en su casa hasta que pudo entregarlo a la propietaria.
También se ha identificado que para la época se proliferan los zancudos, niños aparecen con síntomas de sospechas de dengue, además se han reportado afectaciones con hongos en los pies de los menores y adultos al estar expuestos a las inundaciones con lodo y gripes.
Don Manuel Hernández, líder de la comunidad de Cazamota menciona que así como Brenda, mujeres en situación de embarazo, niños de todas las edades, adultos mayores y personas con discapacidad son los más vulnerables, siendo más suceptibles a los cambios, algunos lo manifestan a través de su estado de salud.
Pensando en ello personal de la Unidad de Salud de San Miguel, dispone brigadas de salud para las personas, Unidad de Salud de San Miguel Centro, además el lider comunitario destacó el apoyo de empresas privadas e iglesias.
Para las autoridades locales, trasladar estas personas al albergue asignado en San Miguel podría solventar las necesidades, sin embargo los afectados prefieren estar cerca de sus casas para no dejar sus animales y regresar después de mucho tiempo; por lo que piden comprensión de las autoridades y mejor adecuar el refugio de Cazamota.
“(Particulares), no andan escatimando el gasto, sino que nos llegan a hacer donativos para toda esta gente, ahí es donde he tenido que soportar a veces que las autoridades me dicen que si la gente no se va para San Miguel al albergue de alla, no me van a ayudar”, mencionó el lider de la comunidad.
Una de las necesidades a la que se enfrentan es el agua potable.
El caserío Cazamota de San Miguel Centro, tiene un total de 130 casas, en ese territorio hay una zona un poco más alta con 40 casas, que pertenecen al mismo sector que se le conoce como Las Flores, pese a la altitud y que la inundación no alcanza las casas, estas familias también resultan afectadas por que se rodean de agua y no pueden salir hasta hasta que el agua desciende, en algunos casos de tres a ocho días o más.
Debido a que quedan completamente aisladas sin poder salir a trabajar, conseguir leña para cocinar agua o comida, son consideradas con provisiones en el refugio temporal que se habilita en la zona segura del caserío.
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“Es por esa razón que en el albergue de la iglesia, tenemos un aproximado de 300 personas que llegan a desayunar, almorzar y a cenar, y los que se quedan son unas 60 personas que equivalen a unas 30 casas, que son a donde se les mete el agua”. Agregó Manuel Hernández, líder comunitario del caserío Cazamota en San Miguel Centro.
El agua potable que es distribuida por conductos es regulada y por la tarde se quedan sin el vital liquido, por esa razón don Manuel dice que ha solicitado a todos los alcaldes que han pasado por la silla edilicia de la ciudad migueleña, que se destinen recursos para instalar un tanque grande para captar agua y tener en el refugio 24/7 el servicio, ya que es un solo baño son muchas personas haciendo uso de él y para higiene es de suma importancia tener agua potable a disposición.
La misma situación han expuesto los afectados por inundacion en el cantón El Borbollón, zona de la laguna El Jocotal, los habitantes señalan que el agua sucia se filtra por las tuberías de agua potable y esta no puede consumirse, por eso es un recurso que piden como prioridad y son más de 100 familias las afectadas.
El refugio temporal ubicado en Cazamota, cuenta con 16 camarotes que están a la disposición de la población evacuada, pero siempre hace falta más recursos, colchonetas y frazadas son otros elementos indispensables, la comuna ha apoyado mediante entregas.
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