Más muertos en Nicaragua que los del volcán en Guatemala

Las fuerzas represivas orteguistas no disparan para disuadir o amedrentar, sino para matar. Y quien ordena matar es un asesino, pues quita a un ser humano lo más preciado que puede tener, que es su vida misma.

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Por EFE

06 June 2018

Adelantar las elecciones es, para el empresario Carlos Pellas, la fórmula para superar el impasse entre la dictadura de Ortega y la sociedad nicaragüense, pero después de más de cien muertos por la policía lo único que resta es procesar criminalmente a los Ortega.

Los 127 muertos son muchos más que las 70 víctimas fatales causadas por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, lo que da la medida del horror que se vive en Nicaragua a causa de un despiadado asesino que no vacila en reprimir a sangre y fuego una legítima resistencia general.

El último episodio de esta tragedia es el uso de drones para disparar contra manifestantes.

Las elecciones no tienen sentido en dictaduras que o las suprimieron del todo, como hizo Ortega hasta estos momentos, o las manipulan como en Venezuela, donde el régimen cuenta los votos y emite los resultados, un farsa que muy pocos respaldan.

En los países democráticos el sufragio se fundamenta en simples principios: el voto libre, individual, secreto, informado y fiscalizado por el cuerpo social.

Esas condiciones no existen en ningún país controlado por socialistas del Siglo XXI, en naciones como Turquía que ha caído en una dictadura, en sociedades manipuladas por sectas fanáticas como Afganistán o los reinos árabes.

Tampoco se puede hablar de procesos libres cuando mafias y bandoleros manipulan grandes sectores poblacionales, como se afirma que sucede actualmente en Honduras.

Pero todas las garantías a favor de los procesos electorales se vienen abajo cuando los demagogos (a los que por cortesía se les llama populistas), los traficantes de ilusiones, los mercaderes de promesas que no piensan cumplir, emboban a las gentes sencillas, a los que por bolsas de semillas o peluches literalmente venden su primogenitura, sus destinos.

Esa es la gran amenaza de López Obrador en México, lo que acaba de mover a Italia a la izquierda, el drama de Argentina con las masas. Y las consecuencias muy pronto salen a la superficie: naciones que se estancan; poco o nulo crecimiento económico; baja inversión; fuga de capitales; contracción del empleo, como ha sucedido en esta buena tierra.

Los troles y virus de Putin

para desestabilizar a

Europa y Estados Unidos

Volvamos a Nicaragua.

Las fuerzas represivas no disparan para disuadir o amedrentar, sino para matar. Y quien ordena matar es un asesino, pues quita a un ser humano lo más preciado que puede tener, que es su vida misma.

Un régimen ilegítimo quiere perpetuarse en el poder asesinando gente, matando nicaragüenses. Y como decimos, hay más muertos en Nicaragua que los causados por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, como todas las catástrofes naturales de los últimos cien años en Hispanoamérica suman menos víctimas que los muertos por la guerra desatada por la extrema izquierda en El Salvador. ¡Vaya logro el que tienen!

Para impedir que el voto “sea informado” los regímenes autocráticos y las dictaduras hacen lo que pueden para censurar, engañar, confundir... de allí las decenas de miles de troles con que un sujeto al servicio del régimen ha venido esparciendo falsedades en nuestro país como a su modo en Nicaragua.

Y es la última arma de Putin contra las democracias occidentales: atacarlas con troles, infectar sus sistemas informativos con virus.