Hugo Martínez frunce el ceño al hablar de Mauricio Funes y no se decide por el aborto

El presidenciable fue duro con los políticos que viajarán a la canonización de Romero con fondos del Estado y por la no elección de magistrados. Pide usar el DUI vencido para votar y revela cómo combatirá a las pandillas.

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Foto EDH/ @HugoMartinezSV

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26 September 2018

El candidato presidencial por el FMLN, Hugo Martínez, tomó con calma su café y contestó con cierta quietud la mayoría de preguntas del periodista Moisés Urbina en la entrevista de esta mañana por la televisora TCS, a excepción de cuando fue cuestionado por el asilo político del que goza el expresidente Mauricio Funes en Nicaragua.

Martínez, de 50 años, dijo en la entrevista Frente a Frente que estaba en contra de la pena de muerte, que le gustaría escuchar a los sectores antes de definirse por si está o no de acuerdo con el aborto, se declaró católico, no le gustó como se definió la relación diplomática con China y habló que de ganar la Presidencia apostaría a los polos de desarrollo, una reforma educativa y la seguridad.

También dijo que se tendría que poder votar con el DUI vencido y que los diputados que quisieran ir a Roma a la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero deberían financiar el gasto con su dinero y no usar fondos del Estado.

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En el caso particular de Funes, se refirió a él como “esa persona” cuando Urbina le preguntó si le había ayudado a buscarle asilo en Nicaragua, lo que de pasó negó de manera rotunda.

“Bajo ninguna circunstancia yo ayudé al expresidente Mauricio Funes para tener asilo político. Nunca he tenido una conversación con esta persona, nunca le he apoyado en nada desde que yo dejé la Cancillería", afirmó de manera tajante.

La Fiscalía ha pedido la extradición del expresidente para que responda por el desvío de $351 millones de fondos entre 2009 y 2014. Hugo Martínez fungió en un momento como canciller en el gobierno de Funes.

Una vez desligado del proceso de asilo de Funes, el excanciller dejó de fruncir el ceño y le volvió la sonrisa, como Urbina se lo hizo ver.

Martínez reveló algunos detalles de su vida privada, como el hecho de que no fuma, que nunca ha consumido drogas y que en su rol de funcionario ha llegado a tomarse un par de tragos de manera sociable. Divorciado, soltero y con dos hijos, dijo que la lectura era para él el mejor “relajante para mi tensión”.

El presidenciable por el FMLN se mostró serio y criticó con los diputados por llevar más de dos meses sin elegir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y les demandó que se dejaran de “cálculos” políticos para que seleccionen de una vez a los más idóneos, y este llamado, afirmó, no solo era para su partido.

También fue duro con los parlamentarios que quieren ir a la canonización de Romero con gastos del Estado y les propuso que pueden superar un veto presidencial que frena la utilización del DUI vencido para poder votar en las elecciones presidenciales del año que viene.

Martínez, además, dijo que no le gustó cómo el gobierno abrió relaciones diplomáticas con China, casi en secreto, y rompió las que tenía con Taiwán. Para su gusto, se podría mantener vínculos con los dos países a los que, de paso, les dijo que arreglaran sus diferencias sin meter a los salvadoreños.

Por cierto, dijo claramente que la Fiscalía no lo investiga por un supuesto desvío de fondos que Taiwán donara al país bajo el gobierno de Funes y cuando él fungía como canciller.

Sobre sus apuestas de ganar la Presidencia, las resumió en tres grandes campos. Una, la apertura de polos de desarrollo para generar empleos; otra que tiene que ver con una reforma educativa para que los jóvenes puedan salir como técnicos en algunas áreas para poder trabajar; y, la tercera, tiene que ver con la seguridad.

En este último punto, Martínez comentó que desde el primer día que ganara las elecciones mandaría a todas las estructuras del Estado a cada rincón del país para combatir a las “estructuras criminales”. La idea es que las personas no tengan que pedir permiso para circular por cualquier lugar del país.

Casi por el final, el candidato del FMLN aseguró que no se opondría a que se investigue a funcionarios por actos de corrupción y que en un gobierno suyo casi el 50 % de sus funcionarios sería mujeres y que llamaría a salvadoreños destacados en el exterior para que le ayudaran a gobernar.

Martínez afirmó que gusta de los cambios generacionales y que por lo mismo él solo estaría en política unos cinco años más y aconsejó a los políticos de la vieja guardia tener una salida para no aferrarse a sus cargos y no tener otra cosa para vivir.