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Hay servicios de tren en todas partes, menos en esta tierra

En muchas ocasiones se ha tratado de revivir el servicio del tren, por lo clave que es enlazar a la capital con las principales ciudades del interior


Un nuevo servicio de trenes une a Roma con Múnich equipado con todos los servicios para que tanto italianos como extranjeros puedan trasladarse a la capital bávara para disfrutar del colorido y la alegría de los mercados navideños de la ciudad, incluyendo la tan sabrosa comida de la región, tomar cerveza, beber vino caliente (Glüwein), sopas como la Leberknoedel…

Toda Europa está unida con redes de trenes, tanto los «lecheros» que van parando en cada pequeña ciudad como los de alta velocidad, lo que incluye los trenes italianos.

Muchos salvadoreños, sobre todo los que han migrado a Europa, han disfrutado de esos transportes, tanto en la bella Italia como en el resto de Europa…

Las reflexiones surgen de lo que sucedió en El Salvador al caducar el contrato de cien años de la IRCA: un muy pequeño grupo de funcionarios en cuyas manos estaba la decisión de prorrogar el contrato lo dejo vencer pensando que así podrían ellos lucrarse robando lo que quedaba, sin pensar que lo más valioso de la empresa era la experiencia, la responsabilidad en sostener los horarios y el buen servicio, no las sillas, escritorios y otros enseres que dejaban tras sí.

A esto se agrega que al venirse abajo la empresa los «muy inteligentes» regalaron los terrenos al lado de la vía, dificultando renovar el servicio, además de que el espacio pudo haberse empleado para mover carburantes o con plataformas también mercaderías desde La Unión a la capital y otros puntos.

En muchas ocasiones se ha tratado de revivir el servicio del tren, por lo clave que es enlazar a la capital con las principales ciudades del interior, pero el proyecto choca con factores tales como que los terrenos donde estaban las vías férreas fueron usurpados o se los dieron legalmente en propiedad a familias pobres, además de que en un tiempo el servicio no fue muy seguro por la guerra y la delincuencia.

Supongamos que se otorgue una nueva concesión (como el manejo de los puertos sin que mediara licitación alguna, a dedo), a turcos, chinos o de la nacionalidad que fueran: desalojar a la gente allí instalada implica buscar otros terrenos públicos que no se hayan asignado ya a los favoritos del régimen.

La catástrofe es de grandes dimensiones, pues el transporte ferroviario es mucho más barato, ecológicamente más amigable y requiere menos personal que el que ha reemplazado el ferrocarril.

Nunca se llevó a juicio a los sinvergüenzas que montaron la trastada, lo que debería hacerse pues esa clase de agresiones al bienestar publico no prescribe, igual que el robo, el homicidio y la violencia contra mujeres y niños.

Cuando se dio ese problema EL DIARIO DE HOY luchó sin éxito para que se otorgaran otros cien años a la empresa IRCA.

Un conocido nuestro cuenta que tanto en Costa Rica como Guatemala y posiblemente en otros países vecinos, los trenes continúan operando.

Viajar en tren era grato y menos contaminante que hacerlo en vehículos de motor

La finalidad de todo gobierno, tanto nacional como regional, incluyendo municipios, es velar por el bien común, ocuparse que haya buenos servicios, vigilancia efectiva y manejo honesto de los recursos a disposición de cada entidad, pues son dineros que la gente entrega como impuestos y diversas tasas y no para que gobernantes de toda naturaleza se los embolsen, haciendo de los pobres una clase mas golpeada aun, como ha ocurrido a casi la mitad de las familias salvadoreños como resultado de las medidas y ocurrencias del poder.

Muchos salvadoreños ahora «menos jóvenes» disfrutaron del servicio de la IRCA y de la «bala de plata», que tenía una clase preferente y una popular, a lo que se sumaba la alegría de ver las vendedoras acercarse al tren en cada parada ofreciendo frutas, pupusas, casi de todo…

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