ARENA da paso para construir confi

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01 octubre 2011

ARENA da paso para construir confianza El partido Arena recientemente anunció la instalación de un Tribunal de Ética y un código de ética del cual divulgaron un decálogo de compromisos para su accionar y gestión. El Código y Tribunal de Ética responden a una de las principales críticas hechas al partido, la instrumentalización del mismo para beneficio personal de sus dirigentes; criticas que fueron claras, frecuentes, y hechas abiertamente en el partido luego de la derrota en las elecciones presidenciales. El Código de Ética y el Tribunal demandan y establecen, para autoridades y funcionarios areneros, una guía de conducta enmarcada en un actuar decoroso, íntegro, y en consonancia con los valores del partido. Luego de perder la elección presidencial, Arena entró en un proceso de auto-depuración y auto-rescate. Muchos dijeron que Arena ?ya era historia? pues se había corrompido. El previo liderazgo del partido fue acusado por areneros de usar el partido para sus propios fines económicos y políticos, de manejar el partido usando el dólar como la grasa del engranaje. Se compraban favores y apoyos. El partido se había convertido en el instrumento de sus ?dueños. Los salvadoreños castigaron al partido con el voto. Por lo tanto, el liderazgo tenía que ser renovado para evitar que el barco naufragara, Arena recuperara sus posibilidades de contrapeso político y se convirtiera en una oposición contundente. El decálogo enfatiza una serie de valores y principios prevalentes en partidos democráticos en el mundo, como anteponer los intereses del país antes de los propios, no dejarse influenciar por intereses de grupos que riñan con los intereses de la nación, y actuar responsablemente en función del bienestar de los salvadoreños, encaminándose a establecer las mejores prácticas internacionales en la gobernanza de partidos políticos. Hago hincapié en tres conceptos del decálogo que vienen a responder más específicamente a las críticas. No usarán sus cargos, su poder político en otras palabras, para minar la institucionalidad del país ni partido. No recibirán dádivas por trabajo público o partidario. No participarán en decisiones que impliquen conflicto de interés. Aunque esto debe ser obvio, dada nuestra realidad estos compromisos son refrescantes. Si esto lo cumplen, Arena tendrá vida por muchas generaciones. El Tribunal de Ética, que tendrá la facultad de inclusive destituir de su cargo en el partido o expulsar a un miembro del partido imputado, sería compuesto por tres personas. A su vez, se ha propuesto que los miembros del tribunal sean nombrados por una Comisión compuesta por los tres expresidentes, Cristiani, Calderón, y Flores, el Jefe de Fracción, un alcalde escogido por los alcaldes, un miembro fundador escogido por los fundadores, y un miembro de uno de los sectores de Arena escogido por los sectores. Este grupo, no homogéneo, asegura la imparcialidad en la elección de los miembros del tribunal. Ningún funcionario del partido podría usar su puesto o poder para beneficio propio o de otra persona, so pena de ser denunciado, imputado, juzgado, y sancionado en caso que así lo amerite. Los salvadoreños exigen probidad de sus dirigentes políticos, exigen transparencia, y exigen se actúe en función de los intereses del país. No se vale usar un partido político para servirse. Hay que servir a los salvadoreños, quienes añoran dirigentes políticos que puedan respetar, de quienes se puedan sentir orgullosos, y que den el ejemplo a futuras generaciones. Este paso dado por Arena se enmarca en una necesaria evolución del partido y generará confianza, muy necesaria, entre sus simpatizantes y votantes indecisos. Miguel Lacayo