La familia de Natalia, la estudiante de gastronomía asesinada en septiembre, relató la angustia que vivieron tras la desaparición de la joven.
A Natalia le faltaba un semestre para finalizar su carrera de gastronomía en una institución de educación superior. La joven de 21 años le había comentado a su familia que en enero próximo reiniciaría sus estudios y que terminaría las últimas materias que le faltaban.
No cumplirá su sueño. A Natalia Raquel Bernal Gómez le truncaron la oportunidad de convertirse en chef. Fue asesinada a inicios de septiembre y su cuerpo fue encontrado en estado de descomposición el pasado 9 de septiembre en un terreno de Nuevo Cuscatlán, en La Libertad Este.
“Había hecho planes para terminar los estudios y hablaba con el hermano que a partir de enero iban a viajar juntos para estudiar”, contó Guadalupe Gómez, abuela de Natalia.
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Gómez relató a El Diario de Hoy lo que vivió su nieta durante una parte de su vida. La describe como una persona alegre que tuvo que enfrentar situaciones difíciles, a pesar de ser tan joven.
Natalia, según su abuela, siempre intentó proteger a su hermano menor. Ella se vio obligada a estar pendiente de él, luego que su madre fuera capturada bajo el régimen de excepción en enero de 2024.
A pesar de no tener un trabajo formal, ella elaboraba «cupcakes» para vender en su vivienda y poder tener ingresos que le permitieran suplir sus necesidades y las de su hermano. Además, se encargaba de llevarle el paquete a su madre al penal en el que está recluida.
“Uno no se espera estas cosas, era una joven que apenas empezaba a vivir, quizás con experiencias muy negativas, pero sabía que habían motivos para seguir viviendo, sabía que habían situaciones difíciles que uno tiene que enfrentar y salir adelante”, narró Guadalupe.
Natalia llevaba dos semanas de no salir a fiestas. El 1 de septiembre fue a dejarle el paquete a su madre y su abuela le repetía que oraban por ella.
Eran las 2:00 de la tarde de aquel viernes 5 de septiembre cuando Guadalupe vio por última vez a su nieta. Ella aún recuerda haberla visto acostada en su hamaca en la que descansaba por las tardes. Ese lugar ahora conserva únicamente ropa de su nieta.
Esa tarde, Natalia recibió una llamada. Su abuela recuerda que el teléfono estaba en altavoz y escuchó la voz de un hombre que le dijo: “Niña, te espero después de las cinco”. Ella solamente respondió que estaría en el lugar acordado.
Guadalupe sabía que Natalia esa noche iría a una fiesta en una vivienda ubicada a pocos metros del Polideportivo de Huizúcar. Lo que sabía la familia es que celebrarían el cumpleaños de un empleado de la alcaldía, pero nada más.
Aproximadamente a las 4:30 llegó a recogerla un amigo y se dirigieron a la fiesta. La abuela de Natalia jamás se imaginó que sería la última vez que la verían salir de su vivienda.
Ella solía avisar cuando no llegaba a dormir a su casa o le decía a su abuela que se quedaría en casa de una amiga. Esa noche esos mensajes o llamadas no llegaron. Pero hasta ese momento su familia no sospechaba nada.
Al día siguiente, aún la abuela y una tía de Natalia creían que era normal que no llegara. Pero entrada la tarde, la espera empezó a convertirse en angustia. Empezaron a comunicarse con amistades de la joven para preguntarles qué había pasado.
“Hola hija, ¿cómo y dónde estás?”, fue uno de los últimos mensajes que Guadalupe envió a su nieta. Ese mensaje ya no fue recibido. El domingo 7 ni los mensajes ni llamadas llegaron al número de la joven. El celular ya estaba apagado.
Ese fin de semana empezaron a circular videos de la fiesta en la que estuvo Natalia. En algunos pudieron observar que se miraba bien y que estaba disfrutando. Pero uno de estos videos inquietó a la familia Bernal Gómez: en este un hombre jalonea a la joven.
La familia siguió preguntando a sus amistades sobre la ubicación de Natalia. Nadie daba información certera. Lo único que dijo uno de ellos fue que vieron que la subieron por la fuerza a un vehículo negro. Pero nadie avisó a la familia.
«Estas amistades se comportaron como Judas, porque la pudieron salvar. Si vieron que se la llevaban a la fuerza, ¿por qué no dijeron nada?», cuestionó Guadalupe.
El lunes 8 de septiembre decidieron interponer la denuncia de la desaparición ante la Policía Nacional Civil (PNC) y en ese momento las autoridades empezaron las investigaciones.
Aparte de la angustia de no saber nada de Natalia, enfrentaron otro problema: personas intentaron extorsionar a Guadalupe, y mencionaron que tenían a su nieta y pedían $3,000 para liberarla. La PNC advirtió que se trataba de una estafa.
Posteriormente, los investigadores lograron ubicar el celular de Natalia y avisaron a su tía para que llegara a la delegación de Santa Tecla. Ella describe que en ese lugar se encontraban varios detenidos vinculados al caso de su sobrina, entre estos Raúl Pérez, que ha sido presentado por las autoridades como el principal sospechoso del caso.
A la tía de Natalia le tocó reconocer el cadáver. El martes 9 por la noche le avisaron que habían encontrado un cuerpo con las características de su sobrina. Lo encontraron en un terreno abandonado, a pocos metros del Complejo Salamanca, en Nuevo Cuscatlán.
“Me llevaron para reconocerla y me mostraron sus objetos personales, un papel con el nombre de su hermano que andaba e igual los tatuajes que tenía. Por los días que habían pasado no se podía reconocer la cara”, narró la tía.
El jueves 2 de octubre, el Juzgado de Paz de Huizúcar ordenó que Raúl Pérez continúe detenido mientras duren las investigaciones sobre el feminicidio de Natalia Raquel Bernal, la joven de 21 años que fue encontrada fallecida el pasado 9 de septiembre en Nuevo Cuscatlán, La Libertad.
Abogados particulares que defenderán a Pérez mencionaron que la versión del imputado es que departió con la víctima el pasado 5 de septiembre, y que luego se fue con ella en una motocicleta y que Natalia se cayó de esta.
La Fiscalía acusa a Pérez por el delito de feminicidio agravado y solicitó seis meses para investigar el caso. Además, la jueza de Huizúcar ordenó que el proceso pase a un Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de San Salvador.
“La encontraron en la finca de Molunca unos metros abajo de Salamanca y su cuerpo estaba como detrás de unos arbustos altos y habían intentado esconderla y habían tirado basura encima, otros objetos estaban del otro lado de la calle tirados, su cartera estaba en otro lado”, agregó la tía de la joven.
Según Medicina Legal, la causa de muerte de la joven fue un traumatismo craneoencefálico de tipo contuso.
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