Japón está preocupado por posible uso militar del Puerto de La Unión

La avidez por dinero desemboca en lo que estamos viendo: intentar vender a China no solo el puerto cuanto el Golfo de Fonseca y la seguridad estratégica de todo el Hemisferio.

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03 September 2018

Japón ha manifestado preocupación porque se le dé un uso militar al Puerto de La Unión Centroamericana, el cual financió y construyó hace diez años y ha permanecido abandonado por los efemelenistas que se dice que ahora sí quieren entregarlo a toda costa a los chinos.

El Puerto de La Unión iba a ser, en el original proyecto japonés, el centro de un gran plan de promoción humana, de servicios, empleo y desarrollos de tecnología, una visión muy generosa hacia el país de un aliado de muchísimas décadas.

La mayoría de los proyectos y desarrollos que China ofrece a El Salvador, con excepción de empresas militares (como la mencionada en una página web en un inicio pero que fue modificada más tarde), eran parte del plan japonés para La Unión, lo que se vino abajo por los frenos efemelenistas al proyecto.

Japón solo ha pedido que El Salvador consolide su democracia y su gobernabilidad para mantener la cooperación y que el puerto se concesione como resultado de un concurso libre y transparente, sin dados cargados para nadie y honrando el compromiso de que la obra no iba a tener un propósito militar en manos de China.

Lo decente habría sido que Japón tuviera una primera opción, dado que la construcción del Puerto fue realizada gracias a la cooperación económica nipona, ayuda con la que siempre hemos contado como contamos con muchos programas de promoción técnica y formación de personal especializado de parte de China Nacionalista o Taiwán.

Pero la avidez por dinero desemboca en lo que estamos viendo: intentar vender a China no solo el puerto cuanto el Golfo de Fonseca y la seguridad estratégica de todo el Hemisferio.

Lo que más aflige a la gente de trabajo, a los salvadoreños decentes y productivos, es la amenaza de perder nuestras libertades, las muchas libertades que son facetas de lo que Dios da a sus criaturas con el don de la vida, el derecho a escoger, a decidir en lo fundamental, cual es buscar bienestar mientras no invadamos la esfera de los derechos de otros.

Los efemelenistas, desde el primer momento, han tomado esta nuestra Patria como su patrimonio, al que vienen exprimiendo y envileciendo desde hace décadas. Y es muy poco lo que han realizado de positivo en su paso por el poder, pero son capaces de destruir desde majestuosos puentes hasta una nación, como Ortega y Maduro están comprobando.

No hay libertades ciudadanas

dentro de fortalezas militares

En un mensaje que los chinos han difundido en la web, dicen que los Estados Unidos no deben interferir “con la diplomacia salvadoreña”, pero ni los chantajes ni los golpes por la espalda han caracterizado la trayectoria de nuestras relaciones con el mundo.

Sabemos cómo ha comenzado este episodio con China y Taiwán, pero no podemos anticipar cuál será el término.

Estados Unidos ya dijo que está reevaluando las relaciones con El Salvador, en tanto que el senador Marco Rubio ha anticipado que podría cortarse la ayuda estadounidense al país.

Lo que más genera incertidumbre y rechazo entre los salvadoreños es la manera oscura y secreta como ha obrado el partido de gobierno.

Una fortaleza militar como la que evidentemente es el núcleo del proyecto chino no tolera ni críticas ni disidencias. En las satrapías no se toleran vaivenes políticos, como lo demuestra el caso de Corea del Norte, un infierno que amenaza el mundo.