El más reciente Informe Estado de la Región en Centroamérica y República Dominicana indica que estos grupos tienen mayores dificultades de conseguir un empleo de calidad y plantea los siguientes factores que inciden
El más reciente Informe Estado de la Región en Centroamérica y República Dominicana indica que estos grupos tienen mayores dificultades de conseguir un empleo de calidad y plantea los siguientes factores que inciden
Cinco de cada 10 mujeres en edades productivas logran encontrar un empleo, comparado con 8 de cada 10 hombres que obtienen una oportunidad laboral en los países de Centroamérica y República Dominicana.
Así lo plantea un reciente artículo del investigador costarricense Alberto Mora, coordinador del informe Séptimo Estado de la Región (ERCA), el cual es parte del Programa Estado de la Nación (PEN), un centro de investigación de Costa Rica.
«A nivel regional, sólo la mitad de las mujeres en edades productivas (15 a 64 años) forman parte de la fuerza laboral, ya sea buscando empleo o ejerciendo uno. En contraste, alrededor del 80% de los hombres en ese grupo de edad participan en el mercado de trabajo», dice en el artículo de Mora, titulado: «Amplios grupos de población centroamericana están excluidos de las oportunidades de empleo de calidad».
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El autor agrega que ello está directamente relacionado con la fuerte carga que las mujeres asumen en el trabajo doméstico no remunerado y el cuido, cuyas labores continúan recayendo mayoritariamente en ellas.
El investigador indica que además de tener una menor tasa de participación, las mujeres enfrentan mayores dificultades para obtener un empleo, pues los datos reflejan que entre 2018 y 2023, el desempleo femenino promedio a nivel regional fue del 8%, casi el doble que el de los hombres que fue de 5%.
«Cabe destacar que muchas de las mujeres reciben un ingreso menor al de los hombres», agrega Mora.
De acuerdo con el estudio que dirigió el costarricense y se dio a conocer recientemente, en Centroamérica y República Dominicana «las mujeres, las personas jóvenes, quienes residen en zonas rurales y los hogares pobres tienen mayores dificultades de inserción laboral y de conseguir un empleo de calidad, que respete las garantías laborales y el salario mínimo».
En el caso específico de El Salvador, la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), publicada por el Banco Central de Reserva (BCR), reflejó que la tasa de desempleo hasta 2023 para las mujeres fue del 5.1 %.
De acuerdo a ese documento, la Población Económicamente Activa (PEA) en el país es de 3,094,079, de la cual 1,336,642 (43.2 %) son mujeres y 1,757,436 (56.8 %) son hombres.
«El mercado de trabajo es fundamental para convertir el crecimiento económico en oportunidades de ingresos para que las personas puedan tener una vida digna», Alberto Mora/ Investigador
Y agrega que, si bien después de la pandemia todos los países de la región lograron reducir sus niveles de desempleo y mejorar la productividad laboral, persisten importantes brechas entre los países y dentro de ellos, en relación con la posibilidad que tienen las personas de participar en el mercado de trabajo y obtener un empleo de calidad.
Los jóvenes, el otro grupo más afectado por desempleo
«El otro grupo que tiene dificultades de acceso al mercado laboral es la población joven», apunta el investigador.
Indica que en 2022, la proporción de personas de 20 a 24 años de la PEA en la región que logró obtener un empleo fue mucho menor al de las personas con edades de 30 a 50 años.
En El Salvador, según la encuesta del BCR, la PEA que está entre 20 y 24 años está formada por 11.3% de mujeres y 11.8% de hombres.
Mora cita datos del BCIE (2022) que reflejan que «solo cuatro de cada diez jóvenes consiguen trabajo en el sector formal. El porcentaje restante trabaja en la informalidad, expuestos a condiciones laborales precarias, sin protección de sus derechos y a bajos niveles de productividad».
Un factor que señala el investigador como limitante de la inserción laboral es el bajo logro educativo, lo que afecta la posibilidad de obtener un puesto de trabajo de calidad y remuneración.
«En la región, según datos del 2022, alrededor del 58% de la población ocupada tenía un bajo nivel educativo (secundaria incompleta o menos), aunque con variaciones entre países: en Panamá fue del 41%, mientras que en Honduras alcanzó el 88%», dice el autor.
Explica que los países con mayor población y con una proporción más alta de personas jóvenes tienen los niveles educativos más bajos de su fuerza de trabajo son El Salvador, Honduras y Guatemala.
Según los datos que muestra el investigador, la población de El Salvador que completó sus estudios de primara o menos es el 35%, la que dejó incompleta la secundaria es el 23% y las personas que terminaron la secundaria o tienen estudios superiores es el 42%.
Los bajos niveles de productividad son la otra debilidad de los mercados laborales en la región, dice el investigador.
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