Estos perros Labrador Retriever forman parte del proyecto «Patitas de luz», una iniciativa que busca ayudar en momentos de duelo a personas afectadas emocionalmente por la pérdida de un ser querido.

En el Parque Memorial La Resurrección, en la colonia La Cima en San Salvador, dos acompañantes poco comunes acuden al sepelio para brindar apoyo emocional a las personas en los momentos de tristeza.
Se trata de Bruno y Kira, dos perros de la raza Labrador Retriever que han sido adiestrados para acompañar emocionalmente a las personas en situación de duelo por la pérdida de un ser querido, si ellas así lo desean.
Los canes forman parte del proyecto «Patitas de Luz» del Grupo Resurrección, quienes tienen disponible este acompañamiento con los perritos para quienes contratan sus servicios como actos fúnebres, velatorios o cremaciones.
«Ellos no son perros de compañía, no son perros de asistencia. Son de apoyo emocional», recalca Nancy Castillo, Supervisora de prestación de servicios de Grupo Resurrección, sobre la diferencia en este tipo de servicio. Es enfática en que es la primera unidad canina en brindar un servicio en el rubro funerario.
Bruno tiene un año y seis meses de edad, y Kira un año con diez meses. Ambos están en continua educación para tener el correcto comportamiento en situaciones de abordaje a personas en situación de duelo.
Los acompañantes de Bruno y Kira son Henry, su tutor especial, y Cynthia Ortega, psicóloga del área de bienestar emocional de Grupo Resurrección, quienes consultan en los distintos actos fúnebres si los usuarios del servicio desean que los perritos brinden un acompañamiento de un aproximado de 20 a 30 minutos.
Según Nancy Castillo, una vez aprobada la estancia de los perros ellos están entrenados para identificar a la persona más afectada emocionalmente por la pérdida del ser querido. En ese momento, el perro adopta un comportamiento de acompañamiento, sentándose a un costado de la o las personas para que sientan su compañía e incluso tengan interacción con el perrito.

Para la psicóloga Ortega, las distintas experiencias comprueban el cambio de ánimos de las personas que interactúan con Bruno o Kira. «Cuando la persona está con altos niveles de cortisol (la hormona del estrés), el contacto o vínculo con el perro puede lograr que bajen los niveles de cortisol y suban los niveles de serotonina. Da una estabilización emocional casi inmediata», explica la especialista.
Castillo cuenta que este proyecto ha sido pensado desde la elección de la raza de perros de acompañamiento emocional, pues no cualquier perro podría brindar este tipo de servicio en un acto fúnebre.
En sus días de trabajo, Bruno y Kira tienen un límite de tres acompañamientos en cualquiera de los servicios funerarios disponibles. Este número es lo recomendado para no sobrecargar sus emociones.

Además, tienen la posibilidad de sentir el ambiente y cariño familiar, ya que son adoptados por dos colaboradores de la empresa. Los labradores tienen un horario de trabajo como un humano, y los mismos días de descanso.
«Nosotros los vemos como unos compañeros más de trabajo. No solo tienen la posibilidad de brindarnos esas cualidades por las que están siendo formados, si no que también tengan la idea de una familia fuera de acá» explica Castillo.
La realidad en tus manos
Fundado en 1936 por Napoleón Viera Altamirano y Mercedes Madriz de Altamirano.
Facebook-f Instagram X-twitter11 Calle Oriente y Avenida Cuscatancingo No 271 San Salvador, El Salvador Tel.: (503) 2231-7777 Fax: (503) 2231-7869 (1 Cuadra al Norte de Alcaldía de San Salvador)
2025 – Todos los derechos reservados