Descontento, desencanto, voto de castigo, rebelión... Los motivos por los que el FMLN perdió terreno y por consiguiente el poder en Jiquilisco y Tecoluca, dos de sus bastiones, pueden ser muchos. Lo cierto es que las elecciones del pasado domingo dejaron al partido oficialista noqueado en ambos municipios.
El próximo 1 de mayo tendrá que ceder la silla de Tecoluca (San Vicente) al partido ARENA, y la de Jiquilisco (Usulután) al partido GANA, luego de gobernar 24 años y 15 años, respectivamente, gracias al apoyo que le dieron, principalmente las comunidades organizadas asentadas en la zona del Bajo Lempa, poco antes de que se firmaran los Acuerdos de Paz en 1992.
El FMLN ayudó a coordinar el regreso y el asentamiento en esa zona costera de muchas familias obligadas por la guerra a irse a países como Honduras, Nicaragua e incluso Panamá.
Pero los resultados del 4 de marzo dejan interrogantes de si ese lazo entre el FMLN y estas comunidades, o el resto de la población urbana, se ha roto o pende de un hilo muy delgado.
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En Tecoluca, gente afín al FMLN e incluso líderes históricos locales admiten que esta vez le dieron un voto de castigo por su mal desempeño y la “prepotencia” con que gobiernan. Su descontento es tal que dicen haber endosado su apoyo al candidato de ARENA, Dimas Villalta, con la esperanza de que este no les falle, pues de lo contrario también le darán la espalda.
Con más del 70 % de las actas procesadas y con una ventaja de más de 500 votos, ARENA logró desbancar al FMLN en uno de sus feudos más fuertes desde los Acuerdos de Paz.
Pero también habla de otros factores: la imposición de candidatos y el estancamiento en el desarrollo del municipio.
A juicio de uno de uno de estos líderes efemelenistas, Pablo Parada Andino, más conocido como “Comandante Goyo”, el domingo anterior la población votó conscientemente y sin presiones de la dirigencia del FMLN.
“El voto histórico del FMLN venía votando por el partido un poco forzado las últimas elecciones por la amenaza de que, si no se votaba por el Frente, quedaba botada la sangre de los caídos, que el proyecto histórico estaba siendo derrotado, entre otras cosas”, asegura el exjefe guerrillero.
La gente se “hartó”, dice, y tomó la decisión de apoyar una opción diferente. “La arrogancia, la soberbia, la prepotencia de los directivos del partido, de la alcaldía municipal, de los funcionarios, facilitaron todo eso, ellos iban generando las condiciones para que no se creyera todo lo que se hablaba”, agrega.
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A la voz del exguerrillero se suma la de Ángel Rivas, para quien el gobierno farabundista se confió pensando que la gente siempre iba a seguir votando rojo y no hizo obras. “Fue un voto de castigo”, expresó. Ahora lo que espera del nuevo alcalde es que haga las cosas bien, sino la misma población lo va a “sacar”.
Estela Granadeño coincidió en que la imposición de la candidata a alcalde -Rosa Tobías Delgado- fue lo que generó descontento entre los partidarios y advirtió: “Si siguen imponiendo y no escuchan al pueblo nunca van a volver a gobernar Tecoluca”.
Para el alcalde electo, Dimas Villalta, este fue un triunfo histórico por su acercamiento a la población y sus propuestas. “El acercamiento con las comunidades fue clave en mi gane. Ahora tenemos que trabajar más por nuestra gente que por un partido político, eso nos consolidó y nos llevó al triunfo”.
De acuerdo con Dimas, ARENA ha ido incrementando su caudal de votos en la localidad, pasando de 400 votos en elecciones pasadas a más de 5,000 esta vez. Y destaca un punto importante: han logrado ganar terreno en las comunidades del Bajo Lempa que, históricamente, han sido el voto duro del partido oficial.
Dimas confirma lo dicho por el “Comandante Goyo”, de que la población votó consciente por su proyecto con el que busca el progreso de la zona urbana como de la rural.
Pero el actual alcalde efemelenista, Alfredo Hernández, tiene una lectura distinta del resultado electoral. “Creo que tiene su peculiaridad el hecho de gobernar mucho tiempo, por un lado es bueno y también tiene su dificultad; otra cosa: no podíamos ser irresponsables en ofrecer cosas que no podíamos resolver desde la municipalidad”, aseguró el saliente alcalde.
Pero también reconoce que ahora deben analizar en lo que fallaron y renovarse para los próximos procesos electorales.
A partir del 1 de mayo ARENA pasará a gobernar uno de los municipios más afectados por los 12 años de guerra, con una población de 25,803 y uno de los más grandes del país. El Río Lempa lo separa de Jiquilisco, otro de los municipios en que los efemelenistas han perdido su hegemonía de más de una década.
Triunfo naranja en Jiquilisco
Tras 15 años, David Barahona tendrá que entregar la silla municipal a Loyda de Pérez, de GANA, quien con base en el 86 % de las actas procesadas por el Tribunal Supremo Electoral le daban el triunfo con 6,471 votos.
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“Les ofrezco los proyectos que garanticen el desarrollo de las comunidades”, dijo De Pérez al proclamarse ganadora.
El partido naranja consigue así incrementar significativamente su caudal de votos si se compara con los 671 votos conseguidos en 2015 y que lo posicionaba en la tercera posición detrás del partido Cambio Democrático (CD).
El partido oficialista obtenía hasta ayer en Jiquilisco 5,649 votos, muy lejos de los 7,951 votos que los llevaron a retener la comuna en 2015 de manera holgada.
Al FMLN lo separaba 822 votos de GANA hasta ayer. Su caudal de votos había bajado hasta ayer en más de 2 mil votos a nivel general con respecto a la elección de hace tres años.
El partido naranja le sacó la ventaja suficiente tanto en centros de votación en área urbana como el Instituto Nacional y Centro Escolar Ramiro Martínez, como en los instalados en el área rural o cercana a la costa como en los cantones Roquinte, El Jagual, San José y El Castaño y El Paraíso.
El FMLN mantuvo la preferencia de la población en lugares del Bajo Lempa donde se asentaron desplazados como es el caso del caserío Ciudad Romero, donde una abrumadora mayoría siguió dando su apoyo al proyecto oficialista al conseguir 561 votos, muy por encima de los 86 obtenidos por GANA.
Pero estos apoyos en estas comunidades organizadas y afines no le alcanzaron al FMLN para retener la alcaldía.