Posiciones cautelosas con una sola excepción

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13 enero 2014

Posiciones cautelosas con una sola excepción Por:

Joaquín Samayoa No es fácil improvisar respuestas ni expresarlas de manera clara y coherente en dos minutos. Tampoco es demasiado relevante si hace esto bien o no lo hace bien alguien que aspira a ser presidente de un país. Pero a pesar de ello, el ?debate? que presenciamos anoche fue una ocasión que unos aprovecharon mejor que otros para causar una buena impresión. Norman Quijano y Antonio Saca lucieron más relajados, con mejor dominio de los temas en general. Salvador Sánchez Cerén tuvo su mejor momento al abordar las preguntas sobre salud, pero pareció tenso y errático en los demás temas. Los candidatos de los partidos pequeños no hicieron nada para merecer una consideración más detenida a sus candidaturas. Sánchez Cerén se aferró al récord del actual gobierno y su oferta se limitó a la continuidad. Una estrategia muy arriesgada, porque son muchos los salvadoreños que no tienen un buen concepto sobre

las actuaciones y los resultados en economía y seguridad, sobre todo. No fue capaz de tomar distancia o mostrar pensamiento propio. Su consigna es ?más de lo mismo?. Perdió una oportunidad para mejorar su imagen o ganar credibilidad. Tony Saca fue astuto y recapituló los logros de su gobierno que sí obtuvieron un amplio reconocimiento en su momento, como el FOSALUD, el bachillerato gratuito y los índices de crecimiento económico durante la mayor parte de su período al frente del gobierno. Sin embargo, el tenor de casi todas las intervenciones de los candidatos fue hablar de cosas pequeñas, programas para esto o lo otro, sin atinarle a proyectar una visión de país, una verdadera estrategia de gobierno para lograr desarrollo económico en paz y armonía social. Fueron cautelosos, jugaron a no equivocarse. Sólo hubo una excepción en toda la noche. La excepción fue el planteamiento de Norman Quijano en relación con el combate a la criminalidad. Se atrevió a comprometerse a algo controversial, pero diferente. Su planteamiento dará mucho que hablar, pero sin duda captará la atención de muchas audiencias dentro del conglomerado social de El Salvador. Por lo demás, el evento fue bastante insípido, empezando por el moderador, quien no fue capaz de hacer una sola pregunta concreta o desafiante. El diseño pactado no permitía que los candidatos debatieran entre sí, pero yo al menos tenía la expectativa de que el moderador iba a devengar su sueldo poniéndole una pizca de sal y pimienta a las intervenciones. No fue así...