Un sacerdote que estaba en guardia de honor en la casa del velorio manifestó que el padre Walter Vásquez llegó a la parroquia San Francisco de Asis como seminarista y ahí mismo se ordenó como diácono y sacerdote el 13 de febrero de 2010.
“El ahí creció junto a todos los muchachos, ancianos y adultos, hemos crecido con él, una persona buena, humilde, sencilla, cercana a la gente un sacerdote que siempre le gustó estar con los más necesitados, una persona que no merecía una clase de muerte así”, afirmó el religioso.
“Estoy seguro que desde el cielo ya los ha perdonado a ellos (asesinos) y lo que él pide para esas personas es que se arrepientan y que se conviertan por esos hechos cometidos”, afirmó el sacerdote.
Luego de ser ordenado pasó a la parroquia San Buenaventura como administrador parroquial, donde estuvo tres años y medio, después fue enviado a la parroquia de Mercedes Umaña donde terminó su carrera el pasado Jueves Santos, tras ser atacado con arma de fuego por tres presuntos pandilleros.
Su muerte ocurrió después de la misa Crismal en Santiago de María donde renovó sus votos como pastor -ese día era el Día del Sacerdote- y se disponía a celebrar la cena del Señor como parte de la liturgia del Jueves Santos “pero al parecer el Señor lo llamó a celebrar la cena junto a él en el cielo”, dijo el padre.
Lee también: Cientos de feligreses entierran a sacerdote de San Miguel
Los sacerdotes que lo conocieron aseguran que algo que caracterizó al padre Walter, es que era unido a las personas que lo necesitaban.
Un sacerdote afirmó que desconocía de alguna amenaza de muerte contra él pero reconoció de la existencia de personas que no compartían lo que él hacía y predicaba. No les gustaba que les dijeran la verdad y el evangelio es claro cuando dice, y la verdad os hará libres. La verdad duele y eso incomodaba algunos”.
Tras la misa de cuerpo presente que fue convocada a las 2 de la tarde en Lolotique, un feligrés que participaba de los actos fúnebres hizo un llamado a los homicidas del padre Walter que se arrepientan de lo que hicieron y si lo hacen Dios los puede perdonar. El entierro fue a eso de las 4:30 de la tarde en el cementerio de la localidad ante miles de personas.
“De la justicia divina no nos vamos a escapar, la justicia divina tarde o temprano llega”, afirmó Manuel Serrano, feligrés de la parroquia San Francisco de Asis de Usulután.
“Con el compartimos un año de seminario en San Jose de la Montaña en San Salvador y desde esa fecha le he conocido bastante”, afirmó el padre Mario Lisandro Rivera.
Lee además: Policía: Atacantes le reclamaron a sacerdote antes de asesinarlo
Afirmó que tanto él como el padre Walter pertenecían al grupo de sacerdotes jóvenes y en las convivencias siempre se encontraban.
Su firmeza y su carácter siempre lo caracterizaron, lo que se evidenciaba en los torneos de fútbol. “El siempre jugaba como defensa y siempre era un ganador. El padre Walter siempre hablaba con claridad y directo, en sus predicaciones iba al grano y específico”, agregó el sacerdote.
