En 2023 alrededor del 1.9% del total de la población menor de 18 años en El Salvador vivía con $2.15 diarios y al menos ocho de cada cien niños y niñas sobrevivían con menos de $4 dólares por día.
En 2023 alrededor del 1.9% del total de la población menor de 18 años en El Salvador vivía con $2.15 diarios y al menos ocho de cada cien niños y niñas sobrevivían con menos de $4 dólares por día.
Dos de cada cien niños salvadoreños no tienen lo necesario para sobrevivir. De acuerdo al último informe del Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, publicado en 2024.
Las estimaciones del documento indican que más de 35,870 niños salvadoreños viven en hogares en condiciones de extrema pobreza.
El documento utiliza las tres líneas de pobreza del Banco Mundial para analizar la situación e identifica que los hogares que viven con menos de $2.15 diarios se encuentran en el umbral de pobreza extrema, mientras que $3.65 corresponde a ingreso medio bajo y $6.85 a ingresos mediano alto.
De acuerdo al informe, un 1.9 % de los niños salvadoreños vive en hogares catalogados en pobreza extrema, lo que significa que tienen ingresos insuficientes para adquirir los alimentos necesarios para su desarrollo.
Además, un 8.9 % de los infantes se encuentra en el umbral de ingresos medio bajo, lo que equivale a más de 169,000 menores.
Un 37.8 % de los menores salvadoreños se ubica en el rango de ingreso medio alto, lo que representa aproximadamente 716,200 infantes.
El documento destaca que en Centroamérica, Honduras y Guatemala tienen la mayor población infantil en extrema pobreza, con más de 627,900 y 600,600 niños, respectivamente.
En toda Centroamérica se estima que hay 1.4 millones de niños que viven en hogares con ingresos mínimos.
«Estos hogares pobres tienen menos recursos para sobrevivir y son vulnerables a los riesgos del cambio climático y las perturbaciones internacionales, como la pandemia de Covid-19 , que sumió a la economía mundial en una recesión y afectó los avances en la reducción de la pobreza», dice el documento.
Por su parte la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) 2023, del Banco Central de Reserva (BCR), muestra un repunte de la pobreza en El Salvador.
Según un análisis del Banco Mundial con base en la EHPM, en 2023 el 30.3 % de la población vivía en pobreza y el 9.3 % en pobreza extrema, alcanzando el nivel más alto de la era pospandemia.
Estos datos son particularmente relevantes, porque según una investigación de Fundaungo, el 80.3 % de los hogares salvadoreños donde hay niños, niñas y adolescentes (NNA) son pobres o están en riesgo de caer en pobreza monetaria.
El estudio «Condiciones de vulnerabilidad de los hogares salvadoreños con niñas, niños y adolescentes», elaborada por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo) documenta que en los hogares donde hay niñez y adolescencia es donde se sufre más pobreza por ingresos o están en un mayor riesgo de caer en ella.
La pobreza por ingresos o monetaria, analizada en el documento, se mide por la capacidad de adquirir la canasta básica.
El informe indica que, si a una familia no le alcanza el dinero para comprar ni una canasta básica, está en pobreza extrema.
Si sus recursos son insuficientes para cubrir una canasta ampliada -cuyo costo equivale a dos veces la básica-, entonces se encuentra en pobreza relativa.
La tasa general de pobreza aumentó 3.4 puntos porcentuales entre 2019-2022, indicó Fundaungo. En 2019 afectó al 22.8 % de los hogares salvadoreños, pero en 2020 llegó al 26.2 %. Sin embargo, la pobreza extrema avanzó.
Cinco de cada diez pobres en el mundo, son niños
El Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, realizaron en 2023 una investigación que destacó que uno de cada cinco niños vive en pobreza extrema en todo el mundo.
El documento reveló que 333 millones de niños y niñas (o uno de cada seis) sobreviven con menos de $2.15 al día, es decir viven en pobreza extrema en todo el mundo, según el análisis.
El informe Global Trends in Child Monetary Poverty According to International Poverty Lines (Tendencias mundiales de la pobreza monetaria infantil según el umbral internacional de la pobreza), en el que por primera vez se examinan las tendencias de la pobreza infantil extrema, concluye que, si bien el número de niños y niñas que viven con menos de 2.15 dólares al día disminuyó de 383 millones a 333 millones (o un 13%) entre 2013 y 2022, las repercusiones económicas de la Covid-19 provocaron la pérdida de tres años de progresos.
«Los niños aún se ven afectados de manera desproporcionada, ya que representan más del 50 % de las personas que viven en la pobreza extrema, pese a que su proporción en la población mundial es de solo el 30 %», dice el documento.
El análisis, advierte que, al ritmo actual de reducción, no se alcanzará la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, de poner fin a la pobreza infantil extrema para 2030.
«Hay que redoblar los esfuerzos para garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a los servicios esenciales, como la educación, la nutrición, la atención sanitaria y la protección social, al tiempo que se abordan las causas profundas de la pobreza extrema», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, en la presentación del documento.
El documento también destaca que América Latina y el Caribe, una región compuesta en su mayoría por países de ingreso mediano alto, mantuvo niveles relativamente bajos de pobreza infantil extrema, dice el informe, poco menos del 8 % en 2024, frente a más del 10 % en 2014.
Sin embargo, en el umbral de $ 8.30 al día, que es el ingreso bajo, más del 41 % de los niños aún vive en la pobreza, un porcentaje que indica una desigualdad persistente.
Según el informe, África Subsahariana soporta la mayor carga de niños y niñas que viven en la pobreza extrema (el 40%) de todo el mundo, y en esa región se registró el mayor aumento proporcional de la última década, al pasar del 54.8% en 2013 al 71.1% en 2022.
Los niños tienen más del doble de probabilidades que los adultos –el 15.8% frente al 6.6%– de vivir en hogares extremadamente pobres, sin los alimentos, el saneamiento, la vivienda, la atención sanitaria y la educación que necesitan para sobrevivir y prosperar, advierte el documento.
«Un mundo en el que 333 millones de niños y niñas viven en la pobreza extrema, privados no solo de sus necesidades básicas sino también de su dignidad, oportunidades o esperanzas, es sencillamente intolerable», afirmó Luis–Felipe López–Calva, director mundial de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, también durante la presentación del informe.
Los niños y niñas más vulnerables –como los que viven en entornos rurales y los que viven en hogares en los que el cabeza de familia tiene poca o ninguna formación– sufren considerablemente más los efectos de la pobreza extrema.
Para acabar con la pobreza extrema y contrarrestar el retroceso de la pandemia, Unicef y el Banco Mundial hacen un llamamiento a los gobiernos y aliados para que garanticen una atención continua a los niños y niñas que viven en la pobreza extrema en países de ingresos bajos y medios y en contextos frágiles.
Además, que den prioridad a los programas dirigidos a abordar la pobreza infantil, incluida la ampliación de la cobertura de protección social destinada a los niños y niñas para llegar a aquellos que viven en hogares extremadamente pobres.
Y finalmente, que se diseñen políticas públicas que lleguen a los hogares de las familias numerosas, de las familias con niños y niñas pequeños y de las personas que viven en las zonas rurales.
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