ARENA está cometiendo un error grave al pretender que la primera prioridad ahora tiene que ser la de ganar la Asamblea y esperar a que estas elecciones tengan lugar para proceder con las elecciones internas para elegir a un candidato a la presidencia y luego a hacer que la gente lo conozca y confíe en él o ella, con unos pocos meses para lograrlo. Eso es darle una ventaja enorme a los del FMLN que tienen ya posicionado al menos a un posible candidato (el alcalde de San Salvador) y que de todos modos confían en la disciplina férrea de sus bases duras para ganar las elecciones con cualquier candidato que pongan si es que ponen otro.
Hay tres temas principales que deben tomarse en cuenta para escoger el momento de definir la candidatura presidencial. El primero es la importancia que tiene la elección presidencial comparada con las de diputados y alcaldes. El segundo es el tiempo que se necesita para posicionar al candidato en situación de ventaja con respecto al FMLN, algo que se puede hacer solo después de haber tenido las elecciones internas y haberse definido quién es el candidato. El tercero es si puede armarse una estrategia combinada para ganar en las dos elecciones, usando la fuerza de unos candidatos para apoyar a los otros.
Con respecto al primer tema, basta pensar qué prefiere ARENA: ganar tres puestos en la Asamblea y perder la Presidencia de la República, o ganar la Presidencia de la República y perder tres puestos en la Asamblea. Todo el mundo entiende, o debería de entender, que la tarea importante y urgente es ganar las elecciones presidenciales. Es desde allí que el FMLN está destruyendo la democracia; es desde allí que están demoliendo financieramente al Estado, es desde allí que controlan las fuerzas de seguridad y el Ejército; es desde allí que controlan el enorme aparato del órgano ejecutivo para crear enormes redes de clientelismo, contratando activistas; es desde allí que controlan la política exterior para apoyar al régimen tiránico de Maduro en Venezuela; es desde allí que tienen la sartén por el mango. El que crea que desde la Asamblea puede controlar a un gobierno decidido a establecer una tiranía que mire los casos de Venezuela y El Salvador.
Con respecto al segundo tema, la relación de un votante con su votado es una relación de confianza que requiere de tiempo para establecerse. Primero es necesario lograr que la ciudadanía reconozca el nombre, que lo distinga de los demás, que tenga identidad propia. Luego, es necesario que la gente considere dicha identidad deseable para la presidencia de la república, y finalmente que vale la pena votar y hacerlo por esa persona. Todas estas tareas requieren tiempo, pero más la tercera.
Nadie decide en una tarde ligarse a otra persona de una manera tan fuerte como para votar por ella para presidente. La gente necesita ver cómo esa persona reacciona en diferentes circunstancias a diferentes retos, necesita confrontar sus opiniones con las de otros, necesita acostumbrarse a la idea de votar por ella. Unos cuantos meses no son suficientes para hacer todo esto. Mientras más largo el tiempo tenga el candidato para ser conocido, mejores serán sus probabilidades de ganar (suponiendo que, como se ven en los precandidatos, el candidato sería bueno). Es muy claro que de junio de 2018 a marzo de 2019 no se puede avanzar mucho en este proceso. El tiempo es muy corto.
Con respecto al tercer tema, ARENA debe pensar en una estrategia en la que se de tiempo al candidato a presidente a que se establezca y se coordine esta actividad con las de los candidatos a diputados y alcaldes. Lo que se necesita es una estrategia integral, en la que se entienda que el objetivo de 2018 y
2019 es ganar las elecciones de 2019 para quitarle el poder de destrucción que tiene el FMLN con su control del ejecutivo.
Para combinar estos objetivos ARENA debería de definir su candidato a presidente en septiembre de este año, maximizando así el tiempo que éste tendrá para posicionarse con ventaja para ganar las elecciones de 2019 y ayudar a los candidatos de 2018.