Tímidos cambios en el gobierno tras la derrota electoral

El discurso de Salvador Sánchez Cerén, tras la derrota del FMLN el 4 de marzo, no incluyó aspectos como el combate a la corrupción y el alejamiento del gobierno con regímenes como Venezuela, según analistas.

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Salvador Sánchez Cerén saluda a su homólogo venezolano

Por Rafael Mendoza López

01 June 2018

Luego de que el partido oficial sufriera un duro revés electoral el 4 de marzo pasado, el gobierno ha dado tibios pasos para recuperar la confianza de los salvadoreños. Hasta la fecha, esos resultados adversos han dado únicamente un incremento a los subsidios que fueron disminuidos para algunos sectores de la población, así como una rotación de funcionarios que ha dejado más dudas que respuestas.

El gobierno, de acuerdo con el analista Salvador Samayoa, “sigue estando mal, porque no hicieron nada ni parecido a lo que había que hacer para recuperar la confianza del país, del pueblo y de sus bases”.

Samayoa asegura que en cuanto a la rotación de cargos en el Ejecutivo, los cambios no han tenido un impacto sustancial, sino más bien hay movimientos que no abonan a lo que el salvadoreño pudiera haber deseado como señal de cambio.

“En algún caso particular como la Secretaría Técnica creo que el gobierno perdió calidad porque (Roberto) Lorenzana, por lo menos en el tema de las finanzas públicas y otros muy importantes de la gestión del gobierno, tiene mucha preparación y mayor dominio de los temas que Óscar (Ortiz)”, sostuvo.

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El cambio de cargos en el gabinete, según el presidente Salvador Sánchez Cerén, fue un paso para imprimirle mejor calidad y resultados al gobierno. Entre las sustituciones también estuvo la de Marco Fortín por Felipe Rivas como presidente de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), una de las instituciones con más quejas de la población.

También fue sustituido Carlos Cáceres por Nelson Fuentes en el Ministerio de Hacienda, así como el nombramiento de Luz Estrella Rodríguez, antes viceministra, por Tharsis Salomón López, ministro de Economía.

Para la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económica y Social (Fusades), no hubo “modificaciones significativas”, manteniendo una presencia preponderante, como en años anteriores, de la Comisión Política del FMLN.

“Por el contrario, la ‘reestructuración’ del Gabinete fue reprobada por parte de analistas y miembros de sindicatos. Estos actores reprocharon al gobierno la falta de cambios en las áreas de salud y seguridad”, señaló.

En cuanto al discurso, aseguró Samayoa, el gobierno no ha dado una señal clara, dejando más bien los problemas medulares de lado y enfocándose en el tema de los subsidios como una medida prioritaria.

“Recuperar su ayuda (subsidios) que le da el gobierno a estas personas puede ser que le reporte algún beneficio electoral, pero eso es andar por las ramas, el problema de fondo es que no ha sido positiva la relación sino que más bien obstructiva la relación con el sector privado y eso se ha reflejado en niveles de inversión bajo, y por tanto niveles de creación empleo bajos”, señaló Samayoa, como uno de los problemas de fondo.

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Por otra parte, aseguró que el gobierno tampoco ha enviado un mensaje claro de que está en contra de la corrupción. “La gente tiene dudas, tiene una gran frustración con el tema del encubrimiento de la corrupción y de eso no dijeron ni media palabra en el mea culpa, y si algo no le perdona la gente al FMLN es haber encubierto la corrupción”, manifestó el analista.

En tercer lugar, el tema del apoyo decidido del gobierno a regímenes como el de Venezuela y Nicaragua es otro aspecto que ha alejado la confianza de la población en el Ejecutivo. “Las capas medias están siempre muy nerviosas y con mucha incertidumbre con el tema del apoyo a Venezuela y al régimen de Maduro y de Ortega, que obviamente son violadores de derechos humanos contrarios a la democracia y son regímenes que dinamitan toda las instituciones democráticas”, indicó Samayoa.

En esa misma sintonía, Fusades consideró que el gobierno no ha cumplido con su ofrecimiento de impulsar una política exterior sin “ataduras ideológicas”.

“El Salvador continúa apoyando regímenes totalitarios en la región latinoamericana alejándose de la promesa acerca de una política exterior sin ataduras ideológicas. El respaldo del presidente Sánchez Cerén a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, no obstante las carencias y violaciones a los derechos humanos que están sufriendo sus habitantes, lo separa de la comunidad internacional que ha venido exigiendo el restablecimiento del orden constitucional en esos Estados”, aseguró el tanque de pensamiento.