¿Por qué ya?

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25 June 2017

Estos que vienen son los dos años más peligrosos de la historia de El Salvador. El FMLN se encuentra esquinado y cada vez más débil. Sintiéndose en decadencia, el gobierno y el FMLN están adoptando posturas cada vez más radicales, muestran cada vez menos respeto por las instituciones democráticas del país y se alinean más fuertemente con el bloque de Cuba y Venezuela, ominosamente justificando sus acciones antidemocráticas de maneras que parecen anticipar lo que ellos podrían hacer para aferrarse al poder.

En estos dos años pueden desestabilizar al país y crear pretextos para no soltar el poder, destruyendo la economía (que ya lo están haciendo de muchas maneras, incluyendo los impagos cuando tienen dinero para pagar), dejando a la ciudadanía sin la protección de la Sala de lo Constitucional (cuyos miembros cesan en sus funciones en julio de 2018), debilitando las instituciones y los procesos electorales de maneras que faciliten trampas (como no asignar el presupuesto necesario para que las elecciones sean seguras y justas) y controlando las fuerzas de seguridad para debilitar a la oposición y fortalecerse ellos.

Y, mientras pasa esto, ARENA no organiza una defensa unificada de la ciudadanía ni presenta la esperanza de que la vaya a presentar en más de un año -la mayor parte del tiempo que queda para evitar que el FMLN se perpetúe en el poder. Al contrario, lo que podemos esperar en ese tiempo es una guerra interna en el que atacantes y víctimas serán ambos miembros de ARENA misma. Para el momento en el que emerja un candidato presidencial de ARENA ya habrán pasado entre doce y quince meses en los que ARENA habrá dejado al FMLN y al gobierno hacer lo que quieran sin ninguna oposición. ARENA estará dividido, muy dividido porque la división aumenta con el tiempo de la campaña interna. El candidato estará sumamente debilitado por las luchas internas y tendrá poco tiempo para reunificar al partido. Le quedará muy poco tiempo para posicionarse ante el FMLN y habrá desperdiciado muchos de sus recursos en la lucha intestina. Además, entrar a las elecciones de diputados todavía divididos internamente sería un factor muy negativo para las elecciones legislativas. Todo esto reduciría las posibilidades de una victoria de ARENA.

Estos problemas se podría resolver si las elecciones internas para la candidatura presidencial se llevaran a cabo en este año, de forma que cuando se realicen las elecciones nacionales legislativas de marzo de 2019 ya haya un candidato presidencial. En ese momento el partido entero se podría enfocar totalmente en las elecciones legislativas, y el nuevo candidato podría apoyarlas a la vez que mantener una presión fuerte sobre el FMLN y al gobierno en vez de tener a los precandidatos peleando entre sí en medio de las elecciones.

Hay cinco argumentos principales para posponer lo más posible las elecciones internas de candidato presidencial. Ninguno tiene el peso para que sea más racional atrasar las elecciones internas.

Podemos considerar los dos primeros de una sola vez. Primero, que las elecciones de diputados vienen primero y el partido debe atender primero a lo primero. Segundo, que las elecciones de la Asamblea son más importantes que las presidenciales. Los dos primeros no son realistas. Aunque es obvio que las elecciones de la Asamblea son importantes, es claro que no son las más importantes y el hecho de que la población le da más importancia a las presidenciales no implica ignorancia sino conocimiento de la realidad. Si fuera cierto que la Asamblea es más importante que el Ejecutivo, Maduro ya no pintaría en Venezuela ya que el Socialismo del Siglo XXI perdió las elecciones de diputados hace tiempo y por un gran margen. La base del poder está en el Ejecutivo, que controla las finanzas del gobierno y el poder de coerción del Estado. En manos de un partido que quiere establecer una tiranía como la de Cuba y Venezuela, el Ejecutivo es la rama clave que le permite aferrarse al poder. Es por eso que el objetivo central de ambas elecciones (legislativas y presidenciales) debe ser sacar al FMLN del Ejecutivo. Como todo el mundo siente que esto es así, el pretender que el partido y la población se van a olvidar de las elecciones presidenciales para sólo pensar en las legislativas es totalmente irrealista.

El tercer argumento es que al nombrar temprano al candidato el partido lo expondría a ser atacado por más largo tiempo. Esto no es cierto. Los precandidatos de todos modos van a sufrir ataques muy fuertes desde el principio aun si la elección del candidato se atrasa de doce a quince meses. La diferencia es que, además de recibirlos del FMLN los recibirán también de facciones de ARENA apoyando a otros precandidatos. En una campaña interna de doce a quince meses se pueden destrozar internamente, ahorrándole el trabajo al FMLN.

El cuarto argumento es que los que se tiren tarde tendrán poco tiempo para hacer campaña en las internas, lo que le daría ventaja a los que se tiraron antes. Este argumento no tiene sustancia porque es difícil determinar quien se tira primero y quien después en este ambiente en el que los que se tiran dicen que no se han tirado. No es material tampoco porque hasta este momento es difícil determinar quien lleva ventaja y quien no.

El quinto es que a la población no le gustan los políticos y por lo tanto los candidatos deben evitar retratarse como candidatos porque entonces la gente los clasificará como políticos y los descartará de entrada. Este argumento es el más lejano a la realidad política del país. Es cierto que la población tiene una muy mala impresión de los políticos, pero esta impresión no se da en el vacío. La gente ha manifestado que su disgusto se debe a que se sienten engañados por los políticos, que les mienten sin vergüenza para lograr sus propios objetivos egoístas. Mentirle a la gente para hacerle creer que una persona que está corriendo en realidad no lo está haciendo es la peor de las estrategias para recuperar la confianza de la población. Mentir no aumenta la confianza; la destruye. Y al final, cuando digan que decidieron correr dentro de un año después de obviamente estar corriendo desde principios de este año la gente sabrá que les mintieron cuando negaban estar corriendo. Finalmente, a la gente le gusta que sus líderes sean decididos. El no atreverse, el no querer arriesgar nada por el país, ni el ego siquiera, y el armar toda una fantasía de que correr es no correr, es más de lo mismo que ha desilusionado a los votantes, haciéndoles pensar que no hay líderes. Y con razón. Esconderse no es una característica del liderazgo.

Es mejor para todos que lo que hoy se está haciendo por debajo de la mesa se haga por encima de ella y que la decisión de quien va a ser el candidato se tome en este mismo año para que el partido se pueda unificar y presentar un frente sólido al FMLN. Al salir abiertamente al ruedo en el que ya están pero vergonzantemente los precandidatos también pueden dar un mensaje de fuerza a la ciudadanía, declarando juntos que están luchando por ideales comunes, que no van a hacerse ataques personales, y que los que pierdan van a apoyar al que gane para lograr eliminar la amenaza terrible que pende sobre nuestro país.