La paciente narra que comenzó como una espinilla, pero creció tanto, que el hueso que le creció en el cráneo le hizo temer por su vida.
Los últimos seis meses, Fany Lisset vivió angustiada por un tumor que le salió en la parte frontal de la cabeza, el cual comenzó, según lo describe, como una espinilla; pero en cuestión de meses evolucionó a una prominencia que deformó su cabeza.
Esta fue la segunda vez que enfrentaba un tumor, la primera vez fue cuando tenía 11 años. Ahora, a sus 32 años, al temor por su salud también se unió el miedo de que si no se curaba quién velaría por sus hijos. Ella recuerda que a inicios de año, en febrero pasado, le salió una especie de espinilla en la cabeza, pero no le dio mayor importancia
Fany Lisset Méndez Rodríguez recuerda que dos semanas después, la zona afectada se fue agravando, por lo que su mamá le recomendó ir al médico porque «la espinilla» lejos de disminuir , había crecido. Añade que en la zona afectada sentía un ardor interno; también identificaba que esa zona era la misma donde estaba la cicatriz de la cirugía que le hicieron cuando tenía 11 años,
La primera operación se la hicieron en el hospital de niños Benjamín Bloom. «Se me hizo abultado, y mi abuela me decía que me llevaría al hospital porque cuando fuera más grande, me iban a hacer burla en la escuela. No me dolía pero de repente se me hizo como una pelota de fútbol», recuerda Fany sobre su niñez.
El tamaño del tumor era tan grande que un ojo se le estaba hinchando, relata. «Mi abuela hizo los trámites del hospital, a veces nos íbamos con 2 colones de los de antes», cuenta Fany. Para ella y su abuela, esos dos colones era una cantidad grande, pues han sido personas pobres.
Pero su abuela se esforzaba para tener el dinero de los pasajes, y la comida la recibían por caridad de personas, de acuerdo a su relato. En esa época, Fany se encontraba al cuidado de su abuela en Tecoluca, San Vicente, ya que su mamá se había ido a San Salvador, a trabajar.
Recuerda que todo el tratamiento que le dejaron, lo hicieron al pie de la letra. Que ella y su abuela madrugaban para ser las primeras en el hospital. Fue un año completo de ese proceso, hasta que finalmente lograron hacerle la primera cirugía. Dice que los médicos no les dieron un diagnóstico exacto solamente que era «cebo», que le estaba perforando el cráneo, y tras la cirugía la doctora que la atendió le dijo que ya se encontraba bien.
«A mi me dejaron un material por dentro, yo no sé qué material porque se me formó como un hueso, hoy que ya estoy grande, pero los médicos dijeron en ese entonces había que dejarlo», afirmó la joven, sin poder dar mayores detalles del proceso quirúrgico de esa época,
Este año, las incomodidades comenzaron en esa zona de la cicatriz, describe que el dolor que sentía era en una zona como «diadema».
«Yo no sentía dolor de cabeza, nada. Yo dije: En nombre de Dios, nunca no me va a pasar nada» , expresa Fany.
En febrero de este año buscó atención médica y logró ser referida al hospital Rosales. Ahí estuvo ingresada un par de veces y también le dieron atención ambulatoria, pero solo era tratada con acetaminofén, según sus palabras. Uno de los médicos que la atendió le dijo que debían operar pero no le programaron fecha y se fue de alta con la esperanza de que la llamarían cuando hubiera camillas. Pero eso nunca ocurrió.
«Ahí en el Rosales me tuvieron, hasta que se me hicieron así 6 meses…La última vez que fui le digo ( al personal del Rosales): Haga lo posible de que me llamen porque yo siento que me crece más y más… Y me dijo: ‘No va a crecer más’ «, narra.
En su desesperación, Fany grabó un vídeo para un pariente, en donde le explica su preocupación, le muestra como el tumor había crecido y el líquido que supuraba permanentemente.
La persona que lo recibió decidió subir el material a las redes sociales. En el video, Fany lamentó el trato que recibió en el hospital y reflexionaba que las personas de la zona rural hacen muchos sacrificios para viajar al hospital en busca de la salud, pero ella fue testigo del estrés del médico que la atendía, y su respuesta no fue nada alentadora.
«El día miércoles, el doctor me dijo que cuando hubiera camillas me iban a mandar a llamar. , ‘Yo no soy dueño de las camas’, me dijo. ‘Es del sector de camas que la van a mandar a llamar’, me dijo», relata Fany en un video que se viralizó en redes sociales.
También añadió que para quienes la evaluaron no era grave su condición. Ella guarda varios documentos de los exámenes de laboratorio que le hicieron en el Rosales, en uno hay diagnóstico de exostosis y en otro de fístula región frontoparietal.
La Exostosis «es un tumor óseo benigno. Es posible que no necesite tratamiento. Depende del hueso donde crezca y de si causa dolor. Ciertos tipos de exostosis requieren extirpación quirúrgica», explica, Cleveland Clinic, en su página web.
La fístula en la región frontoparietal se refiere a una conexión anormal o un túnel entre dos estructuras.
En otro documento, con fecha 18 de julio de 2025, de interconsulta se explica: «Paciente femenina… por hiperostosis que se encontraba en control con neurocirugía, este día se (…) biopsia, se recibe material de apariencia de cuerpo extraño, de consistencia sólida, el cual se deja en descalcificación, sin presentar cambio debido a las características de la muestra no es posible procesarla para evaluación al microscopio se recomienda tomar nueva biopsia por especialistas de cirugía plástica ( … ) e interconsulta con neurocirugía porque se evidencia crecimiento vertical de lesión…»
El mismo documento tiene engrapado un papel más pequeño que dice: «Favor solicitar cita a finales de enero del año 2026». El video que la joven mandó a la pariente lo subieron a redes en el día y por la noche le llamó un doctor y le pidió detalles; además, se comprometió con ella a hacer lo posible de contactar a personas para acelerar la cirugía.
Luego la contactaron del Hospital Nacional Zacamil y el 26 de agosto la operaron. La paciente está agradecida por la prontitud de la cirugía y el trato que recibió. Del hospital Zacamil guarda un documento donde se le diagnostica hiperostosis del cráneo, con fecha de ingreso 18 de agosto de este año. La hiperostosis craneal se refiere al engrosamiento anormal y excesivo del hueso del cráneo.
Ahora, la paciente se recupera y agradece a todas las personas que compartieron el video, al equipo médico que se compadeció de su caso y le hicieron nuevamente todo el proceso de exámenes en un corto periodo previo a la cirugía, que resultó exitosa.
Cuando se le pregunta sobre su diagnóstico, ella solo responde que no le dieron diagnóstico para que no se fuera a enfermar psicológicamente . Fany temía por su vida ya que ella tiene dos hijos pequeños. Cuenta que aún enferma ella tenía que ir a trabajar, lavando ajeno, pues necesitaba el dinero para sus pasajes, cada de 8 a 15 días, desde Tecoluca en San Vicente hasta el hospital Rosales en San Salvador.
«A veces yo me iba a hacer las lavadas así enferma, por la necesidad, porque quería ir a las consultas y quería estar pendiente de mi tratamiento», agrega.
Fany ha quedado en controles rutinarios para verificar la curación total de la cirugía, entre las recomendaciones que le brindaron los médicos es que ya no puede hacer mucho esfuerzo físico, debe guardar dieta, pero para ella es muy difícil ya que es una persona de escasos recursos económicos.
Cada mes deberá viajar al hospital Zacamil para chequeos, por lo menos durante seis meses, para verificar que la cirugía cicatrice con normalidad, de no ser así, darle atención inmediata.
La casa en la que vive es construida con láminas, no cuenta con servicio de energía eléctrica ni agua potable, y cuando llueve se le inunda, no tiene los recursos para hacer arreglos y evitar las anegaciones además que en el terreno que habita es gubernamental, por lo que vive con la incertidumbre que de un día a otro la pueden desalojar y no tiene a donde ir.
Fany dice que continuará su vida normal, trabajando con el cuidado necesario para seguir llevando el sustento a su familia. Si alguna institución o persona desea colaborar con Fany puede contactarse al 7061-0076. Fany cuenta que así como ella, otros pacientes se quedaron a la espera de ser intervenidos quirúrgicamente en el Hospital Rosales.
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