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Menos del 1 % de personas con discapacidad asisten a la universidad en El Salvador

La pobreza y posibles discriminaciones son factores para que personas con discapacidad no cursen una carrera universitaria. La última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples señaló que más de 65,000 personas declararon que no estudian, en cualquier nivel, por tener alguna condición de discapacidad.

Óscar Osmin Palacios López, de 28 años, no aprendió a caminar con los pies; pero sí con el deseo de vencer cualquier obstáculo para convertirse en un ejemplo para su familia y vecinos, en su natal Ahuachapán. Se dedica al crochet aunque de pequeño deseó asistir a la universidad; la dificultad para movilizarse le impidió cumplir ese sueño. Foto EDH/Cristian Díaz

La educación superior no es accesible para las personas que presentan algún tipo de discapacidad en El Salvador. Al menos así lo reflejan los datos de las Estadísticas de Educación Superior 2024 del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT). La dependencia gubernamental reportó, en el referido documento, que para el año pasado hubo una matrícula de 195,949 alumnos de educación superior, distribuidos en las 41 instituciones a nivel nacional.

La dependencia gubernamental reportó, en el referido documento, que para el año pasado hubo una matrícula de 195,949 alumnos de educación superior, distribuidos en las 41 instituciones a nivel nacional.

Sin embargo, de los más de 195 mil estudiantes del nivel superior, sólo 1,028 personas con algún tipo de discapacidad asisten a dichas instituciones.

Las estadísticas reflejan que menos del uno por ciento de los estudiantes de dicho nivel cuentan con alguna discapacidad (0.52%). La mayoría son mujeres (548) y el resto (480) hombres, de acuerdo a los datos del documento.

El porcentaje es inferior al relacionarlo con el total de personas que reconocieron tener alguna discapacidad, de acuerdo a los datos del VII Censo de Población y VI Censo de Vivienda 2024, realizado por el Banco Central de Reserva (BCR).

El mismo establece que 281,456 salvadoreños de tres años o más declaró que tiene alguna discapacidad, lo que representa que apenas el 0.36% de dicha población cursa alguna carrera en uno de los centros de estudio superior.

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El sociólogo Walter Fagoaga analizó que el hecho de que muchas personas con discapacidad no asisten a una universidad, y a los institutos especializados o tecnológicos que operan en el país, tiene múltiples factores.

El sociólogo señaló que el tema de la discapacidad no ha tenido un abordaje integral en el país; principalmente, en un marco que permita y posibilite que las personas con alguna condición, adquirida o de forma natural, logren llegar a espacios de educación superior.

“El sistema educativo mismo, en términos generales, no se prepara para esto, porque hay diversos tipos de discapacidades y muchas de estas no logran culminar en una atención integral desde la infancia», señaló Fagoaga.

 Un ejemplo de la baja presencia de personas con discapacidad en el nivel superior fue la pasada prueba de conocimiento que realizó la Universidad de El Salvador (UES) para el ingreso 2026. De las más de 13,600 personas que se sometieron a la prueba únicamente 25 presentaban alguna discapacidad, lo que representó el 0.18% de dicha población.

“El señor vicerrector administrativo me hacía referencia a la necesidad de platicar con los señores vicedecanos para garantizar que estos jóvenes puedan tener un espacio dentro de los cupos que están aspirando para ser estudiantes activos de la universidad”, señaló, el día de la prueba, el rector de la UES, Juan Rosa Quintanilla.

Dicho centro de estudios superiores reportó, para el 2024, una matrícula de 162 personas con discapacidad, de una matrícula total de 56,397, de acuerdo al documento.

“Muchas veces las personas deciden mejor privar a los hijos de ese acceso a la educación para evitar aspectos que puedan dañar la autoestima de la persona”

Walter Fagoaga
Sociólogo

Causas

Fagoaga reconoció que otro factor que limita la presencia de esta población en la educación superior es la pobreza que enfrentan sus familias, lo que imposibilita, por ejemplo, el pago para el traslado hacia los centros de estudio sobre todo en aquellos casos donde la persona enfrenta problemas de movilidad.

El temor de las familias a que sus hijos sean estigmatizados por la discapacidad que presentan y sean objeto de “bullying” podrían ser también factores para la baja matrícula en centros de educación superior del país.

“También es importante (que) nuestra sociedad no se ha preparado lo suficiente para hacer que la discapacidad se convierta en un elemento en el cual podamos como sociedad participar. Los diseños urbanísticos de la ciudad no están hechos para las personas con discapacidad y sobre todo en muchos espacios públicos donde entran las instituciones de educación superior, tampoco se tienen”, agregó.

La discapacidad visual o baja visión y la discapacidad motora son las principales condiciones que enfrentan las personas que asisten al nivel superior, sumando 772 estudiantes con dichas condiciones, lo que representa más de la mitad de dicha población.

La ceguera, discapacidad auditiva (hipoacusia, sordera), discapacidad múltiple, psicosocial y trastorno del espectro autista, son otras de las condiciones que presenta la población matriculada para el 2024.

Fagoaga señaló que a nivel de la educación superior hay normativas relacionadas a exigencias de fomentar la inclusión, con espacios e instalaciones adecuadas; “pero no se logra todavía canalizar esta población y si contamos estadísticamente, es significativa en el país”.

La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) 2024, publicada el 30 de septiembre de 2025, indica que en el país hay 4,539,605 personas, de 4 años a más, que no asisten a la escuela.

De dicha cifra, 65,552 señalaron que no estudian por alguna discapacidad.

Cifras del censo

Mientras que el VII Censo de Población y VI Censo de Vivienda 2024, realizado por el Banco Central de Reserva (BCR), establece que 281,456 salvadoreños de tres años o más declaró que tiene alguna discapacidad. La cifra representa el 4.9% de la población total del país.

La dificultad o limitación permanente se acentúa con la edad entre la población debido a que el 52.2% de los hombres que presentan alguna discapacidad tienen 60 años o más. El 62.1% de ellos son mujeres.

El 27.7% de los hombres con discapacidad tiene 35 años a 59; el 13.7% está entre los 15 a 34 años; y el 6.4% de 3 a 14 años.

Mientras que para el caso de las mujeres, el 26.2% tiene entre 35 a 59 años; el 8.5%, de 15 a 34 años; y el 3.2% de 3 a 14 años.

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“La visión de una inclusión hacia las personas con un nivel de discapacidad pasa, primero, por una decisión a nivel estatal; segundo hacia la creación de una conciencia y tercero hacia lo que son las posibilidades que pueda tener una sociedad para educarse en este tema y poder aportar cada persona, cada miembro, para incluir a las personas que en algunas circunstancias puedan tener una discapacidad en un sistema ya educativo, y no privarle un derecho fundamental que es llegar hacia la educación superior, fomentar su desarrollo y crear condiciones para la mejora, en este caso la persona misma”, indicó el sociólogo.

Aunque reconoció que muchas personas con discapacidad no llegan al nivel educativo superior por el tema económico, señaló que en la educación básica y media debe de crearse una conciencia para atraer a este tipo de población y posteriormente a mantenerlos en el sistema educativo.

Crear una beca, que no sólo incluya matrícula sino que otros tipos de incentivos, para garantizar la educación de dicho sector es una propuesta que realizó Fagoaga.

La representante del Frente Magisterial Salvadoreño (FMS), Idalia Zúniga, señaló que se debe de estimular la participación de niños y adolescentes con discapacidad en el sistema educativo y que el Ministerio de Educación debe de ser equitativo con dicho sector de la población para que no abandonen el estudio.

“No le hemos visto el interés al gobierno de crear políticas para la inclusión de este sector y estimular para que sigan estudiando; creemos que tampoco va hacer nada para mejorar esta situación, que al contrario sus intereses son reducir la cantidad de centros escolares a nivel nacional y que la educación se vuelva sólo para un sector y sectores desposeídos y marginados están quedando excluidos de la educación pública”, finalizó Zúniga.

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