La Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) propone que el país empiece un proceso de reforma institucional con un rumbo hacia la industrialización 4.0, buenas prácticas internacionales y con normativas claras.
Respecto a la industrialización 4.0, Pedro Argumedo, investigador del Departamento de Estudios Económicos (DEC) de Fusades, explica que es necesario que El Salvador invierta en educación, tomando en cuenta que actualmente solo el 60 % de las escuelas a nivel nacional tienen acceso a internet.
Lo que busca la industrialización 4.0 o mejor llamada como “la cuarta revolución industrial” es automatizar procesos, ser más eficiente, más rápida, producir más y con mejor calidad y si bien es cierto, la robotización ha llegado, hay muchos procesos que no se pueden dejar en manos de robots, sino que tienen que ejecutarlos seres humanos.
“La estrategia apunta a una transformación productiva de cara a 2024 aprovechando la revolución tecnológica en dos vías: primero, apoyar la transformación del aparato productivo para que adopte las nuevas tecnologías en los procesos de producción”.
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“Segundo, transformar el aparato productivo desarrollando nuevas cadenas de valor que se encuentran utilizando las tecnologías de la 4a. Revolución, esto implicaría atraer a nuevas industrias y agregar valor a las cadenas ya existentes. Para lograr la transformación hacia la industria 4.0 se propone una hoja de ruta”, según análisis de Fusades.
La hoja de ruta se basa en identificar las brechas tecnológicas existentes y cómo desarrollar nuevas líneas tecnológicas 4.0; buscar un programa de financiamiento para adoptar esas nuevas tecnologías; un programa de apoyo al reentrenamiento laboral, para evitar en lo más que se pueda la pérdida de empleos, programa de apoyo en adopción de las nuevas tecnologías dando valor agregado al recurso humano; programa de promoción del desarrollo productivo en los departamentos más rezagados de El Salvador.
Fusades presentó una propuesta de una hoja de ruta para un cambio institucional inclusivo, basado en un proceso de adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En este sentido Argumedo destacó que ya El Salvador ha mostrado y oficializado el interés, por medio de Cancillería, de ser parte del Centro de Desarrollo de la OCDE.
Otra de las propuestas es que así como en 1950 se creó el Instituto Tecnológico Centroamericano; se debe pensar en un “Instituto Centroamericano de Industria 4.0”.