Francisco Zelada, secretario general de SIMEDUCO expone la situación de los docentes en el país, el impacto en la calidad educativa y su visión sobre la llegada de la nueva ministra de Educación
En medio de un clima de presión, denuncias de persecución y temor a represalias, los docentes en El Salvador señalan que se enfrentan a una etapa difícil en el ejercicio de su profesión.
Durante una entrevista con el El Diario de Hoy que se desarrolló previo al nombramiento de la nueva Ministra de Educación, Karla Trigueros, el secretario general del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvado (SIMEDUCO), Francisco Zelada, analizó el ambiente de miedo en las escuelas y los despidos forzados que se han agudizado en los últimos meses.
Posteriormente al nombramiento de la titular se consultó al entrevistado sobre el rol de la funcionaria y las expectativas que como sector tienen respecto a su llegada.
P. ¿Cómo describiría la situación actual de los maestros en El Salvador?
R. Es sumamente preocupante. Hemos recorrido diferentes centros escolares y lo que percibimos es un miedo generalizado entre los docentes. Ese temor no es algo menor: está enfermando a los profesores.
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Muchos desarrollan hipertensión, diabetes u otros padecimientos crónicos que se agravan por la presión constante y la intimidación que reciben.
Lo que más nos preocupa es que, con miedo, un maestro no puede enseñar como los estudiantes lo merecen. La educación pierde calidad y se deteriora el ambiente escolar.
P. ¿Qué tipo de presiones enfrentan los docentes?
R. Además de enseñar, deben encargarse de repartir paquetes escolares, administrar el programa de alimentos, supervisar comités deportivos, labores de ornato y limpieza, asistir a capacitaciones, entre otras tareas. Están saturados y, cuando no logran cumplir alguna, corren el riesgo de ser denunciados por los mismos directores como “malos profesores” y hasta perder su plaza.
En otros países de la región, como Costa Rica, los docentes son respetados, tienen libertad de cátedra y se enfocan en lo esencial: enseñar. Aquí, en cambio, el maestro está siendo reducido a un “técnico ejecutor”, sin espacio para incidir en la mejora de los procesos formativos.
P. ¿Qué efectos está teniendo esto en el gremio?
R. Según nuestros registros, alrededor de 700 maestros se apegan al decreto de retiro voluntario, muchos empujados por ese ambiente de trabajo, pero ahora muchos se han visto obligados a renunciar y bajo amenazas. La mayoría no denuncia esto por temor, porque los organismos que deberían garantizar justicia en la carrera docente están acéfalos. Eso genera un escenario donde se aplica “la ley del más fuerte”.
Creemos que para este año podría subir la cifra a 800 por la coacción a la que muchos maestros han sido sometidos. Nosotros hemos dicho que hemos registrado 12, pero estos también se suman al grueso de profesores que renuncian de manera voluntaria.
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En este momento histórico cualquier proceso jurídico que ejecute un docente no prospera. El Ministerio de Educación no ha nombrado a sus representantes con la clara intención de que la Junta (de la Carrera Docente, el Tribunal de la Carrera Docente) funcione. Entonces, la justicia se hace fuera de los tribunales
P.¿A qué atribuyen los despidos y renuncias forzadas?
R. Están ligados al cierre de centros escolares. El Ministerio habla de “unificación”, pero en la práctica es un cierre: de dos escuelas hacen una, y sobran docentes. Además, hay una baja sostenida de matrícula —más de 20 mil estudiantes menos entre 2023 y 2024— y creemos que detrás de todo está un ajuste económico que ha implementado el gobierno.
Tal como ha ocurrido en estos casos, los maestros no quieren renunciar, pero los llaman y los y los amenazan, que si no renuncian no los van a indemnizar. Cuando si los despiden deberían indemnizarlos y si renuncian, deberían darle la compensación económica establecida, y con esa presión mejor deciden renunciar de manera voluntaria entre comillas.
R. ¿Cómo describiría el ambiente en el gremio respecto a denunciar estas irregularidades?
R. Predomina el miedo. Muchos saben que si protestan o presentan una demanda, no prosperará. Incluso temen ser encarcelados. Esa es la realidad: los maestros se sienten indefensos.
P. ¿Cuál considera que es el mayor riesgo para los maestros en este momento?
R. El retroceso en derechos. Hoy, en minutos, un profesor puede ser despedido sin debido proceso. Se ha concentrado la facultad de sancionar y trasladar en oficinas administrativas, dejando de lado a organismos tripartitos como el Tribunal de la Carrera Docente. Para nosotros eso es un retroceso, porque elimina la transparencia y la participación democrática.
El riesgo es que se consolide un sistema donde los maestros trabajen bajo miedo permanente, sin seguridad laboral ni libertad de cátedra. Y repito algo que para nosotros es central: un maestro con miedo no puede enseñar. Y si los maestros no pueden enseñar con libertad, los más perjudicados serán nuestros niños y jóvenes.
P. ¿Qué pasó con la mesa de diálogo que se había establecido con el Ministerio?
R. Creemos que lo que ha pasado es que el Ejecutivo perdió el interés en virtud de que el régimen (de excepción) se profundizó, las medidas de control social, y una de ellas es que si los profesores protestan pueden terminar hasta en la cárcel.
Se instalaron mesas en 2024, pero desde noviembre del año pasado no se reúnen. Solo ha funcionado la mesa de reforma curricular, pero las relacionadas con salario y condiciones laborales están congeladas, y hacemos el llamado a las autoridades a que se reanuden estas conversaciones.
P. ¿Cuál es la posición de SIMEDUCO respecto a la nueva ministra de Educación?
R. Hemos estado muy atentos al quehacer de la titular, y hasta hoy lo que ha hecho es visitar centros escolares. Ya en el pasado, el exministro Mauricio Pineda hizo lo mismo. La diferencia es que el ingeniero no se presentaba con las manos vacías, llevaba bolsas de cemento, algunas láminas y las iba a dejar a las escuelas, aunque no tuvieran proyectos de construcción. La actual ministra no ha presentado ninguna propuesta clara ni ha llevado recursos.
Consideramos que estamos hablando de un nombramiento, de un perfil no idóneo para el cargo, si es que la ministra de Educación no tiene ninguna experiencia en el campo educativo, no conocemos mucho de ella, pero de no tener experiencia en el campo educativo podríamos estar ante un fenómeno de desmérito a la educación pública, porque lo mismo sería si nombramos a un profesor como Ministro de la Defensa Nacional.
Lo que esperamos es claridad. Hemos solicitado una audiencia para plantear nuestras preocupaciones y conocer sus intenciones, pero aún no hemos tenido respuesta.
Ministra emite primera directriz
El pasado lunes, la ministra Trigueros giró su primera directriz en un memorándum dirigido a los directores de las escuelas públicas, en el que establece “medidas disciplinarias” para el ingreso de estudiantes a las instituciones educativas.
La funcionaria asigna a los directores la tarea de supervisar a la entrada de las instituciones que los alumnos asistan con el uniforme limpio y ordenado, cabello recortado y presentación personal correcta además que ingresen en orden y con saludo respetuoso. Añadió que los directores que no acaten estas disposiciones serán sancionados.
Al respecto el líder sindical opinó que los centros escolares están organizados desde se hace un tiempo de forma interna para implementar estas medidas disciplinarias, y aclaró que las funciones de los directores ya están establecidas en el reglamento de la Ley de la Carrera Docente, donde se establece que ellos deben organizar y planificar y que para el caso, el director elabora un rol donde asigna a docentes para el cuidado de los portones y verificar el ingreso de los estudiantes.
“Entonces, esto ya se hace; pero no directamente los directores; sino que se hace un listado, así se ha hecho hasta ahora. Nosotros lo vemos como una medida que en primer lugar ya se aplica; lo único que tenemos indicaciones que ahora no le podemos impedir el acceso a un estudiante si no llega completamente uniformado por el interés superior del niño. El otro elemento es que con esta medida y donde también se anuncian sanciones a los directores, se estaría sobrelimitando la facultad porque la Ley de la Carrera Docente ya establece también los organismos que pueden emitir sanciones contra los docentes y son las Juntas de la Carrera Docente”, señaló Zelada.
El entrevistado dijo además que el memorandum no aclara qué pasará si el estudiante no cumple con las disposiciones emitidas por la titular, «aunque se intuye que no podrá entrar a la institución».
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