Trump vuelve a enfrentarse con las agencias de espionaje

Los archivos secretos sobre el asesinato de John F. Kennedy siguen generando polémica

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JJL19. WASHINGTON (DC, EE.UU.), 26/10/2017. El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, declara la crisis de opi·ceos una "emergencia de salud p?blica" durante un discurso en la Sala Este de la Casa Blanca hoy, jueves 26 de octubre de 2017, en Washington, DC (EE.UU.). Trump afirmÛ que su paÌs es el que m·s analgÈsicos opi·ceos consume en el mundo y asegurÛ que el abuso de esos medicamentos, causa de muerte de 64.000 estadounidenses el aÒo pasado, supone la peor crisis de consumo de drogas de "la historia de la humanidad". EFE/Jim Lo Scalzo EEUU TRUMP DROGAS

Por AP

28 October 2017

Fue un enfrentamiento que llevaba 25 años fraguándose: todo el mundo estaba ansioso de finalmente poder ver los archivos secretos sobre el asesinato de John F. Kennedy, y faltaban sólo unas horas para que venciera el plazo y se publicaran, pero las autoridades de inteligencia seguí­an buscando la manera de impedirlo. El presidente Donald Trump, el único hombre que podí­a bloquear la divulgación, no estaba contento con su perseverancia. No pretendí­a facilitarles las cosas.

Como mucho de lo que rodea las investigaciones sobre el homicidio del presidente Kennedy en 1963, la publicación esta semana de los 2 mil 800 archivos acerca de ese suceso no fluyó sin contratiempos. Solo se resolvió en el último momento, luego de que en la mañana los abogados de la Casa Blanca seguí­an recibiendo solicitudes para que se efectuaran censuras adicionales y un Trump irritado continuaba rehusándose a acceder a esas peticiones, de acuerdo con dos funcionarios de la Casa Blanca que pidieron guardar el anonimato para poder hablar sobre las discusiones internas.

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El recuento de las últimas horas antes del jueves, en que vencí­a el plazo de 25 años que el Congreso impuso para la divulgación de los archivos de Kennedy, es un nuevo capí­tulo en la historia de la difí­cil relación entre Trump y sus agencias de espionaje. El mandatario volvió a mostrar su escepticismo e imprevisibilidad al tratar con agencias acostumbradas a que les muestren cierto grado de deferencia. Mientras tanto, funcionarios de inteligencia se quedaron perplejos una vez más ante un presidente cuyos impulsos no pueden pronosticar.

Y esos funcionarios tení­an sus propias versiones de lo ocurrido. Algunos rechazaron la noción de que ellos actuaron con lentitud ante las expectativas de Trump sobre la divulgación. La CIA comenzó a trabajar hace meses para tener el resto de sus documentos sobre el asesinato listos para ser divulgados el jueves, según una persona familiarizada con el proceso. Ésta, la cual no está autorizada para hablar públicamente sobre este asunto y declaró bajo condición de anonimato, dijo que la meta era tener todos los documentos de la agencia listos para ser divulgados completos o con censuras en pro de la seguridad nacional antes de que venciera el plazo.

Desde que asumió la presidencia, Trump ha cuestionado la integridad de los lí­deres de las agencias de espionaje, se ha movilizado para ejercer más control sobre éstas y acusó a su predecesor de usar técnicas gubernamentales de espionaje para monitorear su campaña presidencial. En lo que respecta a los archivos de Kennedy, según dijo un funcionario de la Casa Blanca, Trump querí­a dejar bien claro que no permitirá que las agencias lo presionen.

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Sea lo que sea que haya ocurrido antes del vencimiento del plazo, Trump estaba irritado el jueves porque las agencias seguí­an presentando argumentos para que se aplicara más censura en algunos textos. Dí­as antes, el presidente tuiteó para generar suspenso en torno a la divulgación de los documentos, con lo que enfatizó la sensación de dramatismo en torno a un tema que desde hace décadas ha despertado la imaginación de los que creen en teorí­as de conspiración. Según una ley de 1992, todos los archivos relacionados al asesinato tení­an que ser publicados a menos que el presidente decidiera retenerlos explí­citamente.

Poco antes de la divulgación, Trump escribió en un memorando que no tení­a otra alternativa que aceptar las solicitudes de la CIA y el FBI para mantener secretos miles de documentos debido a la posibilidad de que divulgar la información aún pudiera afectar negativamente la seguridad nacional. Dos asistentes dijeron que el mandatario estaba molesto por lo que consideraba eran solicitudes de confidencialidad excesivamente amplias, y añadieron que a las agencias se les habí­a advertido explí­citamente que él esperaba que las censuras se mantuvieran en un mí­nimo.