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Más allá del 15 de septiembre, la historia no contada de la Independencia de Centroamérica

La historia de la Independencia de Centroamérica está llena de relatos que parecen inamovibles. Sin embargo, el investigador y escritor salvadoreño Carlos Cañas Dinarte ha dedicado años a cuestionar esos mitos, buscando una visión más crítica y completa del proceso.

Pintura que representa la celebración del Primer Grito de Independencia de Centroamérica en 1811 en la ciudad de San Salvador.

El investigador y escritor salvadoreño Carlos Cañas Dinarte ha escrito extensamente sobre la Independencia de Centroamérica, buscando desmitificar muchos de los relatos tradicionales y ofrecer una visión más completa y crítica del proceso.

Su trabajo se enfoca en mostrar que la independencia no fue un evento singular, sino un largo y complejo proceso que va más allá del 15 de septiembre de 1821, que se firmó el acta de independencia centroamericana.

A continuación, se presentan diez datos históricos basados en los hallazgos y enfoques de este apasionado de la historia y las indagaciones que él promueve desde hace ya varios años.

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1 La independencia no ocurrió de un día para otro
La firma del Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821 no fue el inicio ni el final del proceso. Fue un evento puntual dentro de una serie de movimientos, revueltas e inestabilidad política que se venía gestando desde finales del siglo XVIII y que se consolidó décadas después.

2 La élite criolla fue la principal protagonista
A diferencia de los relatos que a menudo se centran en los «próceres» como héroes populares, la independencia fue en gran medida una negociación entre las élites criollas (descendientes de españoles nacidos en América) y las autoridades coloniales. El principal objetivo de estas élites era mantener sus privilegios económicos y sociales ante el avance de las reformas liberales en España.

3 La independencia fue un proceso conservador, no revolucionario
El objetivo no era derrocar el sistema social o económico, sino adaptarlo. La élite centroamericana, especialmente la de Guatemala, temía que una independencia violenta, al estilo de las guerras de independencia en el sur de América, pudiera desatar rebeliones de las clases populares (indígenas, mestizos, mulatos) y esclavos. Por ello, la independencia se logró de forma pactada para evitar un baño de sangre y mantener el statu quo.

Firma de la Independencia, pintura de Luis Vergara Ahumada. Que representa el momento en que el padre José Matías Delgado firma el acta.
Pintura que ilustra la firma del acta de la Independencia centroamericana el 15 de septiembre de 1821, de Luis Vergara Ahumada.

4 La provincia de San Salvador fue un foco de insurgencia
Mientras que la élite guatemalteca se mostraba cautelosa, la Intendencia de San Salvador fue un centro de agitación y descontento. Los movimientos de 1811 y 1814, liderados por figuras como José Matías Delgado y los hermanos Aguilar, mostraron una voluntad más radical de romper con el dominio español, lo que generó tensiones con la Capitanía General de Guatemala.

5 Las mujeres tuvieron un rol activo
La historia tradicional minimiza el papel de las mujeres, pero historiadores como Cañas Dinarte destacan su participación como conspiradoras, mensajeras, financistas e incluso combatientes. Muchas de ellas fueron encarceladas o perseguidas por su apoyo a la causa independentista, como Manuela Antonia de Arce, la hermana de Manuel José Arce y esposa de Domingo Antonio de Lara.

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6 No fue una guerra de independencia, sino una declaración de secesión
A diferencia de México o Sudamérica, donde la independencia se logró tras largos conflictos armados, en Centroamérica el proceso fue relativamente pacífico. Se trató de una declaración legal y administrativa, firmada en la ciudad de Guatemala, lo que refleja el carácter pactado y controlado del evento.

7 La anexión a México fue un reflejo de los temores locales
Después de la firma del Acta, el Istmo se anexó al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Esta decisión, impulsada por la élite conservadora de Guatemala, buscaba protegerse de las revueltas internas y asegurar la protección de un poder central y fuerte ante las tensiones y divisiones que surgieron en las provincias.

Página uno del Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821
Imagen de la Página uno del Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821. Foto: Wikipedia

8 La Federación Centroamericana fue un proyecto fallido
Una vez separada de México, la región intentó formar la República Federal de Centroamérica (1824-1839), un proyecto ideado por liberales. Sin embargo, las profundas divisiones entre las provincias, la lucha entre liberales y conservadores, y la falta de cohesión económica y política llevaron a su disolución y fragmentación en cinco repúblicas independientes.

9 La Independencia definitiva fue en 1841 para El Salvador
La fecha de 1821 es simbólica, pero en realidad El Salvador no consolidó su independencia como república soberana hasta la disolución de la Federación Centroamericana. En 1841, El Salvador se declaró un estado libre y soberano, marcando su separación definitiva de los intentos de unión regional.

10 La historia de la independencia es un relato en constante revisión
Carlos Cañas Dinarte insiste en que la forma en que se enseña y se conmemora la independencia debe cambiar. Es fundamental analizar el proceso de manera crítica, ir más allá de los mitos y leyendas, y reconocer que el 15 de septiembre es parte de un proceso más amplio y complejo, que involucró a muchos actores y que tuvo consecuencias de largo alcance en la región (artículo elaborado con asistencia de IA).

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