Que “no hay dinero para elecciones”, ¿qué pretenden?

Si no hay dinero, la Asamblea puede autorizar un préstamo con tal fin, pero teniendo el cuidado de que ese dinero no se privatice en los bolsillos de un grupo o se use para bonificaciones navideñas a los cuarenta y tantos miles de activistas que se sostienen con los impuestos de la gente.

descripción de la imagen

Por

21 June 2018

Que por ahora “no hay dinero para las elecciones” del 3 de febrero de 2019, ha dicho el Ministerio de Hacienda, lo que no deja de hacer pensar a los salvadoreños que puede ser una maniobra del oficialismo para estorbar, impedir o manipular los procesos electorales, como los eventos que monta la narcodictadura venezolana y donde ni un gato se acerca, o al estilo de Ortega, que simplemente dispuso que no iban a haber más elecciones, “les guste o no les guste”.

En Cuba hay una fórmula muy simple: “el pueblo ya votó” al aclamar a los odoríficos barbudos cuando bajaron de la Sierra Maestra; ¿para qué seguir molestándose con eso de poner en fila a los aborígenes a meter papelitos en una caja de cartón?

Una variante es la impuesta en las reuniones del Presidium Soviético, en los viejos años de Stalin, donde se votaba a “mano alzada” para que solo los que jugaban con su vida se atrevieran a mostrarse en contra de una propuesta respaldada por el carnicero en persona, modalidad adoptada en Cuba, donde lo que respalda el régimen es apoyado en un 99 % por los votantes.

Si no hay dinero, la Asamblea puede autorizar un préstamo con tal fin, pero teniendo el cuidado de que ese dinero no se privatice en los bolsillos de un grupo o se use para bonificaciones navideñas a los cuarenta y tantos miles de activistas que se sostienen con los impuestos de la gente.

¿Podrían formarse grupos partidarios que vigilen el destino de dineros obtenidos para apoyar los procesos electorales?

De lo que son capaces estos “liberadores de los pueblos” se mostró cuando el hombre del sombrero, el hondureño Mel Zelaya, recibió ayuda venezolana para unas elecciones: las urnas iban pre-rellenas para no correr riesgos, a lo que se suma que los conteos los hace un grupo de esbirros del régimen de que se trate, como Chávez poco antes de morir.

Y por esas veredas deben de andar las elecciones donde Putin, el nuevo Stalin, obtiene una amplia mayoría para continuar en el poder.

Una modalidad criolla, copiada de otros países del Tercer Mundo, es la "rueda de caballitos”, que consiste, no es necesario recordarlo, en poner a la misma gente a votar una y otra vez.

Se dio eso a inicios de los Cincuenta para la elección de Óscar Osorio, un militar personalmente honesto que estableció varias instituciones que perduran hasta hoy pero que desviaron su original propósito.

Osorio murió pobre, acompañado por la buena mujer que conoció durante su presidencia y después que su legal consorte le disparara.

La solución de Ortega

en Nicaragua: abolir

del todo las elecciones

Incluso con elecciones libres y honestas los resultados son, con frecuencia, decepcionantes, como en Guatemala, donde llegó a triunfar un comediante que ha resultado con mañas y están a punto de procesar, como el caso de Toledo, de Perú, al que buscan por todo el mundo después que se averiguara sus vínculos con la red de corrupción de Odebrecht, que también tocó a Funes y a mandatarios a lo largo del Hemisferio.

En la antigua Grecia los cargos políticos eran por designación y los cargos técnicos por elección, modalidad que un demagogo, Alcibiades, derrumbó y en el proceso provocó una nueva guerra entre Esparta y Atenas, guerra que al final de cuentas acabó con Esparta, actualmente una aldea insignificante.