El FMLN y GANA, ahora aliados, son muy hábiles en el arte de la desinformación y la distorsión de los hechos, arte que ocupan para dormir al público sobre sus intenciones y acciones. En la semana pasada ha habido varios casos clarísimos, incluyendo la compleja desinformación que rodea a la alianza que han formado en la elección de la Sala de lo Constitucional y en la Asamblea Nacional, y los pretextos que el FMLN ha alegado para pasar una ley de censura de prensa. Estos dos casos los he discutido en los últimos días.
El último caso es la manipulación que el FMLN ha querido hacer con la noticia de que un Juez Federal prohibió temporalmente al gobierno de Estados Unidos terminar el TPS para ciudadanos de algunos países que están viviendo y trabajando en Estados Unidos, incluyendo los salvadoreños. Con una desfachatez extraordinaria, voceros del FMLN declararon que la acción del juez se debía a las gestiones del ex-ministro de relaciones exteriores de El Salvador, ahora candidato del FMLN para la presidencia de la república.
La desfachatez es extraordinaria no solo porque los jueces norteamericanos son inmunes a las presiones de los políticos locales y extranjeros, sino también porque, como lo tuvo que aclarar la Embajadora de Estados Unidos, el gobierno del FMLN ha metido a El Salvador en una relación muy complicada con Estados Unidos, lo cual es lo opuesto de lo que el FMLN ha querido transmitir al pueblo. La Embajadora añadió que el gobierno de Estados Unidos tiene la impresión de que el gobierno salvadoreño no es un socio confiable. Y remató diciendo que el haberla llamado a ella a consulta en Washington fue un mensaje fuerte de los Estados Unidos, que además ella transmitió directamente al gobierno de forma verbal a su regreso.
Para explicar la posición de Estados Unidos la Embajadora citó solamente la manera poco transparente con la que el gobierno rompió relaciones con Taiwán, pero todos sabemos que hay muchas cosas adicionales que ya habían creado una mala relación entre los dos países, como el vergonzoso apoyo que el gobierno ha dado al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, régimen que ha masacrado a sus propios habitantes y está causando el éxodo de dos millones de venezolanos a sus países vecinos en apenas un poco más de un año. Igualmente ha apoyado al régimen de Ortega en Nicaragua. En ambos casos, lo ha hecho contradiciendo no sólo los hechos y la opinión de los salvadoreños sino también obstaculizando los esfuerzos del continente entero para liberar a Venezuela. Además, los del gobierno y el FMLN se refieren a Estados Unidos con palabras derogatorias, han quemado su bandera, y se oponen a toda las iniciativas de Estados Unidos excepto cuando éstas son de regalarles dinero a ellos.
Estas dos manifestaciones de doblez son apenas una mínima muestra de la manera en la que el FMLN y su gobierno tratan a otros países, a los salvadoreños que viven en Estados Unidos y a los propios salvadoreños viviendo en El Salvador. También demuestran cómo para ellos apoyar las tiranías de Cuba, Venezuela y Nicaragua es mucho, muchísimo más importante que proteger a los salvadoreños que viven en Estados Unidos teniendo una buena relación con el país que los acoge. La actitud es realmente vergonzosa para el país. Esperan que Estados Unidos, viendo que el gobierno los insulta y se alinea con todo país enemigo de ellos, no sólo no reaccione en contra sino que además les dé dinero para que hagan como si hicieran obras.
La Embajadora dijo que no parecen confiables, y se quedó corta. A través de su historia, con la manera con la que manipulan la verdad y la trastocan para convertirla en mentiras, ellos han demostrado que no lo son.