2018 y 2019

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07 May 2017

ARENA ha tomado la posición de que las elecciones presidenciales deben considerarse en el partido hasta que las elecciones de diputados y alcaldes se hayan realizado. Esta posición está basada en al menos dos razonamientos. Primero, que como la gente tiende a dar más importancia a las elecciones de presidente que a las de diputados y alcaldes, se corre el riesgo de que todos los recursos del partido se vayan a las primeras, dejando abandonadas las segundas, que también son importantes. Segundo, que si se repite la experiencia de las elecciones del COENA, la lucha interna por la candidatura de la presidencia podría generar una división en el partido que afectaría a ambas elecciones.

Con esto, el partido está tratando de tapar el río Amazonas con un dedo. La ciudadanía y el partido están sumamente preocupados por lo que va a pasar en las elecciones presidenciales, y consideran que, diga lo que diga el COENA, el 2019 es el año decisivo en la lucha contra el FMLN…y con toda razón. A nadie se le escapa que las elecciones de las alcaldías tienen una gran incidencia en las presidenciales, o que la Asamblea es un órgano importantísimo del estado. Pero a nadie debe escapársele tampoco que el objetivo estratégico es conquistar la Presidencia de la República para las fuerzas de la democracia. El poder está en el ejecutivo. Como ejemplo basta ver cómo, a pesar de tener el control de la mayoría calificada, ARENA no ha logrado evitar que el FMLN lleve al país hacia una debacle fiscal que la gente todavía no ha entendido cuán profundamente va a afectar a toda la sociedad—pobres y ricos, los que saben lo que la palabra fiscal significa y los que no, los que no quieren ni saber de política porque es sucia y los que sí quieren saber. La capacidad de construir o destruir que tiene el ejecutivo es fundamental, de modo que lo que es suicida es no prepararse con tiempo para las elecciones presidenciales.

Y esto es lo que está pasando. En la reciente encuesta de la Universidad Francisco Gavidia un potencial candidato del FMLN, Nayib Bukele, le gana a todos y cada uno de los potenciales candidatos de ARENA, y por márgenes enormes. Es bien conocido que cuando falta mucho para las elecciones lo que más influye en las declaraciones de inclinación al voto es el reconocimiento del nombre. Nayib Bukele es mucho más conocido que los potenciales candidatos de ARENA. Basta recordar que Norman Quijano le llevaba más de 20 puntos a Salvador Sánchez Cerén cuando faltaban dos años para las elecciones de 2014 para darse cuenta de que esto no quiere decir que va a ganar. Pero sí quiere decir que hay que levantar el nivel de conocimiento que la ciudadanía tiene del que vaya a ser el candidato de ARENA para tener un chance de ganar. Todo el mundo sabe que esto sería muy difícil de lograr si el candidato de ARENA tiene sólo unos meses para hacerlo. La gente tiene que sentir que conoce al candidato para poder votar por él, y apenas hay tiempo en unos meses para que sientan que lo conocen.

Como todo el mundo sabe todo esto, hay ya varios pre-pre-candidatos que ya todo el mundo sabe que están compitiendo. Es bueno que la gente lo sepa porque la juventud y el alto nivel de los aspirantes y el hecho que vengan de la sociedad civil han generado mucha esperanza en la población de que el nuevo candidato de ARENA va a inaugurar una nueva y mejor época en la política del país. El COENA debe modificar su política para que puedan correr dentro de parámetros institucionales bien establecidos.

Pero la responsabilidad sobre estos jóvenes es enorme. La competencia interna de ARENA tiene que ser una competencia entre varios que ofrecen devolver la democracia al país y llevarlo a un mejor futuro. Si la población se da cuenta de que eso es verdad, y que lo que el partido busca es seleccionar al mejor en esta tarea, la ciudadanía querrá formar parte de ese proyecto. Si no, si percibe que los precandidatos se destruyen mutuamente, y que el que quede de candidato es el que más ha destruido, no votarán, como han hecho tantas veces, y la sociedad entera va a perder. La primera habilidad de líder que tienen que demostrar es el poder controlar a sus propios partidarios para que, en la búsqueda del poder no destruyan su propio propósito atacando personalmente a los otros aspirantes y sembrando la división del partido. Para dar la segunda prueba de verdadero liderazgo deben prometer que van a apoyar al que quede.

ARENA debe entender que en esto es que se juega el destino del país. Si la competencia se vuelve una gresca de patadas y mordidas, el pueblo no ganará confianza en ninguno de ARENA, en ninguno, ni en el que tira los troles ni el que recibe los ataques de éstos, y pensará que no quiere votar por gente que no puede disciplinar sus ambiciones por el beneficio del pueblo. Esto lo deben entender los pre-pre-candidatos, deben darse cuenta de que sus partidarios que atacan a los otros pre-pre-candidatos con campañas negras no son en realidad sus partidarios o sus amigos. Son sus enemigos, son los que han hundido a ARENA por varios años y que, si los aspirantes no los logran controlar, van a cerrar la única puerta de salvación que tiene el país en estos momentos negros.