Producción nacional de granos, lácteos y carne no cubre demanda
El déficit afecta a alimentos clave como los frijoles y el maíz, así lo reveló un análisis hecho por Campo. Luis Treminio, presidente de la gremial de agricultores, enfatizó la necesidad de reactivar el sector y de políticas públicas que incentiven la producción nacional.
octubre 20 | 8:01 am
Por Tania Urías
La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) realizó un análisis de la producción de nueve de los principales alimentos que conforman la dieta salvadoreña. Los resultados arrojaron que, para cinco de estos, la producción nacional resulta insuficiente para cubrir la demanda interna.
El estudio se centró en contrastar el consumo de alimentos per cápita y a nivel nacional anual, con los datos de producción de diversos productos —pollo, carne de res, huevos, maíz, frijol, lácteos, carne de cerdo, sorgo y arroz— y la población estimada del país.
Uno de los hallazgos más relevantes es que la producción de carne de res no logra cubrir ni siquiera la mitad de la demanda total de la población salvadoreña. Según los datos de Campo, los salvadoreños consumen en promedio unas 19 libras —cerca de 8.64 kilogramos— de carne al año.
Con una población estimada de 6,029,976 habitantes, la demanda total se situaría en 114,564,720 kilogramos. Sin embargo, solo se producen 39,600,000 kilogramos al año (unas 87,303,000 libras), un déficit de 74,964,720 kilogramos.
En términos porcentuales, el déficit en carne de res supera el 65%. Esto significa que, de cada diez libras de carne necesarias, solo se producen cerca de 3.5 libras. El Salvador es el único país de la región que presenta un déficit en la producción de este alimento, mientras que sus vecinos logran cubrir la demanda o, incluso, tienen excedentes.
Una situación similar se presenta con los lácteos. En El Salvador, cada habitante consume, en promedio, unos 110 kilogramos (242 libras) de lácteos por año (queso, crema y sus derivados).
Para satisfacer a la población total, se requeriría una producción de 663,297,360 kilogramos. La producción nacional, no obstante, apenas alcanza los 89,628,000 kilogramos, dejando un alarmante déficit de 573,669,360 kilogramos.
Agricultores consultados han advertido que la mayoría de los lácteos consumidos en el país son importados. Nicaragua se consolida como el principal proveedor. De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR), de enero a agosto, El Salvador compró a Nicaragua unos $108 millones en queso y requesón, lo que representó el 68.4% del total de las importaciones de este producto durante ese período.
Granos básicos no alcanzan
Campo también analizó la producción de granos básicos en comparación con la demanda nacional, y nuevamente se detecta una producción inferior a la que se requiere. El déficit total en granos básicos alcanza los 5,832,500 quintales.
Solo en el caso del frijol, la gremial estima para la cosecha 2025-2026 harán falta unos 500,000 quintales del grano.
Luis Treminio, presidente de Campo, advierte que la producción anual de frijol solo alcanza a cubrir el 40% de la demanda nacional. Según los datos de Campo, El Salvador ocupa el quinto lugar en producción de frijol en Centroamérica, siendo el primer lugar Nicaragua, su principal proveedor, que cosecha alrededor de cuatro millones de quintales del grano por año.
En el primer semestre de 2025, ya se habían comprado unos $13.5 millones de frijoles, según datos del Banco Central de Reserva (BCR), y Nicaragua se mantiene como el principal proveedor.
De acuerdo con el líder gremial, la producción de todos los granos básicos es insuficiente para alimentar a la población.
Respecto al maíz, el déficit se sitúa en 4,770,000 quintales, en contraste con una demanda nacional de más de 14,030,000 quintales. En el caso del arroz, la insuficiencia alcanza los 187,500 quintales.
El maíz tiene el mayor déficit entre los cultivos analizados por Campo, con un 25.37% de su consumo total que no se espera cubrir con la producción proyectada para el ciclo agrícola 2025-2026. En promedio, el déficit para el total de estos cultivos es del 23.33%.
Treminio ha señalado una caída constante en la producción de granos básicos en los últimos cuatro años, pasando de 2.9 millones de quintales en 2021 a 1.5 millones de quintales en 2024. Para el cierre de 2025, ya se proyectan nuevas bajas.
El Salvador, el que menos produce
En la región, Panamá y Costa Rica son los que enfrentan el mayor déficit en producción de alimentos.
Sin embargo, El Salvador es el único de la región en que la producción de carne no cubre la demanda. Adicionalmente, el país tiene la producción más baja en cinco de los nueve alimentos analizados por Campo.
En el caso del maíz, de acuerdo con las estimaciones de Campo, la demanda en Panamá es de hasta 11,409,133 quintales, pero la producción apenas supera los 594,000, por lo que el déficit excede el 60%.
Honduras y Guatemala tienen un 49.2% y 45.8% de producción inferior de maíz, respectivamente, en relación con lo que se requiere para alimentar a sus habitantes.
En la producción de frijol, Costa Rica presenta el mayor déficit con un 68.41% de su consumo total que no está cubierto internamente. Le sigue Panamá, con un 49.60% de producción inferior respecto a la demanda.
Crisis agropecuaria
La escasa producción de alimentos, tanto en El Salvador como en el resto de naciones del istmo, está relacionada con dos factores principales, la agricultura en crisis y la demanda de importaciones de alimentos.
Luis Treminio, de Campo, advierte que, «si no se reactiva el sector, nos vamos a quedar sin agricultores antes de 2030 y la alimentación de la población entrará en crisis».
Uno de los aspectos más graves es la constante caída en la producción de cereales, pues en los últimos cinco años la producción de frijol, arroz, maíz y sorgo ha ido «en picada».
«En el 2021, que fue el último año normal que se dio, la producción llegó a tener 2,800,000 hectáreas en grano básico, con lo que se lograba abastecer el mercado local; se necesitan 2,500,000 hectáreas y queda un excedente para poder exportar», dice Treminio.
Sin embargo, a partir del 2022, la producción de cereales ha ido a pique, pasando de 1,900,000 hectáreas ese año, a 1,700,000 quintales en 2023 y 1,500,000 en 2024, de acuerdo con los datos recopilados por Campo.
La crisis también afecta a la cosecha de frutas y verduras, ya que el cultivo de estas es mínimo, lo que ha incrementado la dependencia de mercados extranjeros.
Para el dirigente gremial, otro de los obstáculos más grandes que enfrenta el sector es la ausencia de políticas públicas efectivas que faciliten que los programas e insumos lleguen a los interesados y que, además, protejan las cosechas e incentiven la producción nacional.