El sindicato de médicos detalló que el ISSS solo contaba con dos epileptólogos especializados para tratar casos graves y, tras varias irregularidades, uno de ellos decidió renunciar en las últimas semanas.
El sindicato de médicos detalló que el ISSS solo contaba con dos epileptólogos especializados para tratar casos graves y, tras varias irregularidades, uno de ellos decidió renunciar en las últimas semanas.
“Mi madre ha sufrido epilepsia desde los 18 años. Estaba en control en el Seguro Social, este año se le había cambiado la medicación porque su cuerpo necesitaba desintoxicarse por la edad. Durante las últimas semanas tuvo un accidente a raíz de una crisis, fue a pasar consulta porque también está en control por tendencias depresivas, la refirieron con el especialista, pero cuando llegó le dijeron que el médico que la atendía había renunciado y ahora debía iniciar el proceso para recibir cita”, señaló María, quien habló con El Diario de Hoy, y solicitó exponer su caso con un nombre ficticio para proteger a su madre.
Una nueva crisis golpea a los pacientes con epilepsia en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), según el Sindicato de Médicos Trabajadores del ISSS (SIMETRISSS). La razón, según el sindicato, es que la reciente renuncia de una de las especialistas en epileptología ha provocado que los tiempos de espera para recibir una cita se prolonguen hasta un año, lo que incrementa la angustia de miles de derechohabientes que dependen de este tipo de atención.
De acuerdo con la información proporcionada por el sindicato, en la red del ISSS únicamente se contaba con dos epileptólogos, formados en el extranjero, para la atención de los casos más graves y de difícil control en el Hospital General del ISSS. Con la renuncia de uno de ellos, la institución se ha quedado únicamente con un especialista para todo el país. Esto significa que, según cálculos del SIMETRISSS, alrededor de 5,000 pacientes deberán volver a solicitar una cita, lo que generará un embudo en el sistema y retrasará aún más los procesos de diagnóstico y tratamiento.
El sindicato explicó que, antes de esta renuncia, el tiempo promedio de espera rondaba entre seis y nueve meses para pasar con un neurólogo clínico. Sin embargo, cuando ese especialista determinaba que era necesario referir al paciente con un epileptólogo, la espera se alargaba otros tres meses. Con un solo epileptólogo en funciones, los tiempos se extenderán hasta los 12 meses e incluso más, en condiciones similares a las que ya se experimentan en áreas como oftalmología, donde los pacientes deben esperar entre 12 y 18 meses para ser atendidos.
SIMETRISSS advirtió que esta crisis no solo impacta en la atención médica, sino también en la calidad de los diagnósticos. Los epileptólogos son quienes atienden los casos más complicados como epilepsias refractarias, de difícil control o diagnóstico, y cuadros que requieren estudios especializados como electroencefalogramas de sueño.
Sin este nivel de atención, los pacientes quedan expuestos a tratamientos incompletos o menos efectivos, lo que puede deteriorar su calidad de vida y en algunos casos puede tener consecuencias irreversibles.
El sindicato señaló que, ante la falta de personal especializado, muchos casos terminarán siendo atendidos por neurólogos clínicos que no cuentan con la formación en epileptología. Aunque estos médicos pueden prescribir medicamentos antiepilépticos, no pueden acceder a estudios más complejos necesarios para abordar los cuadros delicados.
Además, los pacientes se enfrentan a otro obstáculo: la falta de abastecimiento completo de medicinas. Actualmente, los fármacos para tratar los cuadros de epilepsia se encuentran en un 75% de disponibilidad en la red del Seguro Social, según información presentada por el sindicato.
Casos como el de la madre de María, reciben recetas con medicamentos para cinco días y estos no siempre se encuentran disponibles en las farmacias del Seguro Social, por lo que deben visitar una o más.
SIMETRISSS explicó que la renuncia la especialista estuvo motivada por varias condiciones adversas dentro de la institución. Entre ellas se mencionan la reducción del tiempo de consulta a solo 20 minutos por paciente, equipo obsoleto para la realización de estudios, sobrecarga de pacientes y un ambiente laboral marcado por la burocracia y la presión administrativa.
También señalaron que las constantes dificultades para asistir a congresos o desarrollarse profesionalmente desaniman a los especialistas, quienes muchas veces deciden migrar al sector privado.
El sindicato denunció, además, que las autoridades han intentado contratar médicos bajo la modalidad de servicios profesionales con lo que se ofrece un salario menor de lo establecido.
Se consultó a la oficina de comunicaciones del ISSS sobre estas denuncias, pero al igual que en denuncias pasadas, no hubo respuesta.
Para los pacientes, esta situación representa una barrera cada vez más alta. Aquellos que ya tenían citas programadas con el especialista que renunció, como la madre de María, deben volver a iniciar el proceso, quedando en lista de espera, junto a miles de otros derechohabientes.
La acumulación de casos retrasa aún más la atención y agrava las complicaciones médicas.
El sindicato insistió en que la falta de epileptólogos es un reflejo del deterioro generalizado en el ISSS, donde la fuga de especialistas afecta a múltiples áreas, desde neurología hasta trasplantes, hasta septiembre de este año 377 médicos han renunciado a la institución. Cada renuncia, indicaron, tiene un impacto directo en la vida de los pacientes, quienes dependen del Seguro Social para recibir tratamientos que difícilmente podrían costear en el sector privado.
María y su familia se encuentran evaluando el costo de atención privada para su madre, ya que el cambio de medicamentos le ha generado efectos adversos; caso contrario deben esperar hasta 2026 para ser atendidos con el riesgo de agravar su cuadro.
La crisis en el área de epilepsia se suma a las ya existentes denuncias de desabastecimiento de medicamentos y precariedad en infraestructura hospitalaria. Para los médicos del sindicato, la situación es preocupante. “Cada renuncia agudiza los retrasos, y los pacientes son los más golpeados”, señalaron.
Con un solo epileptólogo disponible en todo el ISSS, los pacientes deberán esperar hasta 12 meses para recibir atención especializada, una cifra que, según SIMETRISSS, es insostenible para quienes enfrentan enfermedades de difícil control.
Tras recibir las denuncias del sindicato se envió una solicitud de información a las autoridades del Seguro Social y al área de comunicaciones del instituto para conocer:
De forma inmediata no se recibió respuesta por parte de las autoridades.
En junio de 2025, los pacientes con epilepsia se vieron impactados por el desabastecimiento de medicamentos en el Seguro Social. Denuncias presentadas por el SIMETRISSS expusieron cómo se había generado un incremento en las recaídas de pacientes controlados por años.
Derechohabientes indicaron al sindicato que debían consultar por medicamentos en diferentes farmacias del Seguro Social, pero corrían el riesgo que la receta se venciera antes de poder obtener sus tratamientos.
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