Este año, 17 mil alumnos desertaron de los centros educativos; de ese total 14 mil estudiantes eran de centros educativos públicos y alrededor de tres mil de instituciones privadas, informó, ayer, el viceministro de Educación, Francisco Castaneda.
El funcionario aseguró que al final del año lectivo 2017 se contabilizan un millón 200 mil estudiantes, y aunque las escuelas todavía no han realizado los actos de clausura estima que la tasa de deserción escolar ronda el 2 %.
En vísperas de que las clases en el sistema educativo regular culminen oficialmente, el próximo 17 de noviembre, Castaneda, afirmó que el año escolar “ha sido muy satisfactorio porque se está cerrando con la tasa de deserción más baja en la historia del país”.
Según Castaneda, la cifra de escolares que abandonó las aulas está muy por debajo de la de 2016, cuando se registraron 34 mil desertores. Además, expuso que, incluso, cinco y siete años atrás se retiraban de las aulas, entre 40 mil y 60 mil alumnos.
La visión oficial sobre la deserción escolar no es compartida por algunos sindicatos de ese sector. Tanto el profesor Paz Zetino Gutiérrez, secretario general de Bases Magisteriales, como el profesor Daniel Rodríguez, secretario general de Simeduco, coincidieron que las cifras que presenta el Mined, independientemente del gobierno que esté, siempre son conservadoras, especialmente en año preelectoral.
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Zetino Gutiérrez manifestó que si bien antes se hablaba de 50 mil alumnos desertores y ahora de 17 mil la situación sigue siendo igualmente preocupante, porque la cifra siempre es elevada y por tanto no se debe ver como un gran logro.
Para el profesor Rodríguez, del Simeduco, los datos que brinda el viceministro no son reales, pues argumenta que hace unos días dijo que este año solo iban 9 estudiantes asesinados cuando las fuentes escolares que tiene la gremial apuntan que son 60.
El dirigente sostiene que también estaría mintiendo en el tema de deserción, dado que en cada escuela deserta un promedio de 15 a 20 estudiantes. “Para nosotros la (tasa de) deserción ronda el 15 %, porque la situación del país, con respecto a la violencia no ha cambiado”.
La reducción de la tasa de deserción, a criterio del vicetitular de Educación, estaría vinculada con el hecho de que los directores de los centros educativos, con apoyo de los docentes y los mismos padres, se esforzaron en desarrollar estrategias encaminadas a retener a sus estudiantes; y el impacto de programas sociales.
Explicó que también favoreció que en los municipios en donde anteriormente hubo mayor deserción escolar, brindaron una atención más completa con el programa El Salvador Seguro; y además, que algunas escuelas fueron dotadas de psicólogo para los estudiantes y en otras se desarrolló proyectos de infraestructura, a partir de lo cual mejoró el ambiente escolar.
“Ha sido un elemento clave haber flexibilizado la educación en aquellos municipios de mayores índices de violencia. Entre la segunda mitad del 2016 y el 2017 han retornado al sistema educativo 20 mil estudiantes que lo habían abandonado por situaciones que iban desde problemas económicos , situación de pobreza, cambio de domicilio y el tema de violencia generado por las pandillas”, aseguró.
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El viceministro dijo que la cartera de Educación se vio afectada por varias situaciones que le impidieron ser más exitosa, como la aprobación tardía del presupuesto de este año: “Eso nos afectó (en hacer) las transferencias más rápidas que estaban destinadas a más de 500 escuelas que iban a ser reparadas. A esta altura hemos reparado alrededor de 350 de las que estaban programadas solo con el rubro reparaciones menores”.
Según indicó, los proyectos educativos también se vieron afectados por tres fenómenos naturales, uno que ocurrió en el norte de Chalatenango, entre junio y julio, el que afectó hace un mes en el norte del país y la tormenta Selma que dañó 30 centros escolares ubicados en Usulután, San Miguel, Cuscatlán y La Paz.