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Habitantes de Joya de Ventura piden les reparen las calles deterioradas

En invierno, la población queda incomunicada, los niños no pueden asistir a la escuela y la gente no puede ir a sus consultas médicas ni a comprar.

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La gente del cantón Joya de Ventura, en San Miguel, pide a las autoridades intervenir las calles de acceso debido a que están dañadas. En algunos sectores, hay partes con concreto en la zona rural, en otras solo tierra; los mismos pobladores ya han intervenido en el pasado con los materiales que han logrado juntar.

Sin embargo, tras el invierno pasado, la situación se ha agravado. «Todo lo que es ese plan para allá de la escuela para arriba, toda esa calle no sirve», expresó un lugareño.

Relatan que hace un año y medio los 11 directivos de la Asociación de Desarrollo Comunal (Adesco) aportaron para comprar materiales y hacer una rampa antes de llegar al cementerio de la localidad, debido a que en invierno los carros fúnebres no podían pasar.

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Rampa elaborada por los miembros de la directiva, poco a poco deteriorandose. FOTO EDH/J MEJÍA.

Con piedras para la base y con cemento lograron mejorar el paso de vehículos; sin embargo, debido a las corrientes de agua el concreto se ha ido desprendiendo.

Con los pocos recursos que generan, los miembros de la Adesco han ido haciendo reparaciones y la mano de obra sale de los mismos habitantes. A pie desde el centro de San Jorge a la comunidad se emplea entre media hora a 45 minutos.

El 7 de octubre, las lluvias provocaron un derrumbe en un tramo de acceso de la comunidad Joya de Ventura, en el sector de la cuesta de la iglesia católica que conduce al caserío El Roble. El 11 de octubre se pusieron manos a la obra para reparar un tramo que había quedado intransitable de otra calle de acceso. El 16 de octubre, el paso nuevamente se inhabilitó tras la caída de un árbol. La comuna despejó el área en esa ocasión.

A mediaciones de la comunidad existe una quebrada que corta el paso cuando suben las crecientes, la gente queda incomunicada y no pueden regresar ni ir al pueblo de San Jorge para ir comprar, a pasar consulta o, a la escuela en el caso de los niños, debido al riesgo de arrastre del gran afluente. En el pasado, explican los lugareños que la quebrada ya se cobró la vida de una niña, y que un camión quedó atascado en otro hecho.

sacos y huecos
Habitantes han colocado en un tramo de la calle, sacos con arena para que los vehiculos puedan pasar sin volcar.FOTO EDH/ J MEJÍA.

«Aquí tenemos necesidad tanto de que nos arreglen el cementerio como que nos arreglen los caminos, no sirven», dijo don Roberto Córdoba, quien es un adulto mayor que con mucha dificultad camina por los senderos.

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