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Afectados por inundaciones en San Miguel claman por ayuda

Personas altruistas han empezado a llevarles ayuda a familias del caserío Cazamota, quienes resienten el abandono de las autoridades tras los daños por inundaciones.

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Desde hace más de 15 días, los habitantes del caserío Cazamota, en el cantón El Brazo, municipio de San Miguel Centro, enfrentan graves inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Grande de San Miguel. Se trata de una emergencia que padecen cada año, pero que sigue sin recibir respuesta efectiva de las autoridades.

Las familias viven en condiciones críticas: los pozos de agua han quedado contaminados por las crecientes, la pesca se ha reducido debido al arrastre de los peces, la agricultura permanece paralizada y la ganadería sufre pérdidas por el traslado forzoso del ganado a zonas más altas.

Ante este escenario, la principal urgencia es la alimentación, seguida de atención médica y otros servicios básicos.

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Entrega de alimentos a familias afectadas por la inundación. FOTO EDH/CORTESÍA.

Solidaridad ciudadana

El ciudadano Stanley Hernández, quien acostumbra grabar videos para denunciar las problemáticas de las comunidades, con el respaldo de empresarios locales organizó la entrega de víveres y fardos de agua a todas las familias afectadas. Los donativos fueron recibidos con gratitud, ya que representaron un alivio inmediato frente a la crisis alimentaria.

Los beneficiarios recibieron la ayuda con alegría y agradecieron a quienes les llevaron agua y comida, puesto que resaltan que están sin poder trabajar para cubrir sus necesidades.

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Calles anegadas en Cazamota. FOTO EDH/ J MEJÍA.

Ayuda oficial, insuficiente y simbólica

En contraste, los líderes comunitarios denuncian que la ayuda municipal ha sido mínima. Según relatan, el alcalde de San Miguel Centro, Alex Torres, llegó a la zona días atrás, pero únicamente entregó ocho fardos de agua para toda la comunidad de 90 familias.

“El alcalde vino y me dijo que no venía a ver gente inundada, sino el caudal del río Grande. Aquí somos 90 familias, la mayoría campesinos, y los trabajos están suspendidos porque las aguas siguen crecidas”, reclamó doña María, lideresa de la comunidad.

La acción del edil fue publicada en su página oficial, pero los habitantes la califican como insuficiente y desconectada de la magnitud de la emergencia.

Mientras las condiciones climáticas no mejoren, las familias de Cazamota permanecerán en vulnerabilidad extrema. Por ello, los líderes comunitarios y el mismo ciudadano que organizó la ayuda hacen un llamado a la población en general y a otros sectores solidarios para sumarse con donativos y acompañar a quienes hoy sobreviven en el abandono.

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