La guerra, “reformas” y sus efectos llevaron a emigraciones de hoy

Los éxodos no solo son de Centroamérica hacia el Norte, sino también de Venezuela a Colombia y Perú, de personas que tratan de escapar de la miseria y las persecuciones de la narcodictadura venezolana.

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10 July 2018

Cómo detener el éxodo de centroamericanos hacia Estados Unidos fue el tema de la reciente reunión del vicepresidente Mike Pence con los tres mandatarios del Triángulo Norte, una cuestión que equivaldría a cómo revertir los hechos que han llevado a esta crisis.

La principal causa fue permitir las guerras en Guatemala y El Salvador y en menos proporción en Honduras en los 80, lo que forzó el éxodo de millones de centroamericanos que escapaban de la violencia, la destrucción de fuentes de trabajo y el reclutamiento forzado de jóvenes y hasta niños.

El hecho de que la segunda ciudad del mundo con más salvadoreños sea Los Ángeles, en California, demuestra que fueron causas ajenas a la idiosincrasia de estos países lo que provocó la diáspora, aun considerando los daños que las políticas de la Alianza para el Progreso causaron a El Salvador en los años 60.

Hasta la década de los 70 no hubo mayor emigración de salvadoreños hacia el Norte; la población, pese a los problemas que se sufría, propios de cualquier país en desarrollo, no estaba en plan de marcharse lejos.

Pero en los Setenta la incipiente guerrilla marxista, los secuestros y violencia urbana forzaron a muchos a salir para proteger a sus familias y protegerse, a lo que se agrega que no hubo esfuerzos nacionales e internacionales genuinos por parar la matanza, sino más bien para profundizarla.

En los Ochenta se impuso una reforma agraria y financiera que destruyó la agricultura y más fuentes de empleo y llevó la banca a la quiebra, lo que a su vez generó más incertidumbre y nuevas migraciones, todo lo cual detuvo temporalmente el desarrollo nacional que más tarde nos ubicaría en el Segundo Mundo hasta la llegada de los efemelenistas al poder y el saqueo de la economía, que alcanza su punto más repugnante con “el robo del siglo” en el primer gobierno efemelenista, por el que ahora son procesados Funes y su grupo.

La opresión y pobreza provocan éxodos en el mundo

Los hechos no suceden de la noche a la mañana, sino que, sobre todo en la historia de los pueblos, son procesos lentos o acelerados pero muy difíciles de revertir.

No se trata tanto de perseguir y encarcelar a los que mueven personas y familias hacia el Norte cuanto de examinar y corregir lo que motiva a tantos a irse, en su mayoría gente que huye de la violencia pandillera, de la falta creciente de empleo a causa de las políticas del efemelenismo.

Pero los éxodos no solo son de Centroamérica hacia el Norte, sino también de Venezuela a Colombia y Perú, de personas que tratan de escapar de la miseria y las persecuciones de la narcodictadura venezolana. Solo en Perú hay más de ciento veinte mil venezolanos que piden asilo, mientras Colombia se prepara a recibir a ochocientos mil que también escapan de Venezuela.

Y este problema no va a resolverse marcando como delincuentes a funcionarios ligados a Maduro, como tanto el éxodo de africanos hacia Europa se solventa con guardacostas y dejando que las barcas naufraguen sin auxiliarlas.

Mundos sobrepoblados estrictamente no existen, pero sí territorios que sufren de malos políticos, dictaduras y xenofobia.