La disputa por la letra de la marcha arenera

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07 September 2015

E La disputa por la letra de la marcha arenera Por Joaquín Samayoa Observador Político l partido ARENA nació con una clara identidad anticomunista en la última década de la Guerra Fría y en una situación de apremio, exacerbada por el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua y por la crisis irreversible de la dictadura militar en El Salvador, la cual dio paso a la unificación de los grupos más radicales de izquierda y a su opción por la lucha armada para imponer un régimen socialista totalitario en nuestro país. Impulsada por un líder carismático, ARENA se funda con una clara misión histórica que se logró sintetizar de manera muy atinada en una marcha asertiva y vibrante que, en esencia, era un llamado a defender a la Patria en una lucha que ya se perfilaba prolongada y sangrienta. El propósito último de esa lucha para los seguidores de Roberto D¿Aubuisson se expresó en una frase de la marcha: ¿El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán¿. La frase podía tomarse en sentido literal, como un imperativo para dar muerte a cualquiera que comulgara con la ideología comunista; pero también podía interpretarse en sentido figurado, como la anulación definitiva de la amenaza de instauración de un régimen comunista en El Salvador. Lo primero ocurrió en decenas de miles de casos. Lo segundo se logró solo parcialmente. Desde que los Acuerdos de Chapultepec pusieron fin al enfrentamiento armado, sentando las bases para que ambas partes siguieran persiguiendo sus fines por la vía del enfrentamiento político, respetando la vida y otros derechos fundamentales de sus adversarios, la aludida frase de la marcha arenera fue viéndose cada vez más obsoleta con el paso del tiempo. Como contingente histórico, los rojos no terminaron en una tumba, sino al frente del Gobierno Central, de muchos gobiernos municipales, del Poder Legislativo y, de no ser por la firme resistencia de importantes organizaciones de la sociedad civil, también estarían ya controlando la totalidad del Poder Judicial. Pero además esos rojos de los años 80 no son ahora los mismos rojos. Algunos se apartaron, otros se acomodaron y otros se hicieron acompañar de muchos desencantados y oportunistas provenientes de otras latitudes ideológicas, con el fin de conseguir y proteger posiciones de poder para sus propios beneficios personales. El discurso sigue intacto como recurso para atraer el voto de los más marginados de la sociedad, pero realmente quedan ya muy pocos en el FMLN que toman en serio ese discurso. Siguen vistiendo blusas y camisas rojas, pero la amenaza ahora es de naturaleza muy diferente de lo que era cuando se fundó ARENA. Y por mucho que algunos areneros quieran embriagarse de nostalgia y seguir cantando la famosa frasecita, eso no cambia el hecho de que sus enemigos no están en una tumba sino que andan por ahí vivitos y coleando. Eso es lo que hay que entender para valorar adecuadamente la propuesta del alcalde tecleño Roberto D¿Aubuisson. Sin ánimo de ofender a nadie, lo que su padre pensaría de esa propuesta es irrelevante. Lo importante es que el alcalde tecleño tiene sobradas razones para proponer lo que propone. Su propuesta merece, al menos, consideración. Es muy lamentable que dirigentes de la estatura de doña Gloria Salguero Gross hayan reaccionado tan caprichosamente a la propuesta de D¿Aubuisson, quien además se ha ganado a pulso, por sus propios méritos, el respeto dentro y fuera de su partido, y de cuya lealtad nadie en ARENA tiene motivos para dudar. Es lamentable también que el presidente del COENA haya preferido evadir la discusión, igual que en su momento hizo Alfredo Cristiani cuando recibió un documento escrito por un grupo de intelectuales, por iniciativa de un respetado exdirigente del partido, como base para clarificar la visión y los nuevos desafíos que enfrenta ARENA. Con esas actitudes jamás podrá renovarse ARENA. Se condena a sí misma a seguir alienada del resto de la población, haciendo muy difícil el apoyo que muchos quisieran darle. Mal mensaje se envía cuando se muestra incapacidad para dialogar con madurez y respeto aun dentro del propio partido, cuando se pretende ganar una discusión sin tenerla, a punta de descalificar a los que piensan diferente. ¿Acaso no es eso mismo lo que tanto y tan justificadamente se le critica al FMLN?