Una tragedia en una gráfica

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Por Manuel Hinds

03 January 2018

La gráfica adjunta muestra sucintamente la tragedia que ha vivido el país en las últimas cuatro décadas. La línea negra muestra cómo iba creciendo el ingreso por habitante de El Salvador desde 1950 a 1978, el último año de relativa paz (ya había muchos secuestros, bombas y otras acciones terroristas).

La línea roja muestra cómo ha crecido desde esa fecha hasta ahora. Las líneas punteadas muestran las proyecciones de las tendencias, la negra de 1950 a 1978 y la roja de 1979 hasta ahora. La diferencia entre las dos líneas punteadas muestran que si hubiéramos seguido creciendo como íbamos antes de la guerra el ingreso por habitante sería ahora 70 por ciento más alto que lo que es (el ingreso está medido en dólares de 1990 ajustados por el poder de compra

internacional, disponible en Madisson Project,

http://www.ggdc.net/maddison/maddison-project/home.htm).

Una parte de la caída de 1979 a 1981 se debió al colapso de los precios de los productos básicos (en esa época dependíamos del café), pero la mayor parte fue debida al comienzo de la guerra y la amenaza de caer en un régimen comunista. La economía se comenzó a recuperar cuando terminó la guerra, se restableció la confianza y se

realizaron reformas que aumentaron la eficiencia de la economía. Pero la amenaza del comunismo siguió, deprimiendo la inversión. La economía se ha estancado en tasas de crecimiento mucho más bajas que las que prevalecieron en las tres décadas anteriores a la guerra.

Si hubiéramos crecido como veníamos haciéndolo, ya hubiéramos eliminado la pobreza y tendríamos una clase media mucho más pujante que la de ahora—la que todo el mundo pensaba que se iba a generar cuando, en los setentas, éramos el país más dinámico de la región y estábamos entrando en la economía de la electrónica. Tener el

ingreso por persona casi a la mitad de lo que pudiera haber sido, tener todavía el 30 por ciento de pobreza, y tener una población que quiere vivir afuera, son los costos de tener al FMLN amenazando continuamente con convertir a El Salvador en una Cuba.