Un problema alarmante en Estados Unidos

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13 January 2017

Un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos para 2015 (Rising Morbidity and Mortality in midlife among white non-Hispanic Americans in the 21st century) documenta un problema social terriblemente serio en Estados Unidos del cual poco se ha hablado. Este problema se puede visualizar en las dos gráficas adjuntas.

La primera gráfica muestra la evolución de las muertes por cada 100,000 personas entre las edades de 45 a 54 años, de 1990 a 2013. Las curvas representan 7 países desarrollados, con una excepción: Estados Unidos está representado por dos curvas: la roja representa los blancos no hispánicos (USW) y la azul gruesa (USH) los hispánicos viviendo en Estados Unidos. La tasa de muertes ha bajado muy sustancialmente para casi todos estos países, con una excepción: los blancos no hispánicos de Estados Unidos. Mientras que la tasa de mortalidad de los hispánicos que viven en Estados Unidos ha caído casi idénticamente con la de los británicos, la de los blancos no hispánicos dejó de caer al final de la década de los noventas, y ha subido desde entonces.

Como resultado de esto, la tasa de mortalidad de los blancos no hispánicos en este rango de edades es de cerca de 465 por 100,000 mientras que la de los hispánicos es de 265.

Anne Case, and Angus Deaton, Rising Morbidity and Mortality in midlife among white non-Hispanic Americans in the 21st century, Proceedings of the National Academy of Sciences, 2015;112:15078-15083.

La segunda gráfica muestra las razones por las cuales la mortalidad ha aumentado entre los blancos no-hispánicos. Ha habido un aumento casi imperceptible en las muertes causadas por diabetes. Las muertes por cáncer de pulmón se mantuvieron casi iguales hasta llegar al 2010, contribuyendo con las de la diabetes a que no cayeran las muertes totales. Pero el aumento en dichas muertes se ha debido a envenenamientos con drogas y alcohol (poisonings), suicidios, y enfermedades crónicas del hígado (chronic liver dieases). Los envenenamientos con drogas y alcohol han aumentado de casi cero en 2000 a 30 por 100,000 en 2013, mientras que los suicidios han aumentado de 16 a 25 en el mismo período.

Anne Case, and Angus Deaton, Rising Morbidity and Mortality in midlife among white non-Hispanic Americans in the 21st century, Proceedings of the National Academy of Sciences, 2015;112:15078-15083.

El deterioro es específico a la mediana edad. La tasa de mortalidad de los blancos no hispánicos entre las edades de 65 a 74 han bajado al mismo ritmo que el de la población en general de los otros países desarrollados, aunque la mortalidad de los de edades entre 55 y 64 ha bajado pero menos que para los otros países desarrollados.

Los científicos que han estudiado este problema han encontrado que está asociado con el alto consumo de opioides, cuyo consumo se liberalizó alrededor del cambio de siglo. Un reciente artículo del New York Times estima que la epidemia de opioides mató a más de 33,000 personas en 2015 ("Inside a Killer Drug Epidemic: A Look at Americas Opioid Crisis", 6 de enero de 2017). Las muertes por sobredosis fueron casi iguales que los muertos por accidentes automovilísticos y las causadas por la heroína sobrepasaron a los homicidios con arma de fuego.

Otra vez, como en tantos indicadores sociales negativos, el problema de los blancos no hispánicos se concentra en los que tienen una educación secundaria o inferior. Los blancos no hispánicos con una licenciatura o más no experimentaron aumento en su tasa de mortalidad, como el grupo racial experimentó en su conjunto, sino un descenso igual a 57 por 100,000.

Este caso tan serio muestra otra vez la crucial importancia de la educación para evitar problemas sociales. En varios artículos anteriores he insistido en lo clave que es la educación para aumentar la productividad y el ingreso y para evitar que nuestros trabajadores sean sustituidos por robots. El problema de los opioides demuestra que la educación también tiene un impacto en problemas sociales. Es hora de que el gobierno y los partidos políticos tomen en serio el problema de la educación en el país, que es la fuente de nuestro subdesarrollo.