El sábado fueron informados que se realizaría el traspaso desde este lunes, con fecha límite hasta este miércoles para finalizar la reubicación. Foto EDH/Emerson Del Cid
“Todo ha sido bien a la carrera” es la frase que más se repite entre los comerciantes del nuevo mercado San Miguelito, tras haber sido notificados de que tenían tres días para desalojar los puestos provisionales instalados en las calles aledañas e ingresar al nuevo edificio.
Este lunes, aproximadamente a las 6:00 de la mañana, los comerciantes iniciaron un proceso de pre-registro, en el cual les informaron el número de local que les fue asignado de forma aleatoria.
Tras una larga fila para verificar sus datos los comerciantes ingresaban a las instalaciones para conocer sus nuevos puestos de trabajo y ordenar su mercadería.
Previo al incendio que destruyó el mercado en septiembre de 2021, los vendedores estaban distribuidos por áreas específicas para flores, comida, bazares y otros rubros; pero en la actualidad los comercios están diversificados en cada uno de los cuatro niveles.
“Todo el edificio es de lujo, parece un centro comercial, pero ya no es un mercado; no hay dónde sentarse y las pupusas las dejaron de la segunda planta para arriba”, señaló Marta Vázquez, una de las vendedoras de tortillas reubicadas, argumentando que la ubicación de los puestos podría dificultar las ventas.
“Después de cuatro años instalados en otro lugar es refrescante volver, pero a la vez se siente nervioso uno, es como tener un juguete nuevo. Esperamos que el jueves ya estemos abiertos al público como nos dijeron”,
Andrea Vides, comerciante de flores.
Una de las primeras limitantes con las que se encontraron los comerciantes de alimentos al ingresar al mercado fue que los locales miden 2.40×2.80, por lo que no es posible llevar los utensilios para exhibir y mantener caliente la comida “porque no caben”. Están valorando vender los viejos para comprar nuevos más pequeños.
Las autoridades anunciaron que el nuevo edificio tiene una inversión de $34 millones y un área de 45,000 metros cuadrados.
Los comerciantes de comida recibieron un local de aproximadamente dos metros cuadrados con una refrigeradora, una plancha o cocina nueva y, en algunos casos, a las vendedoras de refrescos se les entregó utensilios como ollas, cafeteras pequeñas y cucharones.
Dos meses después de la inauguración del mercado, los vendedores recibieron los puestos asignados. Foto A. Parada
Durante un recorrido de El Diario de Hoy por las instalaciones, algunos de los vendedores detallaron que su conexión de agua no estaba funcionando por lo que habían pedido ser reubicados o que había goteras.
Los comerciantes fueron informados oficialmente de que podrán retomar sus labores al interior del nuevo edificio, una vez que se retiren todos los puestos de las calles, por lo que aún no tienen certeza de si será este jueves 13.
“Ya no puedo dar el plato de comida a $2 tengo que ver como le subo un poquito para sacar los costos de IVA y el pago del contador. Las cosas han estado desordenadas porque incluso pagamos agosto sin estar ahí”,
Danilo Hidalgo, comerciante de comida.
El alquiler de los nuevos locales ronda entre los $85 a $185 mensuales, más agua y luz. Los vendedores sostienen que en la mayoría de los casos se ha triplicado el precio debido a que solo pagaban $30 mensuales.
De forma inmediata los comerciantes no deben pagar por vigilancia nocturna en los locales ni por el uso de sanitarios en las instalaciones.
No está permitido colocar exhibidores o maniquíes fuera de los puestos asignados, ni taladrar las instalaciones para fijar estructuras o elementos adicionales. Foto EDH/Emerson Del Cid
Se estima que el nuevo edificio tiene capacidad para más de 1,000 locales de negocios, los cuales serán administrados por la nueva Dirección de Mercados Nacionales (DMN).
Además, tiene un parqueo con capacidad para 124 vehículos, espacio de carga y descarga de productos, bodegas, zona de oficinas y un área destinada como capilla religiosa.
Los locales asignados a cada vendedor no deben ser modificados para colocar nuevos rótulos, hacer perforaciones o colocar vitrinas en la parte exterior de los puestos, debido a que estas pueden obstaculizar el paso peatonal.
“Yo solo tengo tercer grado, nunca había oído cómo se lleva el iva, solo sé que tengo que pedir facturas de todo lo que compro y llevar un registro de todo lo que venda ahí adentro porque lo van a revisar”,
